Impera cultura patriarcal, la mujer obedece y el hombre manda

06 de Junio de 2016
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reportaje
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México, junio (SEMlac).- El 88 por ciento de las personas encuestadas sostienen que la violencia "es parte de la vida familiar" y 62,8 por ciento de los hombres opinan que las mujeres deben ser castigadas cuando "se portan mal".

Estos son resultados de la Encuesta Nacional de Género, realizada por la historiadora Patricia Galeana, quien se mostró "altamente preocupada" porque una porción importante de la población ve la violencia como "algo natural".

Al presentar el libro: Géneros asimétricos, representaciones y percepciones del imaginario colectivo, que forma parte de la colección Los mexicanos vistos por sí mismos, que publica la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Senado de la República, su autora dirigió una encuesta nacional que se ha plasmado en esa obra en particular.

Galeana dijo que gran parte de las personas encuestadas --sobre todo del sur del país, aunque también en algunas entidades del centro y del norte--, siguen pensando que "la mujer nació para obedecer y el hombre para mandar".

La apertura de la conferencia, celebrada en las salas 3 y 4 del Senado de la República, la hizo la senadora Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del recinto parlamentario, quien subrayó que esa Encuesta Nacional de Género arroja que se requieren grandes cambios que garanticen una sociedad más equilibrada y una democracia genérica.

Al abundar sobre los resultados del sondeo, la historiadora Galeana dijo que en el tema de la participación política de las mujeres, en un principio, los hombres declararon que ellas tienen las mismas capacidades que ellos, pero que la aprobación fue decreciendo en la medida en que el cargo al que accedían las mujeres era más alto.

¿Una presidenta?
Sólo 7,7 por ciento de los hombres encuestados aceptaron que las mujeres pueden llegar a ser presidentas de la República, dijo.

Galeana precisó que, al dirigir la encuesta, buscó saber qué es lo que piensan los mexicanos de ser hombre o ser mujer.

He aquí en términos generales los resultados que ofreció en la presentación del libro que, dijo, nos dan los parámetros para conocer la verdadera forma de pensar de las y los mexicanos para ver "dónde hemos avanzado como país y qué nos falta por avanzar".

El 32 por ciento de las y los encuestados declararon el embarazo adolescente como un problema nacional.

En la vida sexual prevalece la idea de que los hombres tienen un deseo sexual irrefrenable y que las mujeres no; 59 por ciento de los hombres usan condón, mientras que 20 por ciento sigue con el "ritmo".

El ser mujer se sigue identificando con la característica de que su mayor realización es ser madre, más que ciudadana, y el hombre se sigue pensando como el proveedor y el ser racional.

Las mujeres aceptan que parte de las desventajas que tienen es que son denigradas, que sufren acoso y maltrato; en cambio, los hombres no encontraron ninguna desventaja por ser hombres, si acaso la única que aceptaron es que no pueden procrear ni quedar embarazados.

"Hemos avanzado en el reconocimiento sobre la diversidad sexual", dijo la Galeana, pero agregó que ellos aprueban más la homosexualidad en los hombres que en las mujeres.

También, tanto hombres como mujeres, siguen identificando en mayoría al hombre homosexual con la pederastia, y por ello hay un fuerte rechazo a que trabajen en instituciones educativas o que puedan adoptar menores.

Además, consideran que si un niño está muy apegado a su mamá es señal de que será gay y, según la encuesta, sigue patente la idea de que "sería preferible que el primogénito sea varón", y que hay que educar a las niñas para las tareas domésticas, pues en el caso de los hombres está bien que saquen la basura o cambien un foco.

Tanto mujeres como hombres piensan, mayoritariamente, que los ingresos deben ser manejados por ellos, aun cuando ellas ganen más, pues se deja a las mujeres el gasto cotidiano, "para las tortillas", pero si se trata de comprar un televisor el hombre es el que tiene "la última palabra". Por: Gloria Analco

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