“El reino de Arabia Saudita no quiere una guerra en la región del Golfo, ni busca eso. Hará lo que pueda para evitar la guerra, pero en caso de que el otro bando elija la guerra, el reino responderá con toda la fuerza y la determinación a cualquier amenaza y se defenderá, y defenderá sus intereses", subrayó al-Jubeir.
En una conferencia de prensa en Riad, el canciller saudita acusó a Irán de cometer "innumerables delitos", incluida la búsqueda de desestabilizar la región e instó a la comunidad internacional a asumir su responsabilidad para impedir, que la República Islámica lo haga.
"Nuestra seguridad y religión son una línea roja”, sentenció al-Jubeir, cinco días después de que aviones no tripulados bombardearan dos estaciones de bombeo de petróleo en el reino y a una semana de que cuatro embarcaciones, entre ellas dos petroleros sauditas, fueran saboteadas frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
La autoría de los ataques contra las instalaciones petroleras saudita fue reclamada por los rebeldes chiítas hutí en Yemen, como un acto de venganza a la ofensiva militar en su contra que realiza la coalición árabe a mando de Arabia Saudita, aunque Riad acusa a Irán de estar detrás.
"Queremos paz y estabilidad en la región, pero no nos sentaremos con las manos cruzadas ante el continuo ataque iraní… El balón está en la cancha de Irán y depende de Irán determinar cuál será su destino", apuntó el canciller saudita, según reportes del sitio Arab News.
Al-Jubeir dijo que el régimen iraní puede evitarle a la región los peligros de la guerra si se adhiere a las leyes y convenios internacionales, detiene su interferencia en los asuntos internos de otros países de la región, su apoyo a los grupos terroristas y las milicias, y frena de inmediato sus programas de misiles y armas nucleares.
"Arabia Saudita enfatiza que su mano siempre se extiende a la paz y busca lograrla, y cree que los pueblos de la región, incluido el pueblo iraní, tienen el derecho de vivir en seguridad y estabilidad y de avanzar hacia el desarrollo… Queremos paz y estabilidad”, afirmó.
Arabia Saudita y sus aliados del Golfo, Bahrein, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos han acusado repetidamente a Irán de financiar las actividades de sus milicias chiítas como el Hezbolá en el Líbano, los hutíes en Yemen y varios grupos islamistas en Irak.