En su búsqueda por explicarse las muertes feminicidas, la fotógrafa Elvira Smeke se apropió de las teorías feministas para introducirse en las obras de Simone De Beauvoir, Judith Butler, Luce Irigaray, y Helene Cixous, filósofas que afirman que por medio de la escritura, las mujeres llegan a tener un cuerpo.
A través de la fotografía, video, pintura, instalación y performance, desde hace 5 años explora la temática del feminicidio y le dio un vuelco a su obra para saber qué pasa con el cuerpo, con la identidad de ser mujer, narró en entrevista para Cimacnoticias.
La artista recordó que empezó a enfocar su obra con el tema de feminicidio primero con fotografía y video y después a explorar el arte objeto, la pintura e instalación.
En su opinión, “las mujeres tenemos la voz perdida, debemos recuperarla” y no tenemos un cuerpo propio sino determinado por la sociedad, por lo que género e identidad son los temas que le interesa expresar a través del arte.
Elvira Smeke recoge hojas que se han caído de los árboles -su principal materia prima- las lava, y les da un tratamiento especial, simbólicamente, dice, como si se tratara de los cuerpos que han sido maltratados para realizar con ellas, prendas que son utilizadas en eventos festivos.
La exposición “Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca” ha utilizado en otras ocasiones vidrios u otros materiales de uso doméstico, como jabones, mecate, harina, y otros, para ejemplificar las labores que fueron asignadas a las mujeres de manera “exclusiva” en otras épocas como son la costura o la mecanografía, por ello varias obras cuentan con pequeños poemas o haikús (versos de origen japonés o frases escritos en máquina de escribir).
En el caso de las hojas de árbol, dependiendo para qué pieza se destinarán, las puede utilizar como papel para escribir o como si fuera un lienzo para pintar.
Muchas piezas retoman textos de la escritora brasileña Clarice Lispector, e incluye una en homenaje a esta autora denominada “Agua Viva”.
La exposición “Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca”, fue una invitación del Museo de Arte de Sonora (MUSAS) y el tema de violencia de género fue escogido por Smeke.
LA EXPOSICIÓN
Sus obras “El lavadero” y “365 hojas, 365 mujeres” son inspiradas en las víctimas de feminicidio. Ella retoma, al azar, los nombres de mujeres para imprimirlos en bordado sobre las hojas de árbol. En total son 365, una por cada día del año, en alusión a cada mujer que es asesinada por día en México.
Trabajo minucioso de diez mujeres del Estado de México que bordaron con ella hasta lograr que el hilo plasmara en la hoja, sin dañarla, el nombre de mujeres asesinadas. Para poder recibir el bordado, las hojas experimentan un tratamiento de seis a ocho meses. Escoge hojas de todo tipo.
Actualmente expone en Italia y en Florida; sus obras han sido expuestas en Toronto, Canadá. Sin embargo, su interés actual es llevar la exposición inspirada en la violencia de género hacia otros estados de la República.
Artista inquieta y curiosa, Elvira Smeke concluyó que las mujeres no son autónomas económicamente, y cuando los hombres ven que se empoderan, son vistas como una amenaza y empiezan a ser violentadas o asesinadas.
“El odio hacia las mujeres ha ido evolucionando y creciendo, tienen que dejar de vernos como objetos desechables y tiene que dejar de haber impunidad. En las generaciones nuevas tiene que haber un cambio en la educación, tal vez en la nuestra ya no lo veamos, pero sí en las niñas y los niños. Tenemos qué hacerlo juntas y de manera pacífica”, detalló.
La exposición permanecerá en el Museo de Artes de Sonora, hasta el 19 de abril de este año.
“Yo soy antes, yo soy casi, yo soy nunca”, exposición sobre violencia de género
20
de Febrero
de
2018
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