En una marcha sin precedentes por ser una manifestación numerosa sólo de mujeres, las jóvenes acudieron a la cita preparadas con pancartas, lonas y todo tipo de letreros que hacían alusión al incremento del feminicidio en México y Sonora.
El recorrido inició en las escalinatas del museo y biblioteca de la Universidad de Sonora, para tomar el Boulevard Luis Encinas rumbo al centro de la ciudad, en donde a lo largo de la calle Juárez, llegaron hacia la Serdán, otra concurrida avenida del centro.
De ahí se dirigieron al Palacio Municipal, palacio de gobierno estatal, y partieron hacia las instituciones que consideran tienen participación en la prevención, atención y sanción de la violencia contra las mujeres.
La ruta inicial incluía además de los palacios de gobierno, el Congreso del estado, el Poder judicial y la Vicefiscalía de feminicidios y otros delitos de género.
Fue en la explanada del Supremo Tribunal de justicia donde hicieron una parada para leer sus pronunciamientos, realizar un performance alusivo a la violencia, y de ahí convocar a reanudar el paso hacia la Vicefiscalía de feminicidios.
Sin embargo, ahí se suscitó un incidente pues el personal del edificio apagó las luces tanto externas como internas del vestíbulo, lo cual hizo que las jóvenes respondieran con la consigna “¡Prendan la luz, prendan la luz, prendan la luz!”.
Al no ser atendida su solicitud arreciaron sus exigencias de iluminación, para poder continuar con la lectura de sus pronunciamientos algunos impresos en papel, otros directo desde sus celulares.
Pero no fueron atendidas, por lo que decidieron, en una especie de toma del recinto, colocar las pancartas y banderas en la parte más alta de las rejas como lo habían hecho en anteriores ocasiones al concluir ahí las marchas.
No obstante, ante la indolencia del personal de vigilancia que se encontraba adentro que no solo no atendió su petición, sino que no respondió ninguna razón o argumento para no encender las luces, las manifestantes optaron por encender la luz de sus celulares.
Al no ser suficiente, volvieron a solicitar el encendido de la iluminación del palacio de justicia y las luces que comúnmente se encienden al caer la noche.
Al no ser escuchadas, un grupo de jóvenes decidió entrar al recinto para encender por su propia cuenta las luces.
Con la fuerza del grupo, retiraron una de las rejas para poder tener acceso y fue así que algunas de ellas realizaron actos al interior que no pudieron ser registrados del todo pues la oscuridad las hacía parecer sombras nada más.
En su pronunciamiento, una oradora que se presentó como abogada feminista denunció que “la justicia judicial ha tenido mucho qué desear”, pues las rebajas en las condenas a feminicidas, a agresores sexuales, pedófilos, cada día son más.
El estado se suma a la violencia simbólica e institucional contra las mujeres. Las apoderadas de la justicia deben tener los conocimientos necesarios sobre género para poder fallar y decidir.
Mencionó que Ingrid, Fátima y otras mujeres, son ejemplos de que la justicia nos falló. “No hay garantía para mujeres y niñas, necesitamos personal en empatía para atender a las mujeres”, dijo.
“Van las mujeres a denunciar y les grita el ministerio público. Van al médico legista y no las trata cordialmente”. Es lo que estamos pidiendo miles aquí. “Hablo por las mujeres y niñas que defiendo personalmente”, culminó la abogada.
Otra de las oradoras quien protegía su identidad con una máscara, leyó un poema en donde se resume todas las violencias a las que se encuentran expuestas las mujeres desde que nacen:
“¿Por qué tenemos que estarnos defendiendo siempre para sobrevivir? Se preguntaba. Sobrevivir al desencanto de papá cuando supo que no serías varón. Sobrevivir al primo, al tío o al vecino que te tocaba la vulva cuando tenías 4 años.
Sobrevivir al pedófilo que te acechaba camino al colegio. Sobrevivir al susto de ver al primero que se masturbó en la calle frente a ti cuando tenías 9 años.
Sobrevivir al que te violó y sigue impune, habitando en la misma calle que tú, como siempre. Sobrevivir al maestro de educación física que miraba tus nalgas en la secundaria.
Sobrevivir a todos los que han hablado de tu cuerpo, tocado tu cuerpo porque sí, y no matarse por algo de ello o todo junto. Y lograr que no te asesine ninguno de ellos. El médico que te manoseó los senos. El otro médico que te manoseó toda, y te quedaste quieta porque iba a practicarte un aborto.
De la violencia obstétrica que casi te mata cuando pariste. De las cicatrices que te dejaron por todo el cuerpo. De la violencia obstétrica que casi mata a tu cría. ¿Por qué siempre tenemos qué ser sobrevivientes las mujeres?”, expresó.
En reacción, el presidente del Supremo Tribunal de Justicia Francisco Gutiérrez, declaró que se debe perseguir de oficio lo que calificó como delitos varios, las acciones que se realizaron adentro del recinto al finalizar la marcha.
Por su parte, la presidenta municipal de Hermosillo, Célida López Cárdenas, pidió a través de un tuit que se haga una investigación y se sancione: “la exigencia pública es a identificar y señalar a aquellas que dan el paso al frente y violentan el movimiento”, publicó.
En Sonora fueron asesinadas 117 mujeres en 2019. De estos casos, fueron investigados y clasificados como feminicidio 41 de ellos.
El año 2020 lleva una tendencia a la alza, durante enero se cometieron 17 asesinatos de mujeres, en febrero 3, y en total se han clasificado solo dos como feminicidio.