En este sentido, y como ha dado a conocer el portal de noticias TMZ citando fuentes de su entorno, resulta sorprendente que la reina del soul hubiera optado por no redactar testamento alguno -incluso durante sus últimas semanas de vida, en las que estaba consciente y lúcida- con el que concretar el destino de determinados objetos de valor.
Eso explica que, como determinan las leyes del estado de Michigan, la herencia vaya a ser distribuida de forma equitativa entre sus cuatro vástagos: Clarence (63), Edward (61), Ted (54) y Kecalf (48).
Una vez resuelto el que, por lo general, suele convertirse en uno de los asuntos más espinosos y delicados que han de dirimir las familias ante la muerte de un ser querido, solo queda esperar al próximo 31 de agosto para que familiares, allegados y amigos de la inolvidable Aretha se reúnan en el Greater Grace Temple de Detroit -ciudad natal de la vocalista- para darle un último adiós a la estrella antes de que se disponga a descansar eternamente junto a las tumbas de su padre, su hermano y dos de sus hermanas.
De forma previa al servicio religioso y el consiguiente entierro, todos aquellos admiradores de Aretha Franklin que quieran presentarle sus respetos podrán hacerlo en el Museo de Historia Afroamericana Charles H. Wright -también en Detroit- los días 28 y 29 de agosto, donde quedará instalada la capilla ardiente de una voz histórica y probablemente irrepetible.