La Habana, agosto (SEMlac).- "Comunicar con amor", un proyecto comunitario gestionado por mujeres en el barrio de Cayo Hueso, en el municipio de Centro Habana, apuesta por involucrar a la comunidad en el diálogo y el aprendizaje en torno a la lucha contra la violencia, la discriminación y los derechos de las mujeres.
El proyecto celebró el 23 de agosto su primer conversatorio, en el contexto del 64 aniversario de la Federación de Mujeres Cubanas, única organización femenina del país, que agrupa a más de tres millones de integrantes.
Bajo el tema "Alfabetización, autonomía y mujeres negras", la activista antirracista Norma Rita Guillard Limonta, psicóloga social y residente de la comunidad, abordó asuntos como la autoestima de las mujeres, la autonomía, las relaciones de género, la identidad, las políticas públicas, los derechos y el Programa nacional de lucha contra el racismo y la discriminación racial.
"Esta es una oportunidad para intercambiar saberes y conocernos más, unirnos y formar una fuerza transformadora a nivel del barrio", dijo la especialista, para quien no es posible un verdadero empoderamiento femenino si no se logra también en las comunidades y al interior de las familias y los hogares.
Con ella coincidió Caridad Reyes, impulsora del proyecto "Comunicar con amor", quien aseguró que contar con las mujeres en las comunidades es una "gran fortaleza".
Para Guillard Limonta es esencial que las mujeres, también las de la tercera edad, continúen "alfabetizándose" como continuidad de un proceso que "nos llevó a la autonomía, a salir de nuestras casas y sentirnos parte del apoyo al desarrollo del país".
"Hablo de conocer las políticas públicas que benefician a las mujeres y a la población en general y promueven sus derechos, de las leyes que impulsan o abogan por la inserción femenina en los diferentes espacios económicos, pero también de la importancia de acercarnos a las generaciones más jóvenes para aprender mutuamente, especialmente en el ámbito tecnológico y de las redes sociales, donde hoy se debaten muchos de estos temas, afirmó.
Ese intercambio intergeneracional puede ser muy útil para ambas partes, destacó Guillard Limonta, pues hemos visto con preocupación que, incluso entre los jóvenes persiste un machismo que se manifiesta en actos de violencia contra las mujeres.
"Conocer los códigos, la manera de comunicarse de las juventudes, nos ayuda a acercarnos y contribuir a transformar estas conductas y patrones patriarcales aprendidos, pero igualmente nos permite incidir en otras problemáticas que les afectan directamente, también vinculadas a la violencia, como el consumo de drogas y los embarazos en edades muy tempranas de la vida", refirió.
Esto ocurre en un momento en que las mujeres estamos haciendo esfuerzos diarios para lograr una verdadera relación de equidad, agregó Guillard Limonta.
En su opinión, para avanzar en esa dirección, la alfabetización en derechos es fundamental. "Existen diversas políticas públicas que buscan promover la igualdad, como la licencia de maternidad de 15 meses o la posibilidad de que los hombres gocen de una licencia de paternidad. Sin embargo, muchas personas desconocen el alcance y los beneficios de estas iniciativas", dijo.
Por otra parte, "muchas veces nos encontramos con situaciones de discriminación y si las personas conocieran sus derechos, podrían reclamar cuando sienten que se les están vulnerando. Lamentablemente, ese desconocimiento es común, incluso cuando las políticas públicas los reconocen", ejemplificó la activista.
Es una situación que viven con frecuencia las personas afrodescendientes, sostuvo Guillard Limonta, aun cuando en el país existe un marco de apoyo para seguir avanzando en la lucha contra la discriminación por color de la piel y la deconstrucción de esos prejuicios, como es el Programa nacional de lucha contra el racismo y la discriminación racial, aprobado en noviembre de 2019.
"Históricamente, nosotras, las personas negras esclavizadas, vivíamos en barracones, pero era una familia unida la que salía adelante", recordó Guillard Limonta. Ahora, el llamado es a sentirnos como una especie de tribu, donde, independientemente del color de piel, busquemos ideas que nos ayuden a nivel comunitario.
Uno de los focos principales es el empoderamiento de las mujeres afrodescendientes, sostuvo la activista, quien agregó que es preciso superar la diferenciación de términos como "emprendedoras" y "empresarios", cuando se hace referencia a mujeres y hombres, como si ellas no tuviesen la capacidad de dirigir empresas. A la par, llamó la atención sobre el hecho de que ellas siguen siendo minoría al frente de los negocios, con cifras inferiores cuando se trata de afrodescendientes.
Además, dijo, es crucial ayudar a las personas negras a desarrollar su autoestima y autonomía, preparándolas con conocimientos y profesiones que les den independencia económica. "Ello pasa por romper con esa cultura histórica colonial que estamos arrastrando por años y que ya es momento de desmontar", afirmó Guillard Limonta.
A juicio de Caridad Reyes, este es un desafío esencial, pues "ellas están en cada espacio, sostienen la vida en hogares, en el barrio, en los centros laborales… lo que ellas quieran cambiar, cambiará", dijo.