Un camino para acortar brechas digitales de mujeres y niñas

13 de Enero de 2025
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Un camino para acortar brechas digitales de mujeres y niñas. Foto: Ilustrativa/ SEMlac Cuba/ Cortesía de Dayalé Torres Diéguez.
Un camino para acortar brechas digitales de mujeres y niñas. Foto: Ilustrativa/ SEMlac Cuba/ Cortesía de Dayalé Torres Diéguez.

La Habana, enero (SEMlac).- Con la inteligencia artificial, las redes 5 y 6G, la automatización de procesos y el uso de robots se dibuja el presente y futuro de la humanidad, un escenario donde pareciera que no importaría ser hombre o mujer para disfrutar de tales beneficios. Pero la realidad apunta hacia brechas de género también en este ámbito.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres y las niñas siguen estando infrarrepresentadas en el ámbito de la creación, el uso y la regulación de la tecnología. No solo tienen menos probabilidades de usar los servicios digitales o de estudiar carreras relacionadas con el sector, sino que tienen mayores posibilidades de sufrir violencia y acoso en línea.

En 2023 la ONU señaló que 63 por ciento de las mujeres tenía acceso a internet, seis puntos porcentuales por debajo de los hombres; además de que ellas contaban con 12 por ciento menos de probabilidades de poseer un teléfono móvil.

El género es apenas uno de los factores a tener en cuenta, porque si se añaden otros como el color de la piel, la edad, la discapacidad, el estatus socioeconómico y el lugar de residencia, entonces las brechas en el acceso a las tecnologías se agudizan y aparecen grupos marginados, como las mujeres de más edad y las que viven en zonas rurales, por solo citar dos ejemplos.

De acuerdo con el organismo internacional, se trata de un tema que no sólo limita el empoderamiento digital femenino, sino que también tiene un impacto en el desarrollo de las tecnologías, al quedar privado el sector de la capacidad de innovación y la inteligencia de una parte importante de la población.

La ONU estima que, en la última década, la exclusión de las mujeres del universo digital restó un billón de dólares estadounidenses del producto interno bruto de los países de ingresos medianos y bajos.

En Cuba, a pesar de la falta de estadísticas que relacionen género y tecnología, algunas investigaciones ofrecen datos reveladores, como ocurre con la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS) 2019.

Según la indagación, en 11.966 hogares cubanos, 73 por ciento de los varones adolescentes de 15 a 19 años tenía acceso a móviles, en comparación con 66,9 por ciento de las mujeres. Además, ellas tuvieron un acceso a internet 9,7 puntos porcentuales por debajo al de los hombres.
 

Ailyn Febles, presidenta de la Unión de Informáticos de Cuba (UIC), en marzo de este año destacó a SEMlac la necesidad de contar con indicadores nacionales y proyectos de investigación que permitan abordar el problema de manera efectiva, así como monitorear y evaluar los avances.

Afirmó, no obstante, que las mujeres están subrepresentadas en áreas como las carreras de ciencias técnicas, la industria del software, la investigación en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) y en la dirección de micro, pequeñas y medianas empresas de este sector.

Febles dijo que en la nación caribeña solo 30 por ciento de quienes matriculan en carreras de ciencias técnicas son mujeres y, en la Universidad de Ciencias Informáticas, apenas 30 por ciento de quienes egresan son del sexo femenino.

Abriendo caminos
Pese a este escenario, Cuba cuenta con políticas públicas, como el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM), aprobado en 2021, que entre sus propósitos tiene la consecución del empoderamiento femenino y el avance en materia de igualdad de género, incluido el ámbito digital.

El PAM propone incorporar indicadores de género en estadísticas y bases de datos para analizar el acceso y uso de las TICs. También sugiere acciones para aumentar la participación de mujeres en campos relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (Stem) donde su presencia ha sido baja.

En este camino cobran especial importancia experiencias como el Laboratorio ciudadano por la equidad de género en las TICs, un proyecto de la Unión de Informáticos de Cuba en la provincia de Las Tunas, a 657 kilómetros de La Habana, que resultó premio Frida, otorgado por el Registro de Internet de América Latina y el Caribe (Lacnic).

Implementado en el Laboratorio de Innovación Digital Ciudadana de la Red (co-Lab) en ese territorio del oriente del país, uno de los cinco que existen en Cuba, la iniciativa ha permitido aplicar los Kits de Innovación y Creatividad de Unicef, entidad de la ONU con la cual han celebrado, además, fechas como el Día de las Niñas en las TICs, explicó a SEMlac Dayalé Torres Diéguez, coordinadora del proyecto.

