Mujeres afrodescendientes entre el racismo y el patriarcado

Por Lisandra Fariñas ([email protected])

NOTICIAS SEMLAC
12 de Junio de 2023
Guardar
Mujeres afrodescendientes entre el racismo y el patriarcado. Imagen: Depositphotos
Mujeres afrodescendientes entre el racismo y el patriarcado. Imagen: Depositphotos

La Habana, junio (SEMlac). - (Imagen Ilustrativa/depositphotos)  En el centro de múltiples discriminaciones y representaciones estereotipadas que las colocan en situaciones de vulnerabilidad, las mujeres afrodescendientes son hoy objeto de diversas investigaciones de las ciencias sociales, que ahondan en esas problemáticas.

Estudios muestran la permanencia de desventajas sociales en la Cuba actual que, al decir de la socióloga Yulexis Almeida, están asociadas a la intersección color de la piel y género, y son el resultado de una herencia histórica, la emergencia de nuevas formas de designación racial y sexista, además de reflejar la pervivencia ideológica colonial del racismo y el patriarcado.

De tal naturaleza son las indagaciones que, en opción al grado de Máster en Ciencias, promovió la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en el mes de marzo y que permitieron un acercamiento a la violencia simbólica, psicológica e ideológica que puede significar una visualidad estereotipada en torno a mujeres negras y mulatas; a la necesidad de colocar el racismo en el debate público; o el por qué son ellas quienes tienen mayores desventajas en una comunidad habanera.

Retrato de mujer negra
La sensualidad, la disponibilidad sexual, la subalternidad o marginalidad de las mujeres negras y mulatas, con respecto a otras clases, eran algunos de los rasgos que caracterizaron el panorama visual del siglo XIX y buena parte del XX, de modo que, a partir del nuevo milenio y con el auge de los estudios de género, del activismo y del afrofeminismo, vale cuestionarse qué pasa con la fotografía como superficie que interpela y bebe de la realidad inmediata.

De ahí que la investigadora Leidys Raisa Castro Silva se preguntara cómo están representadas las mujeres negras y mulatas en la producción de cinco fotógrafas modernas cubanas.

"Existe un número significativo de artistas mujeres que, desde su discurso, tratan de cuestionar todas estas relaciones de género raciales que se dan de manera desigual en el entorno social cubano", sostiene Castro Silva, quien profundizó en la obra de las profesionales del lente Susana Pilar, Anelí Pupo, Mabel Valdés, Yanahara Mauri y Delvys Yamila.

Su estudio "Representación de las mujeres negras y mulatas en la producción fotográfica cubana en el periodo 2010-2020" le permitió comprobar que, aun cuando las artistas no incorporan voluntariamente una concepción racial en su obra, dan cuenta de un distanciamiento con las formas estereotipadas y tradicionales con la cuales se representa a las mujeres afrodescendientes.

Se alejan de esos códigos tradicionales y de posturas colonialistas que han equiparado el cuerpo afrodescendiente con una hipersexualidad, agrega la investigadora, quien marca en esa actitud los inicios de un afrofeminismo dentro de la fotografía cubana.
 

Los cuestionamientos a las concepciones tradicionales asociadas a la estética de la mujer negra, con el cabello como centro; el reflejo de las víctimas de violencia de género y de mujeres con orientaciones sexuales e identidad de género no heteronormativas; o la presencia de ellas en el hip-hop, un movimiento profundamente machista donde enfrentan múltiples discriminaciones, se construyen en sus obras como alternativas contrahegemónicas en la representación del cuerpo femenino afrodescendiente.

Tenemos mucho por hacer, considera Castro Silva. "El arte es una vía, un camino", donde la fotografía desempeña un papel importante, agrega y opina que las políticas culturales deberían estar dirigidas a educar y paliar la reproducción de estereotipos y prejuicios raciales y de género que, interseccionalmente, afectan a las mujeres negras y mulatas.

Un barrio y mujeres vulnerabilizadas
En 2021, Oxfam Internacional identificó que las mujeres afrodescendientes tienen una mayor tendencia al riesgo ante la crisis múltiple global, una línea que se repite en el contexto regional. En Cuba, cuando la pandemia de covid-19 vino a transformar el escenario (marzo 2020), existían varios puntos de partida donde se encontraban en desventaja, indicó la investigadora Paula Haydée Guillarón Carrillo.

"Tenían puestos laborales de menor remuneración y calificación, desventajas a la hora de ser contratadas en el sector no estatal y estaban sobrerrepresentadas en la migración interna, el sector informal, los hogares monoparentales, además de ser identificadas como uno de los grupos menos favorecidos ante las medidas de la tarea ordenamiento", alegó.

Iniciada el primero de enero de 2021, la llamada Tarea Ordenamiento planteó como aspectos esenciales la eliminación gradual de subsidios excesivos, una reforma en los ingresos y la unificación monetaria y del tipo de cambio.

Su investigación "Mujeres afrodescendientes vulnerabilizadas en el barrio El Fanguito. Estudio interseccional desde los afrofeminismos decoloniales", permitió a Guillarón Carrillo constatar varios de esos elementos en la mencionada comunidad de la capital del país.

