Mamás, entre la pandemia de la violencia y el uso de su figura con fines mercantiles

11 de Mayo de 2020
Guardar
© César Martínez López
© César Martínez López
Oaxaca, Oax. Con jornadas cuádruples, incremento de violencia en su contra, más horas de trabajo no remunerado, así como el uso descarado de su figura con fines mercantiles, es como llegan las madres de familia al 10 de mayo, fecha que en México quedó establecido para celebrarlas a partir de 1922.

“Es una celebración que nos muestra una doble moral como sociedad, es decir tenemos un día al año para celebrar a las madres con flores, chocolates, comida, pero el resto del año menospreciamos los múltiples trabajos que realizan, nos negamos a descargarlas de las tantas actividades que se requieren en los hogares y además pasamos de largo las diferentes violencias a las que ellas se enfrentan: física, psicológica y sexual”, señaló la investigadora de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Charlynne Curiel.

La especialista en temas de género agregó que a lo anterior se suma la naturalización de las madres sacrificadas y sufrientes planteadas como modelo a seguir, madres que con su amor y empeño hacen posible la fraternidad y la familiar, sacrificando su propio bienestar.

“Tenemos que preguntarnos ¿Es eso lo que urge celebrar?, mujeres que aguantan golpes, que trabajan hasta 12 horas para llevar dinero a sus familias y que además en sus casas se hacen cargo de la alimentación, salud, educación y aseo si ninguna ayuda extra”.

El confinamiento producto de la pandemia -expuso- vino a poner de manifiesto lo que ya ocurría y se había denunciado desde hace muchos años; la discriminación contra las mujeres.

En este sentido destacó la importancia de tomar el 10 de mayo para reflexionar y reconocer el aporte de las mujeres en la sociedad, pero además la oportunidad de plantear políticas públicas encaminadas a eliminar las desigualdades y la violencia que enfrentan, actualmente potencializada por el encierro.

“El Estado mexicano debe atender ya la urgencia de la CEDAW de fortalecer una política nacional de cuidados que contribuya a la distribución más equitativa de estos trabajos no remunerados tanto al interior de las familias como en las instituciones”, subrayó.

Las recientes declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador que negaron el incremento de la violencia contra las mujeres durante la cuarentena ofende tanto a las mujeres que están viviendo cotidianamente ante la presencia constante de los agresores, a las feministas que todos los días documentan esta dolorosa realidad, así como a las funcionarias de su propio gabinete como la titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman, quien en distintos foros ha enfatizado la pandemia de la violencia de género.

Consideró que la intención de defender a la familia como un repositorio de fraternidad es deslegitimar e invisibilizar la lucha contra las ´discriminaciones “con el fin de fortalecer una visión muy conservadora de la familia tradicional que además empíricamente es lo menos consistente que tenemos en el país”.



“Mantener el valor de las mujeres en tanto que son madre, idealiza una institución violenta abusiva y patriarcal que tiene muchos años en crisis”.




Día de las madres, mujeres vistas desde una óptica mercantil
Por otro lado, agregó que sorprende para mal que en medio de una crisis el gobierno de la ciudad de México “se preste a seguirle el juego a la iniciativa privada que desde hace muchos años ha hecho el día de las madres una mercancía y en este sentido mover la festividad a junio”.

Carlynne Curiel agregó que el día de las madres cumple dos funciones, por un lado satisface intereses económicos de quienes ganan con el día de las madres y satisface intereses políticos al reproducir y fortalecer ideales de la mujer madre, de ahí el interés de posponer la celebración pero no dejarla de hacer a pesar de la crisis sanitaria, de acuerdo con lo planteado en otros estados del país.