México, 28 Ene (Notimex).- La Universidad Aalto, de Finlandia, desarrolló el plan Aalto Lab que busca la unión de universidades, empresas y la sociedad para trabajar juntos por la sostenibilidad, el aprendizaje y la participación de la cultura en múltiples niveles.
En el caso de México se eligió en la Biosfera de Calakmul el ejido 20 de Noviembre, en Campeche, para la construcción de un Eco-Hostal con tecnología sustentable en baños, estufas, energía luminosa e incluso wifi, en armonía con las tradiciones mayas de la comunidad.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la líder del proyecto Aalto Lab México, Claudia Garduño García, expuso que eligieron la zona porque las 82 comunidades en la reserva de Calakmul es la única maya.
“El primer proyecto ocurre en China en 2010 en la World Expo, yo era estudiante de maestría en Aalto, y fui una de las integrantes del equipo, en ese momento Aalto tuvo planes de hacer el proyecto en distintos lugares del mundo una vez al año y yo había acordado ayudar cuando este fuera en México”, recordó Garduño García.
“Nuestra propuesta es que la particularidad de los edificios que se piensan construir son específicos para esta comunidad; la metodología y la problemática tal vez sea compartida por las otras”, dijo Garduño García.
Cuando se propició iniciar el proyecto se contaba con fondos muy bajos otorgados por la Universidad de Aalto y el Tecnológico de Monterrey, sin embargo, en 2013, después de hacer un primer diagnóstico con la comunidad se entendió cómo vivían en la zona y se identificaron tres proyectos principales.
El primero tenía que ver con la artesanía y el deficiente acceso a los servicios de salud, al que llamaron Artesanía para el bienestar.
El segundo era la idea de rescatar la arquitectura tradicional maya y cómo hacer un modelo de vivienda sustentable. Y el último tocaba el tema de sus sistemas de agua, desde el uso que la comunidad le daba hasta la obtención del vital líquido.
“La idea del proyecto es que ellos puedan seguir haciendo sus artesanías y al agregar las etiquetas puedan ganar más de cada venta, así el cliente tiene la posibilidad de decidir si paga 10 o 20 pesos extra por el artículo y ese fondo es destinado a sus necesidades de salud”, explicó Garduño García.
El segundo busca rescatar la arquitectura tradicional maya, combinado con un modelo de casas sustentables, todo esto mediante la construcción de un Eco-Hostal.
“Las estufas que ellos ocupan funcionan bien pero son de leña, lo que genera humo y podría causar daños a su salud, es por eso que estamos pensando que una de las siguientes fases del proyecto abarque el tema de la energía”, comentó la maestra.
“La construcción es totalmente sustentable, debido a la cooperación de Yectlahuilli Ingeniería Sustentable, empresa dedicada a energías limpias, quienes han aportado su experiencia en la construcción y uso de paneles solares para el consumo de energía”, añadió.
El tercero se enfoca en la problemática del agua, ya que un estudio reveló que las fosas sépticas usadas por los habitantes no tienen suelo, lo que provocó una filtración de materia fecal al manto freático, en este sentido se diseñó un sistema de baños secos.
Los desarrolladores del proyecto de baños secos son los estudiantes Alin Flores de la UNAM, Alan Ríos, Carla Ramírez, Alejandra González, del ITESM CCM, alumnos de la Universidad Aalto y bajo la supervisión de Claudia Garduño, -EXATEC como líder del proyecto.
“Cuando se hicieron las pruebas del agua, resultó que tenía bacterias coliformes y mucha materia orgánica. Por esa razón la construcción de baños secos que eviten este problema es de suma importancia”, comentó la estudiante Alejandra González.
“Realmente un baño seco no utiliza nada de agua, es un concepto al que no estamos familiarizados todos o más bien sí lo tenemos en mente, pero la cuestión aquí es que hay un prejuicio de que es una letrina o es algo sucio, que no se ve bien, que huele feo y ya que no usas agua es algo desagradable”, dijo por su parte Alan Ríos.
El proyecto llega al país en 2012 trabajando en conjunto con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México (ITESM CCM), y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así inició Aalto Lab México.