México, 6 Abr (Notimex).- Valientes a pesar de lo que han sufrido a causa del VIH, o quizá precisamente por ello, Alma, Silvia, Ángela, Pilar y Lupita hacen a un lado los tabúes y hablan de lo que es vivir con ese virus.
Reunidas en el Museo de la Mujer, en el Centro Histórico, proyectan su vida en un video en el que cuentan cuándo, por qué, cómo se enteraron que tenían el virus.
Voces entrecortadas, lágrimas que recorren los rostros, puños cerrados; por creer en la fidelidad de sus esposos, compañeros, hoy cargan con el VIH.
Luego se sientan frente al público que abarrota el auditorio del museo, que aplaude su valentía, su fortaleza de mostrarse y hablar cara a cara, a pesar de la discriminación y la ignorancia que permea entre buena parte de la sociedad.
Todavía hay quien cree que se puede contagiar si dan mano, advierten y urgen a las mujeres: “!Condones! !Condones!”.
Sufrió golpes, violencia, y cuando su esposo quiso donar sangre le llamaron a Silvia para decirle que tenía que hacerse una prueba y que seguramente ella estaba infectada. Cuando su hija la preguntó qué tenía su papá, ella le contestó llena de coraje.
Pasaron 26 años y aquí está, sabedora de que venció el pronóstico de muerte rápida por ese diagnóstico y de que valieron la pena las marchas y plantones para que los medicamentos estuvieran disponibles.
Hoy dirige Casa David, que da techo y abrigo a quienes enfrentan esa situación y no cuentan con un hogar. También acepta a hombres. Las mujeres solidarias, como siempre. "No quiero que nadie más se infecte", dijo.
No por tener un esposo no se va a exigir un condón y menos en una sociedad machista, en la que a las mujeres "nos enseñan a cuidar a todos y olvidarnos de una mismoa, señaló Alma. "Si no nos quieren, que se vayan; no nos merecemos que nos dejen esos regalitos. Debemos empezar a cuidarnos nosotras mismas".
Pilar habla del miedo que sintió cuando le dieron el diagnóstico, uno que la hizo repensar su vida, apreciarla, valorarse. Pidió a las mujeres no ser ingenuas ni creer que todo es color de rosa. “No se confíen, cuídense”.
Lupita ya es bisabuela. Asiste a un programa de autoayuda en la Clínica 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Tiene cuatro hijos, nueve nietos y una biznieta.
Todavía es bella y tiene una personalidad carismática. Canta “Debajo de los laureles”, que da nombre al primer documental de la organización AHF México.
Hoy, dijo, "he aprendido a ser más responsable. Soy feliz, viví tranquila el hoy y me apego a mi medicamento”.
Todas lucen saludables, enteras, buenas amigas. Incluso Guille se lamentó de no haberse animado a salir en el video, “por los que vienen detrás”, pero aseguró que estará en el próximo documental.
El público se rindió ante estas guerreras -como ellas mismas se describieron- que pusieron su rostro para hablar del lado femenino del Virus de Inmunodefiencia Humana (VIH).
Mujeres empoderadas hablan de lo que es vivir con VIH
06
de Abril
de
2019
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