Apuesta por equidad, justicia de género y ambiental

11 de Marzo de 2019
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La Habana, 11 marzo, (SEMlac).- Desde la reflexión crítica de los desafíos que tiene Cuba en materia de saneamiento del medio ambiente, especialistas y activistas en la cultura ambiental y de paz, la Red Cubana de Mujeres Afrodescendientes, representantes de la sociedad civil y personas de diferentes sectores conmemoraron el Día Internacional de la Mujer, en la capital cubana.



"Queremos que el 8 de marzo sea una plataforma de derechos, un día de análisis, reivindicación de demandas y regocijo para las mujeres", comentó Lizzette Vila, directora del Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social.




La realizadora hizo especial mención a la periodista y feminista Isabel Moya, cuya obra visibilizó la temática de género en el país. Recordó las luchas de las mujeres por conquistar la igualdad y derechos como el sufragio femenino; así como la trascendencia de la celebración en la capital del congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), organización de masas que agrupa a más del 90 por ciento de las de las adultas y adolescentes del país.

El encuentro, celebrado el pasado martes 5 de marzo en la Embajada de España, fue organizado por Palomas y la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID) y estuvo dedicado además a la celebración de los 500 años de La Habana, declarada en 2016 ciudad maravilla.

Uno de los primeros catalizadores del debate fue el modo de vida de muchas mujeres, que en la recolección y el reciclaje de desechos sólidos encuentran un medio de sustento y la oportunidad de devolver a la vida útil la basura, innovar soluciones a problemas cotidianos y contribuir a tener una ciudad limpia.

El documental Mujeres…de la basura al bienestar, de Ingrid León y Lizette Vila, pone de manifiesto los retos ante la contaminación ambiental, las desigualdades que emergen de estas realidades y las brechas en el cumplimiento de normativas existentes.

El manejo de los 23.000 metros cúbicos de desechos sólidos que genera cada día la capital cubana, con más de dos millones de habitantes, está signado por deficiencias materiales y estructurales, expuso el cortometraje.

No obstante, en este propio contexto emerge el compromiso con la igualdad y la equidad de mujeres que en el trabajo comunitario dignifican el reciclaje y la clasificación de residuos, actividad económica vital para ellas y sus familias.

Educación ambiental desde la comunidad
Liana Bidart, coordinadora del Programa de gestión ambiental del no gubernamental Centro Félix Varela, subrayó en el conversatorio la prioridad que para la institución ha tenido, desde su fundación en 1993, la transformación de los barrios a partir de intervenciones culturales, proyectos comunitarios y acciones de educación ambiental.

"Trabajamos en la formación de una ciudadanía activa y responsable para el desarrollo de una sociedad equitativa", significó la especialista.

Mencionó la importancia de la articulación de redes como Mapa Verde y Cultura de la Paz, la comunicación, gestión y desarrollo institucional, el enfoque de género y el apoyo a programas gubernamentales como la Tarea Vida, para el enfrentamiento al cambio climático.



"Ese es el problema ambiental más acuciante que enfrenta la humanidad y sus impactos afectan de modo particular a las mujeres, ante la escasez de agua, alimentos y los fenómenos extremos, por lo que es vital la mirada de género al abordar la vulnerabilidad ambiental en el desarrollo de las localidades", dijo.




Ailena Alberto Águila, coordinadora del proyecto Residuos sólidos urbanos, desarrollado hasta 2018 en la reparto de Micro X, Alamar, en el este de La Habana, compartió sus experiencias en esta iniciativa. De los más de 3.000 participantes en el manejo y clasificación primaria de los residuos sólidos en la comunidad, más de 57 por ciento eran mujeres, "potenciales sujetos y gestoras del cambio", destacó.

Como garantía para la sostenibilidad del proyecto, mencionó la necesidad de capacitación de manera diferenciada a los grupos que forman parte de la estrategia, e involucrar desde el principio a todas las instancias de gobierno.

Salvar las brechas de inequidad en las comunidades vulnerables es uno de los objetivos del proyecto Akokán, subrayó por su parte Ignacio Ruiz, de la Sociedad Solidaria Andaluza de Desarrollo. La intervención busca, mediante el trabajo comunitario, mejorar el barrio Los Pocitos, próximo a uno de los mayores basureros de La Habana y ubicado en el municipio de Marianao, explicó.

Justicia para todas
En la cita también estuvo presente la obra de la cineasta y activista afrodescendiente Sara Gómez, quien registró los lugares más desfavorecidos de La Habana, donde las desigualdades históricas, económicas, culturales y sociales centraron la excelencia de un arte crítico con trascendencia social, también estuvo presente en el encuentro.

El documental autobiográfico Guanabacoa: crónica de mi Familia, una de sus obras pioneras, motivó a través de fotos familiares, música popular y los relatos de "madrina", la reflexión profunda desde las raíces de la autora, una de las pocas mujeres cubanas directoras de cine.

La cinta devolvió a la pantalla más que un retrato familiar propio, el testimonio de una época y un modo de vida: la de las familias negras de clase media o alta en Cuba, que se reunían en clubes exclusivos antes del proceso revolucionario de 1959.

La investigadora y activista Gisela Arandia destacó la trascendencia que tuvieron las personas afrodescendientes en la ampliación de la ciudad, a mediados del siglo XVI. "La Habana se convirtió en plaza obligada para las flotas que viajaban entre la metrópoli española y la isla. Se diversificaron las relaciones económicas y comenzó la construcción de palacios y otras edificaciones que hoy han convertido a La Habana en una de las ciudades más bellas de América".



"Fueron las personas de origen africano, libres y a veces esclavizadas, quienes realizaron esas tareas, particularmente mujeres negras y mulatas. Ellas crearon estructuras sociales y condujeron a formas y estructuras económicas de empoderamiento, como muestra el documental y de lo que se conoce muy poco", dijo la profesora.




Arandia significó que es importante saber que las familias y personas esclavizadas que llegaron en esos barcos tuvieron la capacidad de construir la emancipación, e invitó a pensar en el desafío actual que entrañan desigualdades e inequidades aún no superadas.

El intercambio con el público suscitó inquietudes como la urgencia de trabajar estas temáticas desde los medios de comunicación y lograr mover la reflexión sobre la justicia ambiental y equidad de género en las generaciones más jóvenes. ([email protected])