“Era jugadora y una lesión fuerte en la rodilla me alejó de la cancha. Alejandro y Carlos de la Vega, ambos entrenadores, me invitaron a ser parte del staff y a partir de ese momento me hice cargo del grupo de las niñas”, agregó.
Para Erika Paola las cosas no han sido nada fácil, porque por sus venas aún siente el deseo de patear el balón y desde luego echar una que otra carrera a la zona de touchdown.
“Es un poco complicado porque no es lo mismo ser jugadora y estar del otro lado, a un costado de la cancha. Debemos ensayar desde la manera de tomar el balón desde cómo pararse en el campo y además motivarlas para que tengan buena actitud”, afirmó.
Añadió a Notimex que ser parte de un equipo triunfador es necesario corregir los errores en los entrenamientos, porque a la hora de los juegos siempre se debe tener en consideración las estrategias de los rivales para anularlos y salir con la victoria.
“Se trabaja en la semana y se corrigen las fallas del juego pasado. Siempre buscamos que ellas tengan la capacidad de sobresalir. Y con la actitud de ser mejor", expresó.
Tafoya Ruiz consideró que la labor de una entrenadora va más allá de un juego de fin de semana, “trato de apoyarlas en sus estados de ánimo, de motivarlas y apoyarlas. En el campo todo se puede y transmitir que ellas son las mejores”.
Mencionó que estar en el mundo del futbol americano es de herencia y es un deporte que tiene cierto parecido con la vida, “la vida no va a esperar que te levantes de un golpe y lo mismo pasa con el futbol americano, tienes para quedarte o levantarte y seguir”.
Resaltó que los valores son parte fundamental que da el futbol americano y las niñas y jóvenes inmersas en él, saben hasta dónde llegar.
“Ellas han tratado de romper con los estereotipos de ser niñas y no pueden jugar futbol americano. Ya demostramos que si podemos jugar y lo que nos pongan. Me han dejado muchas satisfacciones desde jugadora hasta coach”, consideró.
Para Erika Paola ser parte del equipo Vaqueros Femenina Categoría Mayor, es una satisfacción que no cambiaría por nada. Se aprende a ser disciplinada y alcanzar los objetivos trazados que luego se llevan a la vida.