Fuerzas tácticas de la policía establecieron un cerco alrededor de las camionetas que transportaban a los derechistas y empujaron con sus macanas a la multitud de manifestantes antirracistas que se aproximaba a los vehículos.
“Ni odio, ni miedo”, "Los nazis no son bienvenidos aquí”, coreaba la multitud de manifestantes antirracistas.
Así como las consignas: “Ni Trump, ni el KKK, ni un fascista en Estados Unidos”, en repudio al presidente Donald Trump y el grupo supremacista blanco Ku Klux Klan.
Por su parte, el llamado “Mitin de la Libertad de Expresión” reunió a decenas de seguidores de Trump, conservadores, libertarios, tradicionalistas, así como a miembros de la derecha alternativa, que se identifican con el nacionalismo económico y la xenofobia.
Aunque el mitin estaba previsto para durar dos horas, debió ser acortado ante la llegada de una multitudinaria manifestación de miles de antirracistas que abarrotaron algunas de las principales avenidas de la ciudad.
Para evitar altercados como los ocurridos la semana pasada durante una manifestación supremacista en Charlottesville, en el estado de Virginia, la policía decidió escoltar a los derechistas y sacarlos de la zona en camionetas policiales.
Los altercados ocurrieron cuando los manifestantes antirracistas se acercaron a la caravana de vehículos protegidos que transportaba a los derechistas.
La manifestación antirracista fue convocada por la organización Black Lives Matter (Las vidas negras importan), surgida contra la violencia policial hacia la población afroamericana, pero los participantes eran en su mayoría jóvenes blancos.
Al menos medio millar de policías locales habían sido movilizados para evitar que las dos marchas antagónicas resultaran en altercados o actos de violencia, luego que los incidentes de Charlottesville dejaron una persona muerta y 19 heridas.