Mujeres en Oaxaca resisten con defensa a ras de tierra

08 de Marzo de 2022
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Oaxaca, Oax.- Sus vidas están unidas por un objetivo común. Su convicción las colocó, en distintos frentes, a formar parte de la resistencia a favor de los derechos de las mujeres. Se trata de Vilma Kat Ulloa, Nelly Martínez Echartea y Mayra Morales Aldás, quienes desde la defensa a ras de tierra abonan a derribar el sistema patriarcal en Oaxaca.

Vilma Kat, la defensora que acompaña a familiares de desaparecidas  “yo inicié a luchar por los derechos de las mujeres desde que era una niña, desde que veía que no era normal que mi papá golpeara a mi mamá. Ahora puedo nombrar que eso era violencia. De niña sólo sabía que eso no estaba bien. Ese fue el punto de partida”, explicó Vilma Kat Ulloa, defensora lesbofeminista y de los derechos de las niñas y mujeres. 

Originaria de Matías Romero, Kat Ulloa inició de manera empírica. Los primeros acercamientos fueron ayudando a migrantes centroamericanos que pasaban por el Istmo de Tehuantepec huyendo de la violencia. “Matías era una ciudad por la que obligatoriamente pasaban para tomar el tren hacia Ciudad de México. Yo ayudaba a las niñas, niños y a las mujeres avisando para que se escondieran de la policía, de los ferrocarrileros que se llamaban Confidenciales, quienes vendían a las mujeres”, relató quien tiene en su abuela Elvia Villalobos Salinas un gran cimiento.

Después, al nombrarse lesbiana, incursionó en la defensa de la comunidad LGBTTI por los años 90 al 94 acompañando a la población con VIH. Eso lo hacía porque mi hermano era gay y tenía VIH. “En ese entonces la gente pensaba que sólo con saludarlos se iban a infectar”.

Hasta ese entonces no había oído hablar sobre el feminismo, pero al hacerlo, se fue involucrando de manera activa después del año 2000 luego de ya no sentirse identificada por considerar que había prácticas abusivas y violentas de la comunidad gay hacia las lesbianas.Una publicación de una joven desaparecida en Ciudad Juárez la llevó a involucrarse en el acompañamiento a las familias de víctimas de este delito.

“Eso me cimbró porque una foto me llevó a otra y a otra y a muchas más mujeres que estaban siendo víctima de desaparición en Ciudad Juárez. Ya no pude parar y empecé a dar acompañamiento a familiares de personas desaparecidas tanto de hombres como de mujeres en Oaxaca”. 

Su primera red de apoyo fue la colectiva nacional “Buscando tus huellas”, quien la orientó sobre las instancias a las que se podía recurrir para levantar una denuncia y cómo dar seguimiento.“Yo fui aprendiendo de estas colectivas porque cada caso es diferente y la delincuencia cada vez se pule más en estas acciones. Al inicio yo no sabía que hay muchos intereses del crimen organizado detrás de la desaparición de una mujer, ignoraba que las personas que buscan a las mujeres desaparecidas también se ponen en riesgo, eso lo he ido aprendiendo paso a paso, poco a poco. Sigo aprendiendo que debo ser cuidadosa, por eso cambio muchos métodos, busco redes que nos ayuden. Aprendí después de muchos años que debo tener protocolos de seguridad”.

Uno de los casos más que más la han marcado fue la búsqueda de una joven desaparecida en Etla. Tras varios días de búsqueda en su localidad y dentro de la capital del estado, se encontró el cuerpo de una persona sin órganos y con las mismas características de la joven desaparecida. Al ir al reconocimiento del cuerpo la familia se da cuenta que no era su hija. Tiempo después apareció porque había logrado escapar de una célula de tratantes de personas quienes la habían trasladado hasta Tamaulipas con más de 60 mujeres.

Actualmente Kat Ulloa continúa dando acompañamiento a mujeres víctimas de violencia y sus familias, tanto en el ámbito de desapariciones como en el de feminicidio.

Al conmemorarse el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la defensora de derechos recordó que esto no es una fiesta ni celebración sino recordar la lucha y protesta contra las distintas formas de violencias. 

