La Habana, marzo (SEMlac).- En un pretexto para retomar el pensamiento de Rosa Luxemburgo, ponerlo en vigencia y dialogar con el ser humano que fue la revolucionaria y feminista, se convirtió la presentación del libro Vivo más feliz en la tormenta. Cartas a amigas y compañeras, efectuada el pasado 5 de marzo en la sala Manuel Galich de Casa de las Américas, en la capital cubana.
Justo en el día de los 153 años del natalicio de la reconocida luchadora, se presentó el volumen, que reúne unas 200 cartas seleccionadas entre las más de 3000 misivas que escribió Rosa durante su vida y que, de acuerdo con los participantes en el evento, permiten mostrar a una mujer interesada por la lucha de las mujeres, pero también humana.
El ejemplar vio la luz gracias a la fundación Rosa Luxemburgo, explicó Belsis Rodríguez, comunicadora de Casa de las Américas, quien remarcó la relevancia de "poder volver a una de las pensadoras más importantes de la tradición marxista, de los movimientos revolucionarios comunistas y también de los sentidos feministas en general".
Patricia Zapata, coordinadora de proyecto de la oficina regional para México, Centroamérica y Cuba de la fundación Rosa Luxemburgo, destacó en un mensaje en video enviado para la ocasión que llevar a Cuba esta compilación de cartas que escribió a lo largo de su vida y de sus encierros, dirigidas a sus amigas y compañeras, es como traerlas a su escenario natural.
"La forma epistolar de comunicarse nos permite rescatar la memoria desde lo humano, desde lo individual y lo colectivo", subrayó y dijo que el mundo tiene necesidad de rescatar a sus grandes pensadores, luchadores y a quienes dieron su vida por cambiar el orden de las cosas.
La causa de Rosa Luxemburgo continúa vigente en América y el mundo, enfatizó. "La lucha de los pueblos sigue siendo una necesidad", agregó Zapata, quien consideró que el modelo socioeconómico actual está destruyendo el planeta, las sociedades e incluso nos está destruyendo como individuos.
Tenemos que pensar, rescatar, remirar a todos los que han luchado por un mundo mejor, porque eso sin duda nos va dará ánimo, esperanza y fuerza para seguir luchando, aseguró.
Para Georgina Alfonso, directora del Instituto de Filosofía, el libro es una invitación a mirar desde aquellas pequeñas cosas, como la poesía, la música y el arte, y ver cómo se convierten también en armas de lucha. Algo que ha faltado en los procesos revolucionarios y un déficit que persiste en la manera de proyectar la verdadera cultura emancipadora, sostuvo.
"Esto es un mensaje para pensar y construir una política de manera diferente, para también hablar y decir lo que se piensa sin temores a estar repitiendo lo políticamente correcto o aquellas frases que supuestamente son las que acompañan el discurso político", valoró.
Alfonso consideró que el volumen enseña a poner el feminismo más allá de esos debates que separan en corrientes diferentes a personas con iguales objetivos.
"Creo que esa dimensión de la vida, como una manera de que cualquier proyecto de unidad o un proyecto de esperanza, o una estrategia política pasen por la vida de los seres humanos; y que sea vida concreta, real, disfrutable, vida feliz, íntima, personal; pero también sea vida colectiva, es algo que nosotros podemos encontrar en la mayoría de las cartas", apuntó.
Para Llanisca Lugo, del Centro Memorial "Martin Luther King", la lectura de la publicación se torna diálogo con una mujer que es un torrente de pasión por la vida, de amor por la naturaleza y de valor para confrontar a quienes no están haciendo lo que deben porque, supuestamente, están actuando en nombre de lo correcto políticamente.
Agregó que se convierte en una provocación para repensarnos, al mostrarnos a una persona que se metió "en la misma médula de los conflictos de su tiempo, en lo hermoso, doloroso y terrible de las revoluciones".
Rosa tenía claro que no es en los cursos ni en los espacios de formación, sino en la lucha de la clase trabajadora, donde se forma la conciencia, significó Lugo e insistió en que "tenemos que repensar cómo politizamos hoy nuestra sociedad en un camino más revolucionario".
Resaltó también la especial relación entre las mujeres que se pone de manifiesto en las cartas, donde son evidentes el cuidado y el amor entre ellas, lo cual catalogó como muy hermoso.
Comprender todo lo social como político y entender la importancia de los movimientos de trabajadores como especialmente políticos es parte de la ruta de aprendizaje que proponen las misivas compiladas, que nos llevan a cuestionarnos cómo construir formas organizativas realmente revolucionarias y que difundan una nueva práctica política, señaló la especialista del Centro Martin Luther King.
Esto resulta esencial en la actualidad para hacer frente a los desafíos, acotó, y llamó la atención sobre el trabajo de base con las masas, algo que está presente en el pensamiento de Luxemburgo.
"Rosa habla del hecho necesario de la revolución que tendrán que hacer los trabajadores, porque ninguna vanguardia será suficiente; la necesidad de discutir el papel del partido y la ampliación de las libertades democráticas, refirió Lugo.
"Creo que nosotros también aquí tenemos que discutir eso, cuáles son las formas dentro y fuera de la institucionalidad, cuáles son las creaciones movilizativas que hoy podemos tener, para no quedarnos en la necesaria lectura sosegada, privilegiada, y tratar de que nos ponga en tensión a nuestra propia práctica cotidiana en Cuba hoy", subrayó.