En Oaxaca, particularmente en la comunidad San Juan Guelavia, los artesanos locales se han enfocado en la producción de popotes de carrizo, pues están hechos de una planta que es biodegradable.
En entrevista con la Corporación Oaxaqueña de Radio y televisión, el artesano Felipe Martínez García, explica que, debido a que el popote de plástico ya va de salida, la opción es el de carrizo, que es el que se está elaborando en esta comunidad, donde, por ejemplo, él tiene un pedido de más de cinco mil piezas.
Indica que para su elaboración no utiliza ninguna herramienta ni equipo de trabajo, más que sus manos, por lo que es 100 por ciento artesanal.
Comenta que el carrizo se recolecta en el campo, posteriormente escoge los más delgados. “Primero sacamos los carricitos más delgaditos y tratamos de que sea de un sólo tamaño de grueso y después le pasamos un clavo para que se abra donde tiene el nudo y ocupamos una varillita para limpiarla adentro”, dice.
Añade que al final se limpian las orillas para afinar el popote y evitar que se quede alguna astilla, su periodo de vida es de cinco a seis meses; se calcula que en toda su vida una persona utiliza, en promedio, 38 mil popotes.
De esta forma, las piezas de carrizo han cobrado nuevo significado y ahora se han convertido en una opción amigable para el medio ambiente que busca desplazar el uso de popotes de plástico.
Cabe señalar que Felipe Martínez empezó a los 22 años a elaborar productos artesanales, como herencia de su padre; su técnica la ha ido perfeccionando con el paso de los años.
Inició con canastos y poco a poco fue elaborando otro tipo de productos y modelos. Sus piezas favoritas son las pantallas para lámparas porque requieren de mayor creatividad para hacer todo tipo de modelos y tamaños.
Además, para él, no hay maquinaria ni instrumento de trabajo que iguale lo que realiza con las manos, técnica que le ha permitido exportar a países Panamá y Canadá.