Emprender y tejer redes, un camino colectivo contra las violencias

09 de Diciembre de 2024
Guardar
Emprender y tejer redes, un camino colectivo contra las violencias.  Foto: Ilustrativa/ SEMlac Cuba.
Emprender y tejer redes, un camino colectivo contra las violencias. Foto: Ilustrativa/ SEMlac Cuba.

La Habana, diciembre (SEMlac).- El reconocimiento de las distintas formas de violencias que atraviesan la vida de mujeres y niñas en la sociedad cubana y la construcción colectiva de estrategias para visibilizarlas fueron motivos que agruparon a más de una docena de mujeres cubanas el 4 de diciembre, en un espacio que calificaron de necesario, sororo y útil.

El taller "Comunicación, emprendimientos y violencias", dirigido a mujeres emprendedoras de los sectores estatal y privado, fue convocado por la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras, en alianza con la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí (Iipjm), SEMlac y la embajada del Reino de los Países Bajos, a propósito de la Jornada por los 16 días de activismo por la no violencia hacia las mujeres y las niñas.

El encuentro sumó la presencia de periodistas y creadoras de proyectos diversos vinculados a los cuidados, el cabello afro, las infancias y adolescencias, la artesanía, la comunicación y las redes sociales, además del apoyo a mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, entre otros.

Desde la escucha atenta, el grupo pudo intercambiar sobre la percepción de las violencias machistas, la comunicación vinculada a sus diversas expresiones y otras cuestiones relativas a los estereotipos, las brechas de género y las desigualdades de poder que las sustentan.

Tanto en sus espacios profesionales, de emprendimiento o en el ámbito privado, las participantes identificaron las múltiples violencias que atraviesan o marcan a una mujer cotidianamente.

Colocaron en el debate formas de maltrato como el abuso psicológico, el acoso laboral, la violencia estética y el rechazo hacia las personas de la tercera edad, quienes sufren sobrecarga doméstica y, en el contexto migratorio actual, han quedado a cargo, muchas veces, de los nietos.

Asimismo, aludieron a la violencia hacia grupos vulnerables como ancianos, infantes, adolescentes y personas en situación de discapacidad, al no tenerles en cuenta para la toma de decisiones en el hogar, a lo cual se asocia, además, el ejercicio de violencia patrimonial.

En opinión de Yadira Rachel Vargas, creadora y fundadora de Rizo libre, un emprendimiento que defiende la afroestética e impulsa una comunidad de apoyo para las personas de cabello rizado, esta falta de participación a niñas, niños y adolescentes puede influir en que no comuniquen con efectividad si sufren abuso sexual en el ámbito familiar, escolar o social.

Sobre los mitos y creencias asociados a las violencias machistas y que permiten su naturalización al estar incorporados a los imaginarios sociales, la periodista Sara Más Farías destacó la percepción común entre las mujeres en situación de violencia sobre que el agresor y la situación pueden cambiar. Esta creencia, a menudo, les impide buscar ayuda o recibir apoyo, insistió.

Apuntó que uno de los mitos más extendidos es la idea de que los hombres son violentos debido al consumo de alcohol, o que el maltrato psicológico es menos grave que el físico; pues muchas personas reaccionan solo cuando hay evidencias visibles de violencia, como heridas o hematomas.

"Las mujeres a menudo se encuentran atrapadas en un ciclo de maltrato, sintiendo que deben soportar la situación por el bienestar de sus hijos. Además, existe la percepción de que quienes ejercen la violencia tienen trastornos mentales, lo que puede llevar a interpretaciones erróneas sobre la realidad de estas situaciones", añadió Mas Farías.

Redes de apoyo y comunidades seguras
Como uno de los mayores aprendizajes y demandas emergió la necesidad de construir redes de apoyo y fortalecer las existentes, como espacios seguros donde las mujeres puedan encontrar herramientas y oportunidades que les permitan romper con ciclos de violencia y empoderarse.

En cada espacio de encuentro en sus comunidades, incluso en el escenario virtual, las emprendedoras sugirieron introducir debates que inviten a reflexionar sobre las violencias machistas y valoraron cómo incorporarlos en acciones ya programadas, proyectos y negocios.

Naiby Pardo Peñalver, creadora de Definiciones con Nay y del proyecto Amadas, que trabaja con mujeres sobrevivientes de cáncer de mama en el municipio capitalino periférico de Arroyo Naranjo, destacó que las acciones para informar sobre el cáncer de mama también pueden abordar temas como el autocuidado y la autoestima sobre el cuerpo.

"Empoderar a estas mujeres les permite no solo enfrentar su diagnóstico, sino también fomentar una mejor calidad de vida", dijo.

Para Rachel Morales, periodista y coordinadora de la cátedra de género del Iipjm, es esencial identificar dentro de las redes de apoyo existentes a personas o emprendimientos capaces de ofrecer un primer apoyo concreto a mujeres en situación de vulnerabilidad o violencia.

Yainiris Díaz, creadora de SugieroCuba, un proyecto que promueve en redes sociales pequeños negocios desde 2020, enfatizó la importancia de escuchar nuestras propias historias y las lecciones aprendidas sobre la violencia que todas hemos sufrido de una forma u otra.

Algunas emprendedoras asistieron al taller con sus hijas, quienes también participaron en la dinámica. Saleth Pérez Álvarez, de 10 años, comentó sobre la importancia de considerar lo que piensan y sienten niñas, niños y adolescentes, quienes podrían replicar conductas violentas o convertirse en víctimas en el futuro.

Una reflexión compartida por Noslen Vázquez Rojas, fundadora del proyecto Alma, una comunidad de crecimiento para adolescentes y sus familias, quien subrayó que cualquier acción para erradicar la violencia de género debe incluir la educación y formación de cuidadores y familiares, así como la activa participación de las infancias y adolescencias.

Archivado en