El experto de la institución privada, Silverio García, dijo que “si pusiéramos en un recipiente toda la comida que tenemos en el refrigerador y ya no nos comimos por alguna razón, nos daríamos cuenta del gran desperdicio de alimento que todos generamos“.
“Mundialmente, un tercio de todo el alimento que se produce al año se desperdicia y en México perdemos aproximadamente 20 millones de toneladas de alimentos al año“, subrayó.
Como referencia, García es líder del proyecto “Cero pérdidas”, que desarrolla y transfiere tecnología para evitar ésto en las cosechas de maíz en el país, y que este 2018 fue reconocido por el Tec como una de las “5 investigaciones que están transformando a México”.
Durante varios años, García y varios investigadores del ITESM han trabajado en soluciones eficientes a varios de los problemas usuales que causan pérdida del maíz, el cual representa tres cuartas partes de la producción agrícola en México.
El investigador mencionó que “las principales pérdidas se dan en el primer paso de producción, desde que se siembra hasta que se cosecha y se almacena “.
Manifestó que “ahí se pierde el 75 por ciento, y el resto, cuando llega al mercado y se consume“.
“Hay muchas iniciativas para combatir ese 25 por ciento, pero nosotros nos enfocamos en la parte más importante, en el 75 por ciento”, explicó.
Refirió que “se dan pérdidas por enfermedades, por plaga, por cambio climático, y una vez que superas la producción, pasas a la parte de almacenamiento. Y ahí, se pierde por selección, por mal almacenamiento o porque el periodo de tiempo de almacenamiento no es el óptimo”.
El experto dijo que entre las soluciones desarrolladas está la validación, adopción y redistribución de mejores prácticas empíricas, el mejoramiento de maíz para hacerlo más resistente a las plagas y la creación de tecnología de almacenamiento más eficiente.
“Los agricultores saben muchas veces cómo combatir y hemos mejorado sus prácticas, hay regiones donde utilizan plantas locales para mantener mejor los granos, incluso algunas arcillas que hemos traído al laboratorio, validado y difundido explicando la mejor manera de aplicar”, añadió.
Por otro lado, expuso, se han diseñado soluciones de almacenamiento como los silos metálicos que pueden sostener el autoconsumo de una familia de tres miembros por seis meses, y también los biosilos, hechos de material reciclable y más económicos.
“ Una variedad de los biosilos, está siendo desarrollada ya incluso comercialmente por estudiantes que colaboraron en las investigaciones y emprendieron con una compañía para distribuir con buenos costos para los agricultores esta tecnología“, puntualizó.
Aseguró que “México tiene las habilidades para ser autosuficiente, creo que hace falta volver a ver el campo, verlo más con rostro humano y ponerle más atención“.