De acuerdo con un estudio del Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (CONAPRED), las TRABAJADORAS DEL HOGAR han sido históricamente objeto de una discriminación estructural, en donde la mayor parte de la sociedad no considera su labor como real, si no como parte de las actividades normales de las mujeres.
De cada 10 trabajadores domésticos nueve son mujeres, quienes representan el 10 por ciento de la población femenina activa en el país, mismas que tienen acceso a menores salarios y prestación de servicios de salud, comparado con los hombres que se desempeñan en la misma actividad.
Actualmente se discuten las iniciativas que buscan beneficiar a trabajadoras domésticas, tarea nada fácil, pues la Ley ejecutora debe contemplar que las empleadas puedan tener más de un patrón y que éstos a su vez serían amas de casa que no podrían ser obligadas a darse de alta ante el Servicio de Administración Tributaria.
Las Leyes actuales permiten que en esta actividad se trabajen jornadas hasta de doce horas sin derechos laborales, ni seguridad social, sin contrato, ni garantías de pensión y ahorro.
El Seguro Social (IMSS) prepara a la par una propuesta y programa piloto, que deberá considerar las ambigüedades propias de la forma en que se ha permitido el empleo para esta actividad, tarea nada fácil pues las particularidades abundan al ser solo el 6% del total de TRABAJADORES DOMÉSTICOS los que realizan la actividad de planta.
En el Senado de la República ya fue aprobada una reforma a la Ley Federal del Trabajo que buscará favorecer la regulación de las jornadas laborales, que en ocasiones superan las 15 horas diarias.
Otro desafío al que se enfrentan las autoridades mexicanas, es la prohibición y regulación para que menores de edad no sean incorporadas a este trabajo. El estudio de la CONAPRED señala que 36% de las mujeres comenzó a trabajar siendo menor de edad; y una de cada cinco el 21% lo hizo entre los 10 y los 15 años, edades en las cuales el trabajo es ilegal.
Las reformas a la Ley buscan regular y formalizar el trabajo de las empleadas domésticas, y atacar a uno de los principales sectores del empleo informal en el país, que aun sigue con altos índices.
México además tiene pendiente ratificar el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo. Se trata de la primera norma internacional con medidas específicas para mejorar las condiciones de vida de las trabajadoras del hogar. Dicho documento ya ha sido ratificado por 25 países de los cuales 13 pertenecen a América Latina.
Se trata de mejorar las condiciones de uno de los sectores laborales más vulnerables, indudablemente este tipo de trabajadoras se verán beneficiadas, pues en cada acción se busca reconocer plenamente los derechos de las trabajadoras y crear incentivos para que los y las empleadoras cumplan con las mismas obligaciones que se establecen en otras profesiones.