De la vida real a las plataformas y redes virtuales, el patriarcado se reinventa y emerge desde posturas beligerantes y misóginas.
Rastrear sus huellas digitales, detectar sus puntos débiles y desmontar sus prácticas es el pirmer camino para hacerle frente desde un activismo comprometido con los derechos de las mujeres y contra las violencias machistas.
Yoamaris Neptuno Domínguez, instructora de arte, comunicadora y coordinadora de la Articulación Juvenil por la Equidad Social del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR), apuesta por “informarse, estudiar y diseñar una estrategia de comunicación coherente” para seguir despatriarcando desde internet.
¿Cómo se expresa el patriarcado hoy en los espacios digitales?
La manera en que está ordeanda la sociedad es patriarchal, con las hegemonías, los androcentrismos, los machismos, los sexismos, la heteronormatividad. El patriarcado legitima la superioridad masculina, que también ha encontrado múltiples maneras de expresión en los espacios digitales, ante el creciente uso de internet por parte de las mujeres.
En el contexto actual, se manifiesta como una nueva forma de dominación y violencia machista al acosar, insultar o amenazar; algo que, lamentablemente, cada día cobra mayor fuerza en el mundo. El acoso puede ir más lejos cuando se controla la comunicación privada por correo electrónico, redes sociales o mensajería instantánea.
El patriarcado se expresa cuando se dificulta la comunicación de la víctima con otras personas, al enviarle virus o inundarle su correo y redes sociales de mensajes ofensivos y controladores. Otra forma es la suplantación de la identidad de las mujeres, enviando correos y mensajes falsos a sus redes de amigos como constancia de acceso a información privada y bajo amenaza de hacerla pública si no cumple con las exigencias hechas por la pareja.
¿Cuáles son sus ataques más frecuentes a los derechos de las mujeres y al feminismo en redes sociales?
A mi juicio, los ataques más frecuentes que atentan contra los derechos de las mujeres y el feminismo en las redes sociales comienzan por negar o justificar las manifestaciones de violencia en dichas redes, para que se adapte el patriarcado a la virtualidad de manera impune.
¿Cómo desmontar esos ataques, qué hacer desde esas mismas herramientas digitales?
Para desmontar esos ataques desde las mismas herramientas digitales, es necesario informarse, estudiar y diseñar una estrategia de comunicación coherente. Nunca responder a la ofensa con otra ofensa, siempre dejar un mensaje que lleve a la reflexión.
Tratar de dialogar y, sobre todo, dejar claro que ser feminista no es negar u odiar a los hombres, sino trabajar junt@s por un mundo en equidad.
En el caso de Cuba, es necesario tipificar como delitos las diferentes manifestaciones de violencia de género en el contexto digital: ciberbullying, grooming y ciberacoso, que violan la privacidad de las mujeres y cercenan su libertad.