Familiares de víctimas y contingentes de organizaciones como Pan y Rosas, el Movimiento de Trabajadores Socialistas, Casa Gaviota, Oxfam y Amnistía Internacional tomaron las calles de la CDMX para exigir una alto a la violencia y justicias para las víctimas.
Previo a la marcha, integrantes del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio clausuraron simbólicamente las instalaciones de la Procuraduría de Justicia Capitalina.
Cerca de 3.000 personas con banderas moradas, pañuelos verdes y pancartas tomaron las calles de la ciudad y partieron del Monumento a la Madre coreando consignas y colocando carteles y afiches por las principales avenidas como Reforma y Juárez.
Al concluir la marcha, Irinea Buendía leyó un mensaje en el que exigió justicia para las víctimas y dijo "el gobierno de (Enrique) Peña Nieto ha sido el peor para las mujeres, la violencia ha aumentado considerablemente, así como la impunidad. Esta situación será un reto para el gobierno entrante que debe demostrar su compromiso con las mujeres".
Posteriormente, integrantes de diversas organizaciones y del movimiento feminista leyeron un pronunciamiento en el que señalaron que las mujeres siguen siendo víctimas de violencia en la escuela, en la calles, en el trabajo, en los hospitales y en las manos del Estado que por omisión o negligencia vulneran sus derechos.
Nombraron a diversas víctimas de feminicidio de la ciudad y del resto del país como Lesvy, Mariana Lima y María del Sol Cruz Jarquín, para quienes exigieron justicia pronta.
La exigencia colectiva se dirigió al nuevo gobierno al que solicitaron transporte seguro, rescate de espacios públicos, capacitación, justicia, políticas públicas con perspectiva de género, la implementación de la Alerta de Violencia de Género en la Ciudad de México, la evaluación de este mecanismo en los municipios implementados y un mayor presupuesto para el combate a la violencia.
Finalmente exigieron a los medios dejar de reproducir estereotipos e información que revictimiza a las mujeres y sus familiares y a las autoridades dejar de señalar los casos de feminicidas como "aislados" y "derivados de alguna enfermedad" como fue con el denominado "Monstruo de Ecatepec". Este tipo de violencia es producto de un sistema machista que no valora la dignidad y la vida de las mujeres.