Encubren en Colombia violencia contra mujeres en Paro Nacional

18 de Mayo de 2021
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Ciudad de México. En Colombia, los medios de comunicación locales encubren los actos de extrema violencia que realiza la policía de este país contra las defensoras de Derechos Humanos (DH) y jóvenes al tergiversar la información y calificarlas como “vándalas” cuando ellas ejercen su derecho a la protesta en las movilizaciones del Paro Nacional, que hoy cumple 19 días en pie.

Así lo afirmaron defensoras de DH de organizaciones feministas de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca al suroeste de Bogotá, durante una conferencia de prensa virtual para evidenciar que a la prensa de su país no le interesa hablar de los casos de violencia sexual y agresiones por parte de la policía contra defensoras y jóvenes, en vez de ello, hace montajes que las muestran como “delincuentes” y así justificar que si la policía las encarceló, usó extrema fuerza o armas contras ellas, fue de forma legítima.

En suma, dijeron, los medios de comunicación responsabilizan a las víctimas de sus agresiones, deslegitiman los motivos que originaron el Paro Nacional y el por qué éste continua, no reconocen que la violencia policiaca se concentra en los cuerpos de las mujeres y niegan la presencia de las defensoras y jóvenes en la primera línea de las protestas al no nombrarlas ni incluir su voz en las noticias.

El 28 de abril, el Paro Nacional inició con el fin de que el presidente de Colombia, Iván Duque, retirara su reforma tributaria que pretendía subir los costos de la gasolina, la renta y la canasta básica. Este proyecto fue eliminado el 2 de mayo, pero las y los colombianos siguen en las calles porque exigen que su gobierno no deje de pagarles el acceso pleno a servicios de salud, un salario digno, oportunidades de trabajo, educación, y también exigieron un alto a la violencia contra las mujeres y una reforma que desmantele el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).

Resaltaron que muchas defensoras han sido detenidas de forma arbitraria, a pesar de que portaban la vestimenta de las organizaciones donde trabajan o presentaron su carnet que avala su cargo. “Hay 2 defensoras que sufrieron amenazas de muerte y de violencia sexual en una estación de policía. Las golpearon y fueron impactadas con armas del ESMAD de manera directa en sus cuerpos, a pesar de ello, aquí estamos, resistiendo”.

A estos 2 casos se sumó el de la defensora conocida como Libertad de la “Colectiva Reparando Ausencias”, quien relató que el 29 de abril intentó denunciar que un joven era agredido por casi 20 policías, los cuales se abalanzaron contra ella al ver lo que hacía y le dijeron que estaba detenida, aunque mostró su identificación. Ella forcejeó contra ellos, pero la encapsularon, violentaron sexualmente y golpearon para subirla a un vehículo.

La llevaron a una estación de policía donde declaró a las demás autoridades de ese lugar que había sido víctima de violencia, pero éstas le respondieron que “se lo había buscado” y la amenazaron con culparla de terrorista. Gracias a que una compañera de ella pudo dar con su paradero y junto a la demanda de su familia y más sociedad civil fue liberada.

“Grité como nunca en mi vida. Grité como si se me fuera el alma porque sabía que no iba a volver. Ese día me rompieron. El alma está rota, porque nunca somos las mismas después de una agresión sexual. Por eso la chica de Popayán no se suicidó, la mató la policía”, recalcó.

Jessica Amaya, una joven, coincidió con las declaraciones de Libertad. El 28 de abril, ella participó en un bloqueo en Cali, al cual un gran número de policías llegó, los emboscaron y replegaron. Comenzó a correr cuando una de los policías la señaló, pero no pudo escapar, se hizo bolita en el suelo, sintió alrededor de 45 golpes en su cabeza, luego de un rato perdió la conciencia.

Al despertar se dio cuenta que la habían colocado debajo de unos arbustos, no veía bien de un ojo y tenía la ropa rasgada. Escuchó disparos a su alrededor y decidió hacerse la muerta por miedo a que volvieran por ella. Regresó a su casa y se quedo ahí, por su parte, su hermana quiso regresar a la calle, pero en una horas terminó en el hospital al recibir un impacto de bala en el brazo.

Recordaron que según las leyes de su país la policía tiene como objetivo proteger a la ciudadanía y los militares deben defender las fronteras y no estar en las calles, pero eso es sólo una ilusión que se queda en el papel. “¿A quiénes están cuidando la vida estas autoridades?, ¿acaso somos nosotras y nosotros enemigos de guerra? Exigimos que paren de matar”, demandaron las defensoras afrocolombianas de la “Red de Madres del Oriente de Cali”

Estas defensoras explicaron que en el oriente de Cali, donde ellas residen, la violencia de género es más grave, y a ella se le suma el racismo. Por ser mujeres afrocolombianas sus únicas opciones laborales es trabajar limpiando casas, por lo que nunca ganan lo suficiente para enviar a sus hijas e hijos a escuela o trasladarse a otra ciudad.

Las agresiones contra su población son tantas, que las y los jóvenes se frustran al ver que no pueden hacer uso de sus derechos en ninguna parte de Colombia, por ejemplo, un joven joven quiso suicidarse al darse cuenta que por más que trabajara nunca le iba a dar el salario que merecería, en consecuencia, su madres tendría que regrese a laborar en casas.

Datos citados por las defensoras registraron 33 desapariciones de mujeres (3 en el Valle de Cauca y 20 a nivel nacional); 16 agresiones sexuales (3 de ellas fueron a menores de edad en Popayán, municipio colombiano); y 24 asesinatos de mujeres (2 de ellos fueron menores de edad) del 28 de abril al 9 de mayo, pero prevén que sean mayores, ya que no todas las mujeres y jóvenes denuncian ante las autoridades o evidencian sus casos en redes sociales.

Cabe recordar que el 14 de mayo, cientos de mujeres, defensoras y sociedad civil salieron a las calles en distintas ciudades de Colombia para exigir justicia por los 3 casos de menores de edad que fueron agredidas sexualmente por policías en Popayán; una de ellas decidió suicidarse luego de vivir estos actos violentos.

Ante la desinformación de la prensa, llamaron a que más defensoras de otras organizaciones de Cali u otras ciudades se sumen a la red de apoyo que ellas intentan crear para impulsar las voz de las mujeres y jóvenes, a través de sus redes sociales y espacios, se continue registrando los casos de violencia contra ellas, se sientan acompañadas, y entre todas luchen porque las víctimas accedan a la justicia.

Demandaron el despido del presidente de Colombia y del Ministro de Defensa, Diego Molano, y que se les incluya en la creación de las nuevas reformas que el Paro Nacional busca promover. “Cuántas veces me mataron, sin embargo, estoy aquí resucitando” cantaron las defensoras y las mujeres que estuvieron presentes al finalizar la conferencia.

En ese evento también participaron defensoras del pueblo “Misak”, conocido también como el l pueblo Guambiano que se ubica al sur de Colombia en el departamento del Cauca, de la “Fundación Ana María” y del “Taller Colectivo Político”.