La investigadora identificó tres patrones de vulnerabilidad social: las mujeres afrodescendientes de mediana o tercera edad tienden a ser migrantes o trabajadoras informales; mientras más cerca viven del río Almendares, existe para ellas mayor cantidad de diferencias sociales, y 50 por ciento de la muestra de 10 mujeres reconoció cambios significativos en sus dinámicas cotidianas, específicamente en los ámbitos económicos y de salud, a partir de marzo de 2020.

La indagación refiere que la mitad de las participantes no tenía ingresos y la misma cantidad catalogó las condiciones de su vivienda como regulares.

En cuanto a las causas de esa situación de vulnerabilidad, señalan la discriminación en el ámbito laboral, principalmente en el sector privado, por color de la piel y la cantidad de hijos; también el maltrato, la sobrecarga en el hogar y la dependencia económica de sus parejas; el bajo capital cultural y los pocos ingresos; así como los escasos o nulos activos y capacidades para alcanzar condiciones básicas de vida.

El estudio igualmente atribuyó abandono institucional e inadecuada identificación de las personas en situación de desventaja por parte de las autoridades responsables. Tales escenarios demandan tipologías diversas de acciones: políticas, socioeducativas, de salud, empleo y asistencia social, para disminuir la sobrerrepresentación de mujeres afrodescendientes vulnerabilizadas, concluyó la investigadora.

Racismo: necesidad de debatir y comunicar
A juicio de la socióloga Mayra Espina Prieto, el tema de las desigualdades asociadas a la racialidad ha tenido una presencia estable en la investigación social en el país, aunque no ha sido un tema central abundar en sus expresiones en el debate público o develar las percepciones diversas en el conflicto que estas desigualdades generan. Más bien se ha tratado de ocultar estos conflictos y debates, afirma la experta.

Con ella coincide la investigadora Rosa Elena Encinas Hurtado, al señalar que "la discriminación que aún sobrevive en las subjetividades y en las prácticas conscientes e inconscientes de cubanos y cubanas es un desafío que implica la conjugación de la voluntad política y el debate público en la emergencia del consenso y la maduración de la conciencia racial", si se quiere desestructurar las bases materiales y simbólicas del racismo.

La realidad demuestra que no basta con una previsión política. "El rechazo al otro por el color de la piel se manifiesta en la vida cotidiana, la familia, en los centros educacionales, los medios de comunicación y otros espacios", dijo.

La estudiosa sostuvo que la prensa es un instrumento efectivo y necesario en la lucha contra el racismo, por su capacidad para formar, educar y estimular una conciencia antidiscriminatoria; pero no desde la información sin matices de la problemática, sino a partir del análisis crítico y revelador de las formas en que esta condición de las relaciones sociales se reproduce e invisibiliza.

En su trabajo de tesis "Lo dicho, lo desplazado y el límite", que abordó el debate público sobre la problemática racial que se generó y desarrolló en tres blogs cubanos entre 2018-2021, Encinas Hurtado demostró no sólo la relevancia de estas discusiones, sino también la trascendencia del espacio digital como un escenario importante de comunicación.

Algunas de las inquietudes vinculadas al tema racial debatidas en dichos canales son el uso correcto o incorrecto del término afrodescendiente, la designación de personas negras y mulatas en cargos de dirección, su acceso a la educación superior, la composición racial de barrios marginales, la ausencia en las estadísticas de la categoría color de la piel, la presencia limitada de personas negras y mulatas en medios de comunicación, la sobrerrepresentación en la población penal y subrepresentación en instancias de poder político, económico y militar.

Otras reflexiones giraron en torno a la ausencia de investigaciones sobre la cuestión racial en las escuelas, la obviedad del color de la piel en el estudio de la historia; la literatura y la historia africana como asignaturas pendientes; así como las ausencias bibliográficas que subestiman el protagonismo de personas negras y mulatas en la construcción de la nación y su cultura.

"El debate público sobre la problemática racial que se genera en los blog contiene propuestas que pueden ayudar a la conformación de estrategias y de estructuras comunicativas para el abordaje de dicho problema", así como para el trazado de políticas sociales que atiendan, sobre bases científicas, la cuestión en el país, significó Espina Prieto.

Igualmente es imprescindible establecer alianzas con el activismo que asume una postura crítica y consciente, en función de potenciar una gestión y formación socioeducativa antirracista, con impacto directo en las comunidades, acota Encinas Hurtado en su trabajo.

Se pueden fomentar mecanismos legales para asesorías ante actos discriminatorios y promover espacios de debate donde interactúen decisores, diversos actores sociales, de la academia, la política, entre otras personas, añadió.

La implementación del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial constituye una plataforma de trabajo relevante, reconoció la investigadora, quien considera, no obstante, que es menester desarrollar una efectiva comunicación política para asegurar una parte de su éxito.

"Generar un debate público, crítico, relacional e integrador en torno a la problemática racial y la implementación del programa debe sustentarse, también, en una participación popular efectiva", advierte.

"En los últimos años se han sometido a debate acuciantes y polémicos temas del ámbito sociocultural y político en el país. La discusión en torno al programa nacional tiene que ser también altamente participativa, consciente, crítica y valiente", sostuvo.

Archivado en