La Habana, 15 octubre (Especial de SEMlac).- La fórmula mamá, papá y nené pudiera dejar de ser hegemónica si se concreta el reconocimiento de diversos modelos de familias en Cuba.
El artículo 67 del actual Proyecto de Constitución refrenda que "el Estado protege a las familias, la maternidad, la paternidad y el matrimonio".
Para el investigador y activista Alberto Roque, el uso del plural es el aporte más significativo en este artículo, aunque le resulta confusa la protección del matrimonio sin hacer mención a otras uniones que deben ser reconocidas y protegidas por el Estado.
"Al referirse a las familias, se abre el espectro a muchas configuraciones existentes, documentadas y caracterizadas en los estudios académicos desde hace muchas décadas. Entre ellas están las familias homoparentales y homomaternales", comenta Roque a SEMlac.
Múltiples conformaciones familiares van emergiendo en la sociedad cubana contemporánea. Investigaciones sociales hablan del impacto de procesos como el aumento de la soltería, las separaciones y divorcios en la jefatura de hogar femenina y el crecimiento de hogares formados por parejas de ancianos, debido al envejecimiento poblacional.
Sin embargo, estas y otras conformaciones familiares, como las homoparentales, no son tan visibles en las medidas que adopta el gobierno cubano. La reforma constitucional, en curso desde junio pasado, pudiera dar la posibilidad de reconocer y proteger a un mayor número de familias en el país.
Para activistas como Roque y Mercedes García, el artículo 67 pudiera abrir posibilidades para derechos como la adopción, la maternidad subrogada-asunto que reconocen complejo desde el punto de vista ético- y el derecho de las personas trans a conformar familias.
"De la constitución emanan otras leyes. Si ese artículo logra un verdadero alcance, en el futuro Código de familia deberían aparecer todos los derechos para todas las personas y todas las familias. Eso incluye la maternidad asistida y la paternidad", afirma García.
Esa posibilidad también la expuso la diputada Mariela Castro Espín, al pronunciarse sobre el artículo 68 que reconoce el matrimonio como "la unión voluntariamente concertada entre dos personas con aptitud legal para ello, a fin de hacer vida en común" y refrenda la igualdad absoluta de derechos y deberes de los cónyuges y la obligatoriedad en el "mantenimiento del hogar y a la formación integral de los hijos mediante el esfuerzo común…"
"Si se pondera esta posición de lo reproductivo y la responsabilidad materno-paterna dentro del matrimonio, entonces cuando se operacionalice en leyes habrá que garantizar para todos las mismas opciones y posibilidades", dijo la diputada ante el foro legislativo cubano.
Feministas y activistas han criticado la presencia de la función reproductiva ligada a los fines del matrimonio, pues tener descendencia puede ser parte o no de los proyectos de la pareja y la realidad cubana demuestra que no es requerimiento exclusivo para conformar una familia.
"En el matrimonio, el fin principal de las personas es convivir; no siempre es la reproducción. Colocarle la reproducción como coletilla sigue limitándonos. Si ya salimos de la función económica que tuvo por siglos, es momento de tener una visión más revolucionaria y más amplia de lo que puede ser el matrimonio y la familia como instituciones", expone García.
Por su parte, Roque opina que hacer mención a la reproducción dentro del matrimonio no excluye la legitimidad de aquellos sin descendencia, aunque "podría haberse redactado de forma más incluyente".
En su opinión, lo importante sería "expandir otras obligaciones y derechos que se contraen con el matrimonio y las familias constituidas en caso de discapacidades físicas y mentales, envejecimiento, etc., que establecerían protecciones a integrantes en situaciones permanentes o transitorias de vulnerabilidad social o biológica".
Pese a importantes avances en materia de derechos e inclusión social, estas contradicciones revelan la ausencia en el cuerpo constitucional de una deconstrucción profunda de la sociedad patriarcal.
Roque reconoce que la transformación necesita de tiempo y, sobre todo, "conciencia de cambio", pero alerta que "el proyecto constitucional es totalmente binario en cuanto a género y a orientación erótica del deseo, mantiene en contenido y forma los fundamentos de la ideología patriarcal sobre la que se inscribe la norma heterosexual dominante, ahora con matices permisivos y tolerantes hacia las sexualidades y géneros que rompen con estas normas.
"El activismo social con enfoque feminista juega un papel fundamental en esa difícil tarea. Para concluir podría afirmarse que, de aprobarse la nueva Constitución con las propuestas realizadas, nos acercaríamos un poco a los mínimos morales que deben garantizarse para todos, pero aún estamos muy lejos de lograr las obligaciones morales máximas que garanticen felicidad y bienestar plenas a todas las personas en relación a sus cuerpos, el género y la sexualidad", concluye el activista.
Ver para re-conocer… abriendo los marcos de las familias cubanas
Precisamente activistas LGBTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros, intersexuales y queers) han asumido el reto de visibilizar la diversidad familiar en Cuba a partir de los debates populares que hasta el próximo mes de noviembre están concebidos como parte de la reforma constitucional.
La campaña "Todos los derechos para todas las familias" surgió con el objetivo de visibilizar la diversidad familiar y dar respuesta a ataques de sectores homofóbicos en la isla que se oponen al artículo 68, por abrir las puertas al matrimonio igualitario.
La iniciativa, difundida en Facebook, tiene como protagonistas a un grupo de activistas por los derechos de personas LGBTIQ que colaboran en distintos escenarios.
"Trabajamos o pertenecemos a diferentes espacios como la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, el proyecto Abriendo Brechas de Colores, la experiencia Into Queer Havana de Airbnb y Producciones Dment, del realizador Lester Caballero Cintra", comenta a SEMlac Susana Hernández Martín.
Carteles, pegatinas, pullovers y cortos de videos son el centro de la campaña que tiene como imagen principal ilustraciones de la diseñadora Anabel Alfonso, en las que aparecen parejas homosexuales y heterosexuales, madres solteras, personas mayores, con discapacidad, infantes y hasta mascotas.
"El núcleo principal son una serie de videos que ilustran la cotidianidad de varias familias que no se ajustan al modelo tradicional y heteronormativo de esta institución social. Nos interesa mostrar que todas las familias son iguales en su enorme diversidad: pasamos por las mismas vicisitudes y felicidades, independientemente de las configuraciones que tengamos", reflexiona la periodista y activista.
Actuar en el espacio público, en la comunidad, ganar en visibilidad y presencia social y mediática son llamados para apoyar los avances que presenta el actual Proyecto de Constitución. Al decir de Susana, es "esencial convocar a las propias personas LGBTIQ+, dignificarlas, convencerlas de que el activismo público en este contexto no es una opción, sino una necesidad".
¿Las aspiraciones? Superar los espacios de las redes sociales y las limitaciones de conexión que aún presenta la población cubana.
"Nos encantaría impactar en escenarios imprescindibles, a los que no tenemos acceso por el momento, como la televisión nacional o la prensa escrita. Por ahora, nos satisface saber que la campaña ha sido acogida con muchísimo entusiasmo en Facebook y que hemos logrado tocar el corazón de cientos de personas durante estas semanas", explica Hernández Martín.
La iniciativa apuesta por la inclusión y por la consolidación del proyecto social nacional.
Mercedes García cita al apóstol nacional José Martí cuando afirma: "si partimos del precepto martiano ¡con todos y para el bien de todos!, quiere decir que todas las familias y las individualidades tienen que participar en la construcción de este proyecto. Si alguien es excluido por algún motivo, se vería fracturado el futuro de unidad y de nación que decidamos construir con esta Constitución".