México, octubre (SEMlac).- (depositphotos) Como todo deporte, el futbol femenil es un derecho humano, pero también una industria y un espectáculo que deben reconocer los derechos laborales de las deportistas profesionales, con salarios dignos y prestaciones. Esos son precisamente algunos de los pendientes que enfrentan las deportistas.
En el primer seminario "Retos de los derechos humanos laborales de las futbolistas mexicanas. En el marco del Mundial de Fútbol de 2026", abogadas, especialistas y pioneras de la rama femenina de este deporte profesional en México analizaron las condiciones, no siempre favorables, en las que prevalece la profesionalización del fútbol, estereotipado por décadas como un asunto solo de hombres, pero al que las mujeres también han llegado.
En México no hay oportunidad para las exfutbolistas con preparación para formar parte de los equipos técnicos en los clubes profesionales, sostuvo Esther Mora Soto, considerada una figura icónica del fútbol femenil y la primera que se profesionalizó como directora técnica en Italia.
Mora Soto plantea que la introducción de mujeres en los cuerpos técnicos disminuiría los problemas de acoso sexual, que afectan a las jugadoras profesionales y que, dijo, excepcionalmente salen a la luz pública.
Esther Mora Soto, sin reflectores, triunfó en Italia
Recién ingresada al Salón de la Fama, Esther Mora Soto ve lejano el momento para que las directivas y responsables del deporte volteen a ver el fútbol femenil y esta actividad profesional reciba la atención debida. No obstante, dijo, es un buen momento para ver a las futbolistas.
Ellas han demostrado que, pese a las limitaciones, pueden hacer mucho. Ella misma recuerda que, siendo muy joven y sin apoyo de empresas futbolísticas ni de las federaciones --mucho menos un representante, excepto la ayuda de su familia--, emigró a Europa casi dos años antes que Hugo Sánchez.
Esther Mora Soto es una apasionada en su trabajo y desde siempre buscó hacer la diferencia. Desde niña se recuerda jugando fútbol, en un tiempo en que era inconcebible, no era un deporte "propio de las mujeres". Por ello, dice que este deporte se debe fomentar desde la infancia entre las niñas, porque ayuda a fomentar la igualdad, pero eso no ha sido entendido por las empresas futbolísticas.
Recordó que en las décadas de los setenta y ochenta, las futbolistas soñaban con canchas de entrenamiento, un estadio y ligas que promovieran el fútbol femenil; el paso ha sido lento.
Sin embargo, ella en 12 años logró ser seleccionada nacional; en 1976, con 18 años, ya se encontraba en Italia, donde jugó como profesional, conquistó tres campeonatos de goleo y con su equipo logró dos títulos y fue elegida la mejor jugadora extranjera.
Una contratación que proteja los derechos laborales de las deportistas
Susana Pérez Domínguez, abogada y ex jugadora de la selección de fútbol femenil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), refiere que la desigualdad laboral ha sido un problema, no sólo en la diferencia de salarios con respecto a los hombres, sino que también es difícil que las empresas futbolísticas reconozcan otros de sus derechos laborales, todo lo cual se convierte en barreras para su desarrollo.
Recordó que la Liga de Fútbol profesional femenil se inició con condiciones mínimas para las jugadoras, pese a que cumplían con un horario, pero no les reconocían la relación laboral; el pretexto era que apenas comenzaban y que hace 70 años los hombres pasaron por lo mismo.
Los sueldos para las jugadoras eran de 1.500 pesos (76 dólares), no les pagaban la transportación aérea, se ahorraban el hospedaje para lo cual viajaban en autobús y llegaban directamente a jugar, carecían de servicio médico y las lesiones, muchas veces graves, no se consideraron como riesgos de trabajo.
Aunado que un embarazo no era compatible con la vida laboral.
Ellas tampoco son consideradas como beneficiarias de la casa club o se les regatea la posibilidad de que puedan vivir en ellas, pese a que muchos jugadores con grandes sueldos ya ni siquiera necesitan de esas viviendas, lo que obligaba a las jugadoras a tener que gastar en la renta de una casa, dijo Susana Pérez Domínguez.
