"Te cambia la vida por completo, pero de una forma maravillosa. Han sido los seis mejores meses de mi vida, de verdad", se ha apresurado a aclarar la artista antes de pasar a explicar los motivos por los que no disfrutó lo más mínimo de los nueves meses previos al nacimiento de su retoño.
"Odiaba estar embarazada. Te suceden un montón de cosas y yo personalmente no lo disfruté... Durante 14 años no paré ni un solo instante, mi vida era una montaña rusa. Y de pronto, cuando me quedé embarazada, tuve que decir: 'Bien, no puedo estresarme'; así que no me quedó otra opción que relajarme".
Debido en parte a esa razón, por ahora los planes de la guapa británica pasan por retomar su carrera y no se plantea siquiera volver a aumentar la familia en un futuro inmediato.
"No tengo planeado ir a por el segundo por el momento, pero puede que algún día. Es algo precioso y yo crecí con dos hermanos".
Respecto al descanso profesional que se ha tomado para centrarse en su bebé, que ya está a punto de concluir, Cheryl no teme que vaya a pasarle factura de manera negativa, ya que desde su punto le ha ayudado a revaluar sus prioridades y sentirse más segura que nunca de sí misma.
"Ha pasado casi un año, y ha sido perfecto para mí porque me ha permitido cambiar de mentalidad. Y me siento mejor ahora que puedo regresar, estoy más tranquila. Me parece que por fin me siento a gusto en mi propia piel. Es increíble", ha afirmado.