Historia del cólera morbus en Yucatán

15 de Mayo de 2017
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Mérida,15 May 2017.- El cólera morbus es una enfermedad diarreica aguda causada por la bacteria Vibrio cholerae y puede presentar consecuencias mortales debido a la pérdida excesiva de líquidos y electrolitos.

Fue considerada enfermedad endémica en India hasta 1817, cuando empezó a propagarse a diversas naciones de Asia, África y Europa, hasta llegar al continente americano.

Carlos Alcalá Ferráez, profesor investigador adscrito al Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán (CIR Uady), señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que diversos estudios han postulado que Campeche fue el sitio por donde el cólera morbus entró a la península de Yucatán, pero en el transcurso de su investigación Epidemias y población.

El cólera en la península de Yucatán. 1833-1853, encontró que la enfermedad pudo propagarse de manera simultánea a través de actividades comerciales ilícitas como el contrabando.

“Campeche y Sisal eran los puertos principales de la península de Yucatán, pero en diversos puntos de la costa había torres de vigía, cuya responsabilidad consistía en vigilar las actividades comerciales marítimas, por lo que también era posible que la enfermedad se haya propagado por estos sitios”, indicó

El proyecto contó con el financiamiento de Investigación Científica Básica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Educación Pública (SEP) y tuvo como resultado la publicación del libro El cólera en la península de Yucatán, 1833-1855: propagación y mortalidad, que presenta el análisis de dos epidemias de cólera morbus que impactaron negativamente a la población de la península de Yucatán en 1833 y entre 1853 y 1855.

“El objetivo consistió en analizar el impacto demográfico del cólera morbus en la península de Yucatán, describir las condiciones de vida de la población que influyeron en la diseminación de la bacteria, las medidas empleadas por las autoridades para prevenir y combatir la epidemia y las rutas de propagación de la enfermedad”, apuntó.

Mortalidad por cólera en 1833 y 1853

De acuerdo con la investigación, en Yucatán se calcula que alrededor de 10 por ciento de la población falleció en la primera epidemia de cólera morbus, tendencia similar a los resultados obtenidos en diversos estudios que se han realizado en México.
“Hay quienes mencionan que fallecieron entre 60 y 100 mil personas; sin embargo, es difícil establecer una cifra. Al respecto, debemos considerar que durante ese periodo los resultados del conteo de las personas eran estimaciones que se realizaban en diversas formas, situación que presenta dificultades metodológicas en el campo de la historia demográfica. En este sentido, lo más pertinente es la comparación con otros estudios realizados en el país y establecer tendencias”, indicó.

En la segunda epidemia, el impacto demográfico fue menor, pero la ciudad de Mérida presentó cifras más elevadas en comparación de lo que sucedió en 1833.

Es probable que esta situación se haya presentado por las condiciones de vida y por el avance del ejército —cuyos soldados estaban infectados con el Vibrio cholerae— desde el oriente de la región.

También es necesario señalar que existen otras enfermedades que se presentan por las condiciones de vida de una población, situación para tomar en consideración respecto al análisis de mortalidad y las consideraciones metodológicas ante las fuentes primarias, indicó el investigador.

Propagación hacia el oriente de Yucatán
Para el investigador, los conflictos bélicos que se presentaron en la península facilitaron la propagación de la enfermedad en 1853, principalmente a través de las tropas que transportaban soldados infectados hacia diversas poblaciones y el contacto de los indígenas mayas con los ingleses que vivían en Belice.

“Se había presentado una epidemia de cólera en Jamaica, Belice y otras colonias inglesas. En Belice, los ingleses tenían contacto con indígenas mayas, situación que facilitó la entrada del cólera por el oriente de Yucatán, ruta distinta a la que se había presentado en 1833”, apuntó el investigador.

Como resultado del estudio, se encontraron datos que señalan la presencia de la enfermedad desde 1852, principalmente, en algunas poblaciones cercanas al pueblo de Sotuta.

Aspecto que complementa las investigaciones respecto a este periodo, cuyo objeto de estudio ha sido la ciudad de Mérida.

El paradigma ambiental en la primera mitad del siglo XIX
De acuerdo con Alcalá Ferráez, adscrito con nivel I al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), la historia de la salud y la medicina vivió durante muchos siglos bajo un concepto erróneo conocido como paradigma ambiental, en el que se proponía que las enfermedades eran producidas por partículas invisibles conocidas como miasmas.

“De acuerdo con este planteamiento, la putrefacción de los desechos y el olor que desprendían generaban partículas invisibles conocidas como miasmas, las cuales se dirigían hacia la atmósfera y, al respirarlas, las personas se enfermaban. Por lo tanto, la limpieza de los espacios públicos como las calles, así como las casas, era fundamental para la prevención de los padecimientos”, apuntó

Mantener los espacios limpios y procurar una adecuada circulación del aire en el interior de las casas eran algunas de las medidas que se tomaban para evitar la propagación de los miasmas. Estos aspectos formaron parte del higienismo.

Ante la amenaza de una epidemia se tomaban medidas de aislamiento, por lo que los hospitales se construían fuera de las ciudades y en sitios con ventilación adecuada; se establecían cuarentenas y se evitaba que los barcos infectados pudieran atracar en los puertos. “Era una mezcla de teorías que se entremezclaban y las medidas preventivas se dirigían hacia el aislamiento y al saneamiento del aire.

Los tratamientos médicos eran totalmente empíricos, tales como la aplicación de cataplasma —tópico de consistencia blanda—, tomar brebajes a base de plantas y la aplicación de sangrías”, comentó Alcalá Ferráez.

Los conceptos de hospital y salud se desarrollaron hacia la segunda mitad del siglo XIX, cuando se empezaron a identificar los organismos patógenos que conocemos actualmente como virus, bacterias, parásitos y hongos, principalmente a partir de los estudios de Louis Pasteur.

Hacinamiento, pobreza y suciedad, condiciones del presente
En la actualidad, se reconoce que los mecanismos principales de propagación del cólera son el agua contaminada y las heces fecales, principalmente en condiciones de hacinamiento, pobreza y suciedad.

Para Alcalá Ferráez, a pesar de la evolución del campo de la medicina como el de las políticas públicas y la seguridad social, estas condiciones representan un problema de salud que se mantiene hasta el presente.

“Si bien el cólera no tiene el impacto que tuvo hace casi 200 años, de repente se han presentado algunos episodios en el país. Además hay otro tipo de enfermedades gastrointestinales que surgen de la misma problemática”, comentó.

Para el investigador, el libro permite al lector un acercamiento a la historia desde la perspectiva de la vida cotidiana, donde la enfermedad y la muerte son cuestiones que suceden todos los días. “Estudiar esa parte de la historia también resulta interesante para saber cómo se ha procedido en distintas épocas”, finalizó. (Marytere Narváez)