México, 20 Mayo (SEMlac).- El 14 de mayo el día comenzó con la llegada al Senado de muchas mujeres citadas para tomar el tercer piso y escenificar lo que sin duda es un día especial. La participación política las movía, esa que es la forma de garantizar que las mujeres sean reconocidas en la vida pública y el mundo del conocimiento.
Ubicadas en la galería y cargadas de toda la experiencia, sabían que los liderazgos son resultado de la pelea cotidiana, hace dos siglos en México; y que la participación política se llena frecuentemente de violencia y sangre. Y nada será una realidad si se mantienen la violencia contra las mujeres y el feminicidio. Y la advertencia de que la realidad no se cambia por decreto.
Siguió con la presentación de un dictamen de tres iniciativas que se sumó a la original presentada por la senadora Kenya López Rabadán, del Partido Acción Nacional (PAN), que fue la primera en proponer la Paridad Total como resultado de Mujeres en Plural y la organización 50/50. Se sumaron a las iniciativas los senadores de Morena Malú Micher y Martí Batres. Es decir, unas iniciativas para lograr que en política y en la vida pública "haya un piso parejo".
Así, el pasado 14 de mayo, en el Senado de la República por unanimidad de 120 votos a favor, ninguno en contra y ninguna abstención, se aprobó el dictamen que modifica nueve artículos de la Constitución a favor de la paridad total, paridad en todos los ámbitos de la vida pública, en el gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales, en los órganos descentralizados y autónomos. Se dará un vuelco en todas las actividades de los gobiernos, dijo Kenya López, un vuelco histórico, inesperado y posible.
En el decreto de la paridad total prácticamente hubo coincidencia en el Senado, no es más que el inicio de un largo proceso de transformaciones en la vida cotidiana. El espacio se aprovechó para hacer homenaje a todas las luchadoras de todos los tiempos. Una mención especial para María de los Ángeles Moreno, quien era la jefa de la Cámara de Diputados cuando comenzó en 1996 la discusión de las cuotas de participación política.
La paridad total no servirá, se advirtió en varios discursos, si no está presente en cada casa, en cada familia, en cada espacio de trabajo y no será un éxito si miles de mujeres no pueden sentirse seguras, si el feminicidio no disminuye, la paridad no resolverá el grave problema de la violencia: se necesitan acciones concretas y que desaparezcan la discriminación, las brechas de desigualdad y la pobreza.
La defensa del dictamen la hicieron hombres y mujeres. Las senadoras, más de 15 oradoras, hicieron discursos salpicados de datos históricos, nacionales e internacionales, pero también con propuestas para que sea coherente el gobierno federal, para una verdadera transformación, donde haya una verdadera acción para frenar la violencia de género, la mortalidad materna, se evite la discriminación, la demagogia en los programas sociales.
Fue Nubia Mayorga Delgado quien habló de que la paridad no es todo, porque millones de mujeres no tienen las mismas oportunidades y claramente habló de cómo el actual gobierno ha eliminado programas específicos para las mujeres como las estancias, los refugios, el programa de cánceres femeninos, las casas campesinas, el cuarto adicional, el fondo proequidad y otros cambios que en la política del régimen no garantizan los derechos de las mujeres, ganados a través del tiempo.
Se calificó de día histórico para los avances de las mujeres, "aunque falten algunos detalles" y aún esté lejos el fin de la discriminación. Más mujeres en toma de decisiones y que las mujeres que por ley ahora podrán acceder a todos los espacios de poder, tengan compromiso con la demanda de las mujeres y haya políticas públicas con rostro de mujer o con visión de género.
La paridad total se aprobó y será enviado el dictamen a la Cámara de Diputados y también a los congresos locales, donde habrá de ser aprobado. Esto sucede cinco años después de la paridad electoral (2014), 66 de la modificación constitucional para el voto ciudadano de las mujeres y más de 20 del establecimiento de las cuotas de participación política.
Se habló de cómo las mujeres pidieron el voto sistemáticamente desde 1824; lo dijeron las oradoras de Zacatecas, donde fue esta demanda; tanto como cuando hace 17 años en Guerrero durante el Encuentro Feminista Nacional se lanzó la campaña por el 52 por ciento, Ganando Espacios.
Hablaron ahí dos ex candidatas a la presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota, del Partido de Acción Nacional, y Patricia Mercado Castro, del Movimiento Ciudadano. Mujeres que están recién llegadas a la política. La senadora panista habló de por qué apenas es la puerta para lograr la igualdad sustantiva, cuando hay una cultura patriarcal y no cesa ni la violencia, ni se disminuye la pobreza para millones de mujeres.
Mercado Castro dibujó lo que falta. Presentó el estudio que hizo una militante de cómo hay desigualdad en los gabinetes, el promedio participación es de 21 por ciento, pero hay entidades con cuatro por ciento como en Baja California Sur y 50 por ciento en Chiapas; más de cuatro entidades con 25 por ciento y más, pero otras muchas entidades con porcentajes menores.
Hoy, dijo Kenya López, las mujeres irán poco a poco ocupando puestos; Xóchitl Gálvez se refirió a cómo se rompen los paradigmas que han mantenido en segundo lugar a las mujeres, pero especialmente campesinas e indígenas, esas que aún son educadas como en el pasado.