Los Kits permiten una interacción directa con las y los adolescentes y constituyen una herramienta de transformación social que se expresa también en el ciberespacio, sostuvo la especialista.

Agregó que "el Laboratorio de Innovación Digital Ciudadana en Las Tunas constituye una experiencia novedosa, que ubica a la ciudadanía como centro del proceso de transformación digital".

En particular, según Torres Diéguez, encamina acciones concretas y efectivas en función de la inclusión de grupos sociales en condiciones de vulnerabilidad, destacando aquellas orientadas a eliminar la brecha digital de género que afecta a niñas, adolescentes y mujeres de todas las edades, tanto en áreas rurales como urbanas.

La especialista señaló que el estudio de especialidades STEM continúa siendo preponderantemente masculino, lo que refuerza mitos y estereotipos de la cultura patriarcal que afectan el desempeño profesional de las mujeres, así como la concreción de sus proyectos de vida, al no contar con recursos económicos ni de aprendizaje imprescindibles para su quehacer en la sociedad.

Comentó que las inequidades en el acceso también las hacen quedar al margen de una gobernanza de internet que debe incluirlas, las invisibiliza y limita su participación ciudadana activa y efectiva.

"La pandemia de covid-19 puso de relieve que, durante las etapas de crisis, se vulneran derechos femeninos y afloran violencias basadas en género. La modalidad de teletrabajo se impuso como necesidad para continuar nexos laborales, pero de igual manera mostró que las mujeres se encontraban en desventaja para asumirlo, en comparación con el sexo masculino, al carecer de habilidades digitales imprescindibles que permitieran la interacción con el mundo digital", agregó Torres Diéguez.

A ello se une el reto de simultanear las competencias profesionales con labores domésticas y de cuidado, acuñadas al sexo femenino desde el pensamiento patriarcal, además de estar expuestas a violencias basadas en género, adaptadas al mundo digital, sin contar con la preparación para prevenirlas y enfrentarlas.

El proyecto del Laboratorio "propone actividades diseñadas desde una perspectiva de género, en función de impulsar la innovación y la creatividad en mujeres y niñas para su inserción efectiva al mundo digital, partiendo del desglose de indicadores de brecha digital de género para zonas rurales y urbanas", detalló Torres Diéguez.

La también vicepresidenta de la UIC en Las Tunas y especialista en gestión del conocimiento e innovación significó que las actividades permiten formar habilidades digitales básicas (curso de programación en Scratch) y habilidades digitales avanzadas para el diseño e interacción, mediante las diferentes plataformas de gobierno y comercio electrónicos.

"De manera paralela se abordan las diferentes formas de violencias basadas en género que se reproducen en el contexto digital; el ciberacoso, el groming, la pornovenganza, entre otras, que hacen del mundo digital un contexto inseguro para ellas. De manera que se abordan buenas prácticas desde la prevención y la educación digital, para un internet seguro y equitativo", precisó.

Otros aspectos, agregó, es que contribuyen a la formación vocacional encaminada hacia el estudio de especialidades STEM y al desarrollo de soluciones informáticas inclusivas diseñadas por mujeres en función del bienestar de toda la ciudadanía.

De acuerdo con Torres Diéguez, el proyecto ha permitido visibilizar la importancia de la participación plena y efectiva de las mujeres en el contexto digital, así como desarrollar en ellas competencias digitales que les permitan un aprovechamiento óptimo de estas herramientas. También revela que la brecha digital de género está influenciada por diversos factores sociales, no solo tecnológicos, dijo.

La vicepresidenta de la UIC en Las Tunas remarcó que la iniciativa ha servido, igualmente, como plataforma para acciones de otras campañas, como Mídete, por los derechos de la niñez y la adolescencia en el contexto digital, también de la Unicef.

A su juicio, el principal desafío en materia de TICs será siempre la educación y que esta sea cada vez más inclusiva y libre de estereotipos de género. Se trata de que pueda contribuir no solo a un mayor empoderamiento femenino, sino también a la participación ciudadana, la capacidad de desarrollo individual y colectivo, y al conocimiento para una mayor protección en el contexto digital, como principal forma de prevención ante las violencias machistas en esos espacios, insistió.

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