De acuerdo con funcionarios, el gobierno eliminaría entre 8 y 13 ministerios, entre ellos los de Ciencia, Cultura, Salud y Trabajo, como una manera de “ahorrar” recursos para cumplir con la meta de déficit fiscal.
Los cambios, que agravan la crisis, habrían sido acordados por Macri y sus principales asesores en una serie de reuniones que mantuvieron la víspera en la residencia presidencial de Olivos, señalaron las fuentes a medios de prensa.
El diseño de la nueva estructura de gobierno continuará este domingo con otros encuentros y será anunciada mañana, en medio de un clima de tensión por el impacto económico que provocarán las modificaciones.
Los medios argentinos se colmaron este domigo de especulaciones sin que desde el gobierno salieran a confirmarlos o desmentirlos, lo que incrementó la incertidumbre de la ciudadanía.
La renovación del gabinete y de la estructura del gobierno es la respuesta de Macri a la crisis cambiaria que comenzó en abril pasado, que nunca logró controlar, y que terminó de estallar esta semana.
Entre el miércoles y el jueves el dólar aumentó en un drástico 20 por ciento y acumuló así un alza del 100 por ciento en su cotización en apenas un año hasta alcanzar el precio récord de 40 pesos.
La crisis cambiaria provocó a su vez una crisis económica que se tradujo en una inflación superior al 30 por ciento y una recesión del 1.0 por ciento, lo que llevó a Macri a pedirle un préstamo de 50 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El problema es que ni siquiera el apoyo del FMI a Macri tranquilizó a los mercados, que comenzaron a dudar de la capacidad de pago de la deuda argentina, lo que provocó la escalada devaluatoria de la última semana.
La crisis económica se transformó así en una crisis política, ya que los miembros del gabinete y principales aliados de Macri comenzaron a evidenciar sus pleitos internos y desacuerdos sobre cómo resolver esta etapa.
Las dudas sobre el rearmado del gobierno se despejarán mañana, antes de que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, viaje a Washington para pedirle al FMI que le adelante el préstamo a Argentina con la esperanza de que así pueda salir de la crisis.