Con este sistema, que se perfila como importante para contribuir a la preservación de la fauna, se dejarían atrás binoculares y cuadernos con los que se realiza la labor de monitoreo en la naturaleza.
Las fotografías de Esaú Villarreal a las colonias de flamencos (Phoenicopterus ruber) que habitan en Sisal, Yucatán, se toman con drones, a decenas o cientos de metros de altura.
De acuerdo con UNAM Global, las imágenes captadas por este joven de 32 años hablan del presente, pasado y futuro de estas aves, sobre qué tan bien o mal van sus intentos por sobrevivir en los manglares, e incluso identificar las aguas de donde se procuran alimento y en donde se reproducen y anidan.
FlaminGO! fue desarrollado para apoyar tareas de monitoreo y conservación, y a través de instantáneas, es posible detectar patrones de crecimiento o merma poblacionales.
Esaú Villarreal, quien desde joven ha combinado la ornitología y lo tecnológico, estudiaba la licenciatura en Biología en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, y desde entonces grababa podcast sobre las costumbres de tórtolas y gorriones, experimentaba con la digitalización de mapas o construía un robot capaz de identificar a los mirlos con sólo oírlos cantar.
Al trasladarse a Yucatán, se interesó por el estudio de flamencos debido, relató el joven, por su particular color rosa y que al tenerlos cerca pensé en realizar conteos automatizados piloteando drones.
Para evitar el problema de las figuras escondidas una detrás de otra, empalmadas o que se pierden al mirarse a lo lejos, el ornitólogo decidió que lo mejor era cambiar la perspectiva y ver las cosas desde lo alto, a través de la cámara de un dron o UAV (Unmanned Aerial Vehicle, en inglés).
UNAM Global informa que para demostrar la efectividad de FlaminGO!, Esaú y la investigadora Patricia Ramírez Bastida, de la FES Iztacala, compararon los resultados obtenidos desde el dron con los de los profesionales del conteo.
Para ello, analizaron las mismas cinco fotografías e hicieron sus estimados. Al final, la efectividad de los métodos usados hasta ahora osciló entre un 70 y un 89 por ciento, mientras que la del programa computacional registró, en cada caso, un constante 95 por ciento de fiabilidad.