La árbitro internacional rememoró que tras jugar futbol en la universidad y ante la necesidad de ganar dinero extra la llevaron a arbitrar como amateur en el mes de septiembre de 1999.
Comentó que se cuestionó si quería ser árbitro ante la invitación de una amiga, ya que a ella le gustaba jugar en el llano con ligas de niños.
Manifestó que después de esa experiencia decidió convertirse en árbitro profesional en el año 2005 para ir tras el titulo internacional en 2008.
La originaria de Guadalajara, de 36 años, dijo que ya con gafete FIFA participó en 2010 en el premundial sub 17 en Costa Rica, torneo que marcó el inicio de experiencias en Cancún (2010), Guatemala (2011) con la selección femenil en la Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Futbol (Conccaf).
"En 2011 tuve la oportunidad de viajar a China y 2012 fue mi año por una carambola del destino, ya que me toca arbitrar en el torneo de Portugal a una de las selecciones mayores", comentó.
Compartió sus vivencias en las Copas FIFA, en países como Japón, Estados Unidos, México, Río 2016 y hoy ganadora del Premio Concacaf 2017, en la categoría de árbitro del año.
Venegas Montes expresó que las lesiones no le han impedido seguir, "ya que son parte del camino, hay que prepararse siempre, el arbitraje es muy celoso, si quieres conseguir tu objetivo no se pueden tomar atajos".
Aceptó que ha sido complicado destacar como mujer "en este mundo de hombres, no estoy engañada, sé lo que quiero, esto es una carrera de resistencia, no de velocidad, y lo más importante es saber quién eres y hacia dónde vas para no perderte en el camino".
Resaltó que ostenta 150 partidos arbitrados en tercera división, 25 de fuerzas básicas sub 20, 20 de fuerzas básicas sub 17 y 50 de Segunda División, "quiero llegar a Primera División y sólo pido que me alcancen las piernas y el tiempo para lograrlo".
La juez central destacó que preparación, entrenamientos y replantear objetivos son parte de su día a día, su labor en DIF Guadalajara le mantiene con los pies en la tierra, y la convivencia con los menores le dejan una experiencia grata y mucho aprendizaje.
"Lo único que necesitas para arbitrar es un uniforme, tarjetas y un silbato, pero se requiere de disciplina, responsabilidad, autocontrol, humildad y respeto".
Apuntó que ha sido invitada especial para arbitrar los partidos de la liguilla tradicional de DIF, que se realiza año con año con el objetivo de fomentar la convivencia entre los menores y sus familias.
Señaló que le gustaría "tocar la guitarra, trascender en el arbitraje, ser una persona más productiva, tener más libertad y tiempo para trabajar con la gente y regresar un poco de lo recibido gracias a las experiencias de vida".
"Algo que hago bien en la vida es arbitrar y me gustaría dar charlas en municipios, y trabajar con adolescentes en las calles, para darles un oficio, apoyarlos y motivarlos para que tengan un proyecto de vida", finalizó.