Aumenta el número de pacientes graves de VIH-sida

25 de Julio de 2022
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México, julio (SEMlac).- El número de pacientes graves de VIH que llegan a los hospitales aumentó este año. Tan solo en el segundo semestre de 2019, 11 por ciento de pacientes llegaban muy enfermos a nosocomios de especialidad, pero para el segundo semestre de 2022, la cifra ascendió a 33 por ciento, de acuerdo con datos oficiales del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el sida (Censida).


Entre los factores de esta situación se encuentran los efectos del covid por la reconversión de hospitales, que dejaron de lado los servicios para el resto de enfermedades, desabasto de medicinas, mala atención y homofobia.

Ante este problema, especialistas y activistas demandan se retomen las campañas de prevención, orientación y detección que se vieron suspendidas, principalmente, por la pandemia y por recortes presupuestales.

Durante 2020 en México fallecieron 4.573 personas debido al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH); 3.815 hombres y 758 mujeres, la mayoría entre los 30 a 44 años de edad, según estadísticas del INEGI.

Alain Pinzón, director y fundador de VIHve Libre, afirma que no hay razón para que las personas con diagnóstico VIH estén muriendo, lamenta que, cuando en otros países se habla de medicamentos de largo plazo, intravenosos, en México "seguimos atorados por muertes de sarcoma, enfermedades definitorias de ida, desabasto de medicinas y mala atención".

Comenta que el caso más reciente es el de Edgar, joven de 25 años, diagnosticado en febrero de este año, quien acudió al IMSS de Chihuahua con diarrea y pérdida de peso. Pasaron meses antes de que los médicos diagnosticaran que era VIH porque no había infectólogo, lo cual atrasó el tratamiento con antirretrovirales debido al desabasto, lo que resultó en dos internamientos en el hospital.

El caso de Edgar, acompañado por la organización VIHve Libre, lo colocó en una pancarta para reclamar atención médica, lo que hicieron frente al edificio del IMSS en Reforma durante la marcha del Orgullo LGBT+, este 24 de junio, dos días después falleció. La respuesta de la institución pública fue "mejor llévenlo a su casa, pacientes así, es mejor que se mueran en casa", eso respondieron en sus últimos días.

El activista que ha vivido con VIH por más de 10 años, reveló la importancia que tiene el seguir con tratamiento en tiempo y forma. "Las personas que vivimos que VIH debemos de estar siempre medicados, si dejamos nuestro tratamiento, el sistema inmunológico se empieza a debilitar".

Afirmó que "en la actualidad, somos aproximadamente 200.000 personas con VIH en el país".

Falta de detección gratuita
Para Brenda Crabtree Ramírez, infectóloga e investigadora, representante del Consejo de Gobierno para América Latina y el Caribe de la International AIDS Society, asegura que "el diagnóstico de VIH en etapas avanzadas es algo que no debería existir". Deberíamos tener más acceso a las pruebas, con oferta universal y no solo en hospitales, sino en el contexto comunitario, y ponerse en tratamiento retroviral, para evitar la enfermedad avanzada.

Quienes tienen niveles bajos de células CD4 "tienen enfermedad avanzada y es más probable que requieran hospitalización y que puedan morir por VIH", lo cual tiene un impacto en los pacientes, pero también en el sistema de salud, pues implica recursos en tratamientos especializados y hospitalización.

Explicó que los análisis que se realizan a las personas con confirmación de VIH contabilizando el número de CD4, son las células linfocitos de los glóbulos blancos que combaten las infecciones virales en el cuerpo, pero con VIH estas células son infectadas y mueren. Entre menos células de ese tipo tiene una persona, es más propensa a padecer inmunodeficiencias. Los niveles de CD4 es un marcador para saber qué tan avanzada está la enfermedad. Las personas debajo de 200 son susceptibles a tener infecciones oportunistas y pueden desarrollar sida.

El sistema de salud realiza el registro de los niveles de más de 200 CD4 o menos de 200 CD4 por cada paciente que comienza atención médica tras el diagnóstico de VIH.

Al inicio de esta administración, en 2019, se aplicaron un millón 231.000 pruebas de VIH y sífilis, en 2020 se realizaron un millón 26.000.
En 2022 aún no se recupera el nivel de testeo que se realizaba antes de pandemia, indica la doctora Crabtree Ramírez.

La Ciudad de México tenía 28 por ciento de pacientes graves en 2019 atendidos en su red de servicios de salud, para este año el porcentaje aumentó a 73 por ciento. Es la entidad con mayor tasa de infección y mortalidad de covid-19 y donde la reconversión hospitalaria fue una de las principales estrategias contra la pandemia.

En el segundo semestre de 2019, solo dos entidades, Colima y San Luis Potosí, registraban más de 50 por ciento de pacientes con menos de 200 CD4, es decir, con la infección de mayor gravedad que podría impactar en el desarrollo del sida o más padecimientos, mientras que en el segundo semestre del 2022, 29 entidades registran más de 50 por ciento de pacientes graves.

Colima, que en 2019 era la entidad con mayor porcentaje de pacientes graves, 61 por ciento en todo el país, sigue con el primer lugar, pero ahora con 93 por ciento, al tiempo que Durango, que hace tres años registraba solo 17 por ciento de pacientes graves, aumentó a 78 por ciento.

Se dejaron de hacer campañas de prevención
Ricardo Baruch Domínguez, especialista en salud pública, derechos sexuales y comunidad LGBT, apuna que muchas estrategias de prevención que se impulsaban a nivel comunitario por las asociaciones civiles de la organización civil, en materia de prevención y detección oportuna desaparecieron o dejaron de recibir recursos al inicio de este sexenio.

También al debilitarse la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) dejaron de hacer campañas masivas en materia de derechos humanos de las personas que viven con VIH.

Reconoce, como otro factor, un repunte que ocurrió en México y otros países de América Latina que es el incremento del "no uso de condón" que se daba en países como Estados Unidos, Canadá o Europa, pero ellos tenían el PreP (Profilaxis pre Exposición), pero aquí llego bastante tarde.

Otro factor fue la reconstrucción del mercado laboral derivado de la pandemia del covid-19. Las entradas, salidas y paros en el sector laboral, pues buena parte de quienes reciben tratamiento TAR (antiretroviral) lo hacen a través del IMSS o Secretaría de Salud, y al cambiar de empleo o quedar desempleados afecta el acceso de servicio, tratamiento y medicamento.

Hasta mayo del 2021 se registraron 113.788 personas en tratamiento antirretroviral (TAR) con estatus activo en la plataforma del Sistema de Administración, Logística y Vigilancia de Anti Retro Virales (SALVAR), de la Secretaría de Salud, de acuerdo con INEGI.

Para 2020, aproximadamente 28 por ciento de la población fallecida no contaba con afiliación alguna a una institución de Salud (1.259). De las que, si tenía (2.586), la mayor parte se encontraba afiliada al IMSS (56 por ciento) y al Seguro Popular (30 por ciento).

Respecto al PreP apenas se introdujo en cinco ciudades del país para usuarios de los Capasits en los estados, que son Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual, y la Clínica Condesa en la Ciudad de México. Estos centros atienden solo a poblaciones no afiliadas en ningún tipo de institución pública o privada.

El IMSS abrió su programa de PreP pero tardó en dejar claro en qué consistía y mucha gente no sabía nada y les daban medicamentos que no eran. Hace unos meses se comenzó a regularizar, pero para llegar al punto que los den el proceso es muy difícil. Y en el ISSSTE de plano no hay.

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