Gustavo Rojo aún siente mariposas en el estómago al hacer teatro

10 de Julio de 2014
México, 10 Jul. (Notimex).- A sus 71 años de trayectoria artística y con un arsenal de premios y reconocimientos por su trabajo, el actor Gustavo Rojo confesó que al salir a escena todavía siente mariposas en el estómago.

“Sigo viendo al teatro con la misma ilusión de cuando empecé y siento las mismas mariposas en el estómago cuando voy a salir a escena”, declaró Rojo tras apadrinar el proyecto final de la nueva generación de alumnos del Instituto Andrés Soler.

Recordó que el año pasado, cuando participó en la obra “Doce hombres en pugna”, al lado de 11 actores más de mediana y larga carrera, comentaban entre sí que al grito de la tercera llamada, sentían la misma emoción de cuando eran jóvenes.

“Hace poco, Héctor Suárez me dijo que en aquella obra aprendió mi disciplina, y yo le dije: ‘pues yo de ti igual’. Y es que cada noche era una fiesta verlos a todos, ver su esfuerzo y cómo se daban por entero con el mismo entusiasmo de cuando estudiábamos”, platicó.

Al disfrutar del trabajo de los egresados de la 63 generación de la referida escuela de arte dramático, a través de la función “Purificados”, de Sarah Kane, Gustavo Rojo compartió con la prensa que le fue imposible no acordarse de las primeras veces que subía al escenario para recibir el aplauso del público.

“Estudiar era una emoción, inclusive, ayudar con la escenografía, con el mobiliario. Es algo que sólo te da ese amor hacia el teatro y que no me ha abandonado nunca. Gracias a Dios, he recibido muchas satisfacciones a lo largo de las 200 obras que he realizado en mi vida como profesional”.

Rojo ha interpretado textos de William Shakespeare, Lope de Vega y Miguel de Cervantes, entre otros autores, y aunque no todos sus trabajos han logrado el éxito, asegura que jamás recibió una rechifla de parte de los espectadores.

“La rechifla se usaba hace muchos años y por suerte, fue antes de mi tiempo. El público siempre ha sido respetuoso, si no le gusta tu trabajo empiezan a irse o a aplaudir antes de tiempo, pero no he tenido el infortunio de que me chiflen”.

Para el primer actor sería difícil definir cuál de todas las piezas en las que ha participado tiene un mayor significado, pues todas conmemoran algo importante.

“El teatro musical me gusta mucho. Por ejemplo, me acuerdo de las obras que hice con Silvia Pinal. De la que hice en Alemania sin saber alemán porque sólo me lo aprendí fonéticamente. Es complicado decir una sola, tendría que escoger varias y por diferentes razones, pues de cada una he aprendido muchas cosas”.

A los 18 años, Gustavo Rojo hizo una gira teatral con Andrés Soler (1898-1969), cuya experiencia fue fabulosa porque Andresito, como le llamaba, “me quería mucho y me enseñaba, son cosas que no he olvidado nunca”.

Con su hermano, Fernando Soler (1895-1979) hizo una película y conoció a los otros dos, Domingo y Julián, quienes fueron como sus protectores. “Trabajar con ellos fue como estar en una academia, sólo que al lado de gigantes de la actuación”.

En aquel entonces, les guardaba un gran respeto, pues sabía que se trataba de primeros actores. Sin embargo, lamenta que en la actualidad las nuevas generaciones de actores no lo hagan frente a los de trayectoria.

“Nosotros nos levantábamos de la sala de maquillaje cuando entraba doña Sara García o le cedíamos el asiento, ahora ya son un poco más cuates y tampoco está mal, pero creo que deben fijarse más en el respeto, en lo que hacemos y tratar de aprender algo”, puntualizó.

En la obra “Purificados”, bajo la dirección de Guillermo Rueda en el Teatro López Tarso, actuaron Daniela Miranda, Hugo Moronatti, Daniela Rosas e Israel Cepero.

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