Sin embargo, en México parece imposible: aquí solo 6,1 por ciento de las grandes empresas tienen mujeres tomando decisiones, derivado de una visión familista y de control de "fundadores" y "patriarcas".
En cambio, los directivos hombres representan 93,9 por ciento, dicen las fuentes consultadas que revelan que el criterio del manejo empresarial es "del jefe de la familia". Hay avances solo en empresas trasnacionales con mexicanas capaces, como Manpower o algunas telefónicas.
Ese porcentaje de 6,1 por ciento de las empresas donde sí hay mujeres en los consejos de administración podría significar ganancias, nueva cultura laboral y aprovechamiento del talento femenino, lo que, según los diagnósticos del Senado y del Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección, del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, cambiaría el triste panorama económico del país.
"Ahora se proponen cambios legislativos inmediatos y trabajo a largo plazo para transformar la mentalidad empresarial, dicen mujeres interesadas, desde la empresa, la federación y del Congreso, organizadas como bloque".
Las propuestas apuntan a hacer cambios y aumentar la participación gradualmente, ofreciendo estímulos a quienes empresarialmente se sumen a la igualdad entre hombres y mujeres.
La senadora Cristina Díaz Salazar, presidenta de la Comisión de Gobierno, autora de las iniciativas, sugiere que se fomente la participación de las mujeres en los altos cargos, que el empresariado avance en acciones positivas por ley, que se obligue en la bolsa de valores a adoptar medidas pro igualdad y que "el gobierno predique con el ejemplo con paridad en empresas paraestatales".
Hoy 6,1 es un porcentaje por debajo del promedio de América Latina y tras Brasil, Colombia y Chile, y muy lejos de países europeos, como Alemania, donde el 30 por ciento de las empresas tienen mujeres en los consejos de administración, justo donde se toman decisiones.
Si se impulsara a las mujeres, las utilidades crecerían 15 por ciento, afirma Irene Espinosa Cantellano, tesorera de la Federación, algo probada, dijo, de acuerdo con esos 34 estudios serios.
Según un informe de 2015 del McKinsey Global Institute, se calcula que la equidad de género podría agregar hasta 12 billones de dólares al crecimiento mundial, que en América Latina podría ser de 14 por ciento.
Por eso, una de las líneas más interesadas en el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) es el fomento de la participación de las mujeres en la economía, sostuvo por su parte la maestra Marcela Eternod Arámburu, secretaria ejecutiva de esa entidad.
Perder el talento de las mujeres coloca al país entre los más atrasados, los que más desperdician el talento femenino en la economía, dice por su parte María del Carmen Beltrán, directora del Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas.
Y aunque dos de cada 100 empresas en el país son propiedad de mujeres, estas no tienen el impacto que se necesita para mejorar la economía.
Ello significa que estamos perdiendo talento y creatividad; necesitaremos 81 años para que las mujeres empresarias y emprendedoras rompan el techo de cristal en México.
Nos ganan países inimaginables. En Turquía 10 por ciento de grandes empresas tienen mujeres en sus consejos; en Hungría el 11 por ciento; en Eslovaquia, 14 por ciento; en España, 17 por ciento; en Canadá, 21 por ciento; en Noruega, 40 por ciento, para no hablar de Islandia, donde el porcentaje es de 44 por ciento, un país que con estas medidas redujo la pobreza realmente.
Naciones Unidas ha recomendado 30 por ciento para los consejos y puestos directivos.
Diagnóstico lamentable
La senadora Díaz Salazar sostiene que la participación de las mujeres en el liderazgo y la toma de decisiones en las empresas es un problema internacional, pero México es el más rezagado.
En 2015, según Inmujeres, había una participación de ellas en actividades económicas hasta de 43 de cada 100, mientras que los hombres llegan a 78 de cada 100.
Según el índice de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, México tiene el lugar 66 de 144 países, debajo de la media. Pero si vamos a ver la fuerza de trabajo femenina, el indicador dice que estamos en el lugar 120 y en oportunidades somos el 122.
Ello, después de 63 años de logrado el voto o 60 de haber firmado acuerdos de la Organización Internacional del Trabajo. Muy por abajo.
Un estudio sobre la profesión periodística señala que las mujeres son dueñas de medios en tres por ciento y en fuerza de trabajo 32,5 por ciento, mientras los hombres son los dueños y tienen los mejores puestos.
Del estudio de Corporate Women Directors Internacional de las 100 empresas más grandes de América Latina 2016, en México únicamente hay 6,1 por ciento de mujeres, por debajo del promedio regional que es de 7,3 por ciento o de Colombia, donde alcanza el 16,8 por ciento o de Chile que tiene ocho por ciento.
Las iniciativas propuestas son el resultado de siete meses de discusión. Díaz Salazar informó que se ha sentado con todos los representantes empresariales, con los directivos de la Bolsa, de la Secretaría de Hacienda y con las mujeres empresarias de todo el país, para generar el ambiente necesario que abran esas oportunidades a las mujeres.
"Un acierto fue la expedición de la Norma Mexicana para la igualdad Laboral, que por ahora deberá aplicarse en toda la administración pública, según mandato presidencial del pasado 8 de marzo".
Recientemente en el marco del Foro "La Inclusión Económica de La Mujer, una Buena Práctica Internacional para Incrementar la Rentabilidad", la tesorera mexicana, Espinosa Cantellano, afirmó que la inclusión del talento femenino en la toma de decisiones genera además otros muchos beneficios, como mejor gobernanza corporativa, mayores niveles de innovación, ingresos netos, imagen y lealtad del consumidor.
Esas no son cosas menores, dice la senadora Salazar. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos publicó en días recientes que, si se redujera en 50 por ciento la brecha económica, para el 2030 el promedio del Producto Interno Bruto de los países crecería seis por ciento y se lograría una convergencia plena entre hombres y mujeres, se crecería en 12 por ciento.
Además, hay una convicción internacional para lograr que las mujeres lleguen y tomen las empresas, las hagan crecer y cambien la cultura empresarial, reconoció Díaz Salazar en la entrevista, y dijo que las mujeres están llamadas a salvar un sistema económico con permanentes problemas y crisis.
Propuestas legislativas
Las propuestas de cambios legislativos que -se advierte- no serán automáticos, y ellas son:
Modificar la Ley del Mercado de Valores para que las sociedades anónimas bursátiles puedan poner en marcha la perspectiva de género en la integración de sus Consejos de Administración, al menos en un 20 por ciento y tendrán un período de gracia de cinco años, para hacerlo gradualmente y otros cinco de maduración.
Modificar en su artículo 5º a la Ley Orgánica de Nacional Financiera y el artículo 6º dela Ley Orgánica del Banco Nacional de Comercio Exterior para dar créditos especiales de NAFIN y BANCOMEXT a las empresas que reporten programas de inclusión de género y sus avances de acuerdo con la norma mexicana de Igualdad Laboral.
Ello significará modificaciones o armonización con el artículo 34º de la Ley General de Igualdad entre Mujeres y Hombres y el 38º de la Ley de Obras Públicas.
La senadora Díaz también propone la modificación de 10 artículos a la Ley Federal de Entidades Paraestatales, donde se señala que los órganos de gobierno deberán tener al menos un tercio del género menos representado, dando cinco años de gradualidad para alcanzarlo, siempre y cuándo se pongan en marcha programas de inclusión de género y se hagan reportes anuales del avance.