Esta asociación civil, que fue pionera al comenzar a registrar femicidios hace una década, presentó un informe que precisó que la mayoría de los asesinatos (200 de 225) fueron cometidos por parejas o exparejas de la víctima, familiares o conocidos.
Además, el mayor número de femicidios se registra en los hogares de las víctimas, y arrastran, a su vez, un daño colateral, ya que las 225 mujeres asesinadas este año dejaron a 250 niños y niñas huérfanos.
La desconfianza en las instituciones y la ausencia del Estado sigue siendo un agravante de estos casos, ya que sólo 16 de las víctimas había hecho una denuncia previa ante la Justicia por maltratos o amenazas.
De acuerdo con el informe, las mujeres murieron baleadas, estranguladas, ahorcadas, asfixiadas, degolladas, golpeadas, apuñaladas, descuartizadas, incineradas o por ataques con hachas y machetes.
Además, el 10 por ciento de las 225 víctimas fueron abusadas sexualmente antes de ser asesinadas y el 35 por ciento eran menores de edad, lo que implica que una vez por semana matan a una niña o adolescente.
Este informe incorporó una novedad, ya que por primera vez clasificó como "femicidio estatal" las muertes de mujeres en abortos clandestinos.
La nueva categoría es resultado de la lucha que llevó a cabo el movimiento de mujeres de Argentina y que estuvo a punto de lograr que este año se legalizara la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina.
Desde que Casa del Encuentro comenzó a elaborar estos informes, aquí han sido asesinadas dos mil 904 mujeres sin que la tendencia anual haya logrado bajar a pesar de las exigencias para que el Estado aplique políticas de prevención.