Las jugadoras más jóvenes también estudian, lo que es muy importante, considerando que la carrera deportiva es muy corta; sin embargo, es difícil. Otros elementos que muchas veces acortan la vida deportiva son la menstruación, un embarazo o la maternidad.
De ahí que los clubes tengan muchos retos que cumplir para garantizar los derechos laborales de las jugadoras, especialmente los riesgos de salud, para que no se repitan casos como el ocurrido a Ana Campa, quien perdió la visión de un ojo, pero no se consideró como riesgo de trabajo, ni se pensó en reubicarla en otra área.
Por ello Susana Pérez Domínguez recomendó que las jugadoras deben buscar contratos colectivos para protegerse.
Espectáculo o negocio, pero debe prevalecer el derecho de las jugadoras
Para la abogada Patricia Muñiz Domínguez, el derecho al deporte es un derecho humano, antes que un espectáculo o un negocio. De ahí que deben prevalecer, como los derechos laborales, que no existen para los empresarios deportivos, pese a que Ley General de la Cultura Física y Deportes, en su artículo 84, marca el deporte profesional como un trabajo.
Lamentó que sigan permeando en el imaginario social falsos estereotipos en relación con el fútbol femenil, como el hecho de que no vende, ni llena los estadios o que nadie lo ve. En tanto, hay una corriente que critica a las futbolistas por exigir un salario digno.
Al respecto, dijo que México ocupa el segundo lugar de los países por llenar un estadio con más de 100.000 personas en un encuentro de la Liga Femenil Mx.
Patricia Muñiz Domínguez, abogada especialista en Derecho Deportivo y quien fuera titular de la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte, señala que tal pareciera que en el deporte no existen los derechos humanos ni tampoco la Constitución.
Reformas para garantizar la Ley del Deporte con perspectiva de género
Noemí Monroy Enríquez, también abogada especializada en asuntos deportivos e impulsora de la iniciativa para establecer un salario base y derecho pleno para las jugadoras --aprobado por el Senado el 5 de marzo de 2023--, indicó que es necesario que la Cámara d Diputados apruebe esa reglamentación para su pronta operación.
La abogada relató el acompañamiento que le dieron a Paola López Irigoyen, exfutbolista profesional que jugó en la primera división BBVA Femenil y en la Liga Mx Femenil, y quien exigía una copia de su contrato.
En su exposición, Monroy Enríquez relató los cuestionamientos que le hacían e, incluso, el debate que surgió ante la suposición de que, con la aprobación de la reglamentación deportiva, se corría el peligro de que la liga Mx Femenil podría desaparecer.
Lo que se busca, explicó, es disminuir la brecha abismal que existe entre el fútbol varonil y el femenil, desde un enfoque de igualdad y dignidad para las futbolistas.
Relató que existe esa resistencia a tocar los temas laborales en el deporte profesional, los cuales deben tener un enfoque de derechos humanos. Precisó que uno de los temas a discutir con las federaciones y clubes del fútbol femenil fue la atención médica especializada, además de tener inscritas a las jugadoras en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
La abogada Monroy Enríquez señaló que la Red de Mujeres Sindicalistas está dispuesta a seguir impulsando esta iniciativa ante la diputación federal, ya que no sólo es benéfica para las futbolistas, sino para todas las deportistas.
En 2023, el Senado aprobó el dictamen de Ley que reforma el artículo 296 de la Ley Federal del Trabajo en materia de deporte profesional, conocida como la Ley de Igualdad en el Deporte, y busca establecer un salario base para los deportistas profesionales, que los dueños de empresas o clubes inscriban en el IMSS a sus jugadores y jugadoras, así como mantener un servicio médico especializado.
Además, contempla que el salario base podrá contar con las aportaciones derivadas de las categorías de eventos o funciones de los equipos o de la experiencia en el deporte profesional.