Nelly Martínez su activismo contra la violencia hacia las mujeres 

Cuando Nelly Martínez Echartea, integrante del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres, coordinadora en Oaxaca, reflexiona sobre su inicio en esta resistencia, remonta su pensamiento hacia su madre, “una mujer con una visión diferente al estándar de todas las mujeres de su época”.“Mi padre era un digno representante del patriarcado. Mi madre a sus hijas nos enseñó que teníamos derechos, nos enseñó a defendernos, a no depender de la voluntad de los hombres, que teníamos voz y que debíamos ejercer nuestros derechos. Desde pequeña aprendí a defenderlos”.

Martínez Echartea inició de manera formal hace 35 años. Desde su formación como maestra de primaria y de educación especial siendo una especie de consejera de las y los estudiantes, así como de las madres de familia que vivían violencias. “Después me uno a un grupo feminista e inicio con una labor más sistemática. Mi labor es como un deber social que se convierte en una pasión por defender, darles voz a las mujeres que no tienen posibilidades en un mundo de desigualdades, que no pueden acceder a un sistema de justicia si no las acompañamos. Definitivamente considero que la labor de las defensoras es muy importante porque el gobierno ha abandonado las políticas públicas que prevengan, sancionen y erradiquen la violencia contra las mujeres”.

A lo largo de su trayectoria -relata – el miedo ha estado presente sobre todo en las acciones de defensa que emprendió por las mujeres privadas de su libertad en Tanivet, Tlacolula.

“Fue un miedo profundo por mi seguridad. Miedo a la muerte no tengo, pero miedo a ser sujeta a las violencias que el Estado puede infringirte, sí”. En aquella ocasión las mujeres se amotinaron para pedir un trato digno. “He tenido la intención de dejarlo porque llega la desilusión no por el impacto que cause tu labor, o por la actitud de las víctimas sino porque muchas veces hay fuego amigo, pero continúo porque me considero afortunada y tengo plena conciencia que muchas mujeres no tienen la fortuna que yo. Quiero dar mi voz por ellas que no tienen”.

Maira Morales y la lucha por los derechos sexuales y reproductivos

Si hace 15 años le hubieran dicho que el aborto sería despenalizado en Oaxaca, no lo hubiera creído. En ese entonces, cuando inició como defensora de los derechos sexuales y reproductivos, la interrupción del embarazo era un tema tabú, perseguido y hasta satanizado. Aún así, Maira Morales Aldás, integrante de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (RedDDser) y coordinadora de “Siempre Viva”, decidió dar la batalla por hacer realidad el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo.

“En ese entonces yo no me asumía como defensora, sin embargo desde niña siempre había manifestado una inconformidad con el deber ser mujer, al hecho de que me impusiera una forma de ser, de actuar, de reír, de pensar a qué me iba a dedicar siempre cuestionando esto primero en la familia y luego en los círculos de amistad y laborales. Siempre había una manifestación de inconformidad de lo que ocurría a mi alrededor y de las experiencias de violencia en los que me desenvolvía sin entender a profundidad de lo que estaba pasando”.

Todo este proceso la llevó a relacionarse con otras mujeres guía en el camino hacia el feminismo. Por azares del destino llegó a DDser paras especializarse en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, además de dar acompañamiento en su derecho a decidir.“Me parece que fui pionera en este sentido, en este tema. Era impensable lo que hemos logrado hasta el momento y a pesar de ello, de lo que hemos caminado sigue habiendo retos, pero también seguimos caminando”.

La labor de Morales Aldás siempre ha estado cuestionada por sus condiciones de mujer joven y sin hijos o hijas, esa es una violencia estructural de la que pocas veces se habla; en contraparte, las satisfacciones también han sido muchas. “Mis satisfacciones son aquellas historias de vida en las cuales el acompañamiento que he hecho les ha servido para tomar decisiones. Mi la labor va desde responder una llamada para resolver dudas con respecto a los derechos sexuales o el acompañar físicamente a una mujer al servicio público. La lucha por la cual me levanto cada día y son las satisfacciones que me permiten estar en este camino a pesar de los grandes retos y de las piedras que me encuentro”.