"La injertación es un arte, pero sin necesidad de ir a la academia, porque también suele aprenderse con la práctica", comentó el investigador del Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), Raúl Nieto Ángel.
Explicó que se trata de uno de los métodos más antiguos -a partir del año 1800- y es el más usado en la horticultura de hoy, con la intención de cambiar la variedad de un árbol o rejuvenecer uno envejecido.
Esa labor no es más que una "cirugía" inducida manualmente en árboles con un diámetro de tronco de unos 10 centímetros, es decir, se corta una parte de una rama e inserta dentro de una hendidura del otro árbol, argumentó.
En entrevista con Notimex el también profesor de esa casa de estudios dijo que hacer eso da oportunidad de tener árboles o plantas -como la rosa- con alta productividad y calidad de los frutos en menor tiempo de lo esperado.
Ejemplificó que los árboles de mango o nogal tardan hasta 24 años en entrar a su fase de reproducción, pero se puede someter a esa técnica a los tres años y, con ello, empezar a producir y en seguida comercializar los productos.
Otra de las ventajas es que favorece el desarrollo de nuevas variedades con mayor adaptación a suelos adversos, condiciones de salinidad, inundaciones o sequías, apuntó.
El especialista aclaró que la técnica de injerto sólo es posible llevarla a cabo en plantas dicotiledóneas, al tener la capacidad de engrosar sus troncos, hacer leña o madera, y es imposible en las monocotiledóneas -maíz, caña de azúcar, coco o pastos-.
En México se utiliza en regiones con cultivos intensivos e intereses comerciales, como ocurre en Chihuahua, Michoacán, Chiapas, Oaxaca, Nayarit, Veracruz y Tamaulipas para multiplicar la producción de manzana, aguacate, mango y los cítricos, manifestó.
En 2017, sólo la producción de aguacate ascendió a casi dos millones 100 toneladas, lo que ha colocado a México como el primer productor a nivel mundial, según datos del Atlas Agroalimentario 2012-2018, elaborado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Entre los estados con mayor aportación están Michoacán, con un millón 565 mil 896 toneladas; Jalisco, con 169 mil 688 toneladas, y el Estado de México, con 108 mil 768 toneladas.
Nieto Ángel recordó que el sector agroalimentario ha sabido consolidarse como un pilar estratégico de la economía y aún puede seguir su ritmo de crecimiento, al fomentar el uso de esa antigua técnica, de la cual aún hay mucho desconocimiento sobre sus ventajas para la agricultura, finalizó.