México, 4 Ene (Notimex).- La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) elabora un catálogo de especies de fitoplancton, con el que busca definir cuántas especies microalgales hay en las costas de México.
El proyecto que está en fase inicial y que durará alrededor de dos años consiste en revisar alrededor de mil 400 taxa (nombres), lo que permitirá conocer si las características coinciden con la información de los ejemplares en mares mexicanos.
“Estamos analizando la flora tanto del Pacífico como del Golfo de México, actualizando sus nombres, verificando que en verdad existan en aguas mexicanas las especies reportadas en la literatura” dijo la investigadora María Esther Meave del Castillo.
En entrevista para la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la especialista indicó que el catálogo permitirá generar una relación de las especies y de todos los posibles nombres que tienen en la literatura.
Meave del Castillo señaló que buscan disminuir los errores de identificación y reconocer a las especies que viven en diferentes regiones, así como a aquellas que son exóticas en México y que llegaron por medio del agua de lastre de los buques cargueros.
La académica del Departamento de Hidrobiología explicó que “el fitoplancton es una comunidad muy importante porque son los productores primarios” y sus implicaciones medio-ambientales pueden ser tanto positivas como negativas.
Las microalgas planctónicas son consumidas por varios organismos por lo que han desarrollado sustancias que bien pueden ser toxinas o sustancias alelopáticas para evitar a sus depredadores.
“En consecuencia, hay más de 200 especies tóxicas y cuando sus poblaciones aumentan desmedidamente en la columna de agua, ello implica afectaciones ecológicas y a la salud de los organismos presentes en esas comunidades, incluyendo al hombre que consume sus productos pesqueros”, dijo.
Por ello, afirmó la especialista, es necesario entender a detalle cómo se llega al impacto negativo con el fin de prevenirlo y a su vez, fomentar las condiciones que deriven en impacto positivo.
Por otro lado, Meave del Castillo mencionó que se tiene conocimiento de que hay sitios (llamados oligotróficos) donde el fitoplancton es más escaso mientras que en otros (eutróficos) es muy abundante.
En ese sentido, abundó que datos recabados de diversas investigaciones han detectado que en Acapulco habitan más de 700 especies de fitoplancton, cantidad equivalente a las que se encuentran en todo el Pacífico mexicano.
“Acapulco prácticamente concentra toda la diversidad que hay en el Pacífico mexicano y más, eso quiere decir que es una bahía muy poco afectada por cuestiones antropogénicas, ello pese al fuerte turismo y poco cuidado que se ha tenido para conservar la bahía”, expuso.
En esa zona las algas aparentemente depuran el agua, pues una gran parte de la comunidad fitoplanctónica (25 por ciento), tienen un metabolismo heterótrofo y varias especies son consumidoras de materia orgánica, agregó.
Así que se está pensando en proponer que la bahía de Acapulco se convierta en un lugar preservado, porque es un sitio megadiverso que vale la pena conservar, sobre todo para llevar a cabo trabajos de investigación científica, ya que es como un gran laboratorio natural.