Elsa Marcela Ramírez, estudiosa de la biofiltración

27 de Abril de 2017
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Aguascalientes, 27 Abr 17.- Elsa Marcela Ramírez López, profesora investigadora del Departamento de Ingeniería Bioquímica de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), se ha dedicado desde hace 15 años a realizar estudios en cuestiones ambientales y sistemas de biofiltración.

nició su formación académica estudiando la licenciatura como ingeniera bioquímica en la UAA, donde realizó su tesis en producción de inoculantes para leguminosas, trabajó por un breve periodo para la industria agroalimentaria, en específico en el área de investigación, donde realizó trabajos relacionados con el desarrollo de formulaciones para las plantas y controles de calidad, ambas para campo e invernadero.

Al respecto, Ramírez López comentó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt: “Después me fui a hacer la maestría en bioingeniería en el Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados), y posteriormente me fui a Francia a hacer mi doctorado en microbiología del agua, pero yo trabajé aire, porque mi tesis de maestría fue sobre tratamiento de emisiones gaseosas contaminantes con sistema de biofiltración”, comentó.

Inició estudios relacionados con biofiltración por casualidad: al cursar la maestría, su tutora, la doctora Mayra de la Torre Martínez, le pidió cambiar el tema de tesis, toda vez que al Cinvestav acababa de llegar un doctor proveniente de Bélgica, quien se especializaba en los sistemas de biofiltración.
“Entonces empecé a investigar y se me hizo muy interesante. Yo me ponía a trabajar, él me dio unas bases y yo ya me puse a investigar todo para desarrollar bien mi proyecto de la maestría, aquí en México trabajé la biofiltración con vaina de cacahuates, que me dio resultados excelentes”, apuntó.

Posteriormente, en Francia realizó un estudio similar pero con corteza de pino, pues es una materia prima que se tiene en abundancia en tierras galas.

El proyecto que realizó durante su estancia en el extranjero tuvo una duración de cuatro años, hizo una investigación integral que abarcó desde la parte hidrodinámica hasta la microbiológica, pasando por mecanismos de absorción, elementos que se integraron en su trabajo.

“Regresé a México e ingresé en la UAA, trabajando con biofiltración. Con la ayuda de estudiantes trabajé en diversos contaminantes, generalmente metanol, tolueno, bencenos, acetona y etanol, que es lo que más se emite.

Hay una gran gama de contaminantes que se emiten a la atmósfera, pero estos son algunos que no son tan difíciles de degradar, nos permite ver cómo se comporta el sistema y ya después se trabaja con una mezcla de contaminantes para ver si soportan los microorganismos”, detalló.

Aire y agua
Los sistemas de biofiltración son económicos y antiguos, datan de hace más de 100 años, pues hay documentos que describen su utilización desde hace un siglo en países como Alemania y Estados Unidos, pero a pesar del paso del tiempo se siguen utilizando.

En China, por ejemplo, se usan para tratar de solucionar los problemas de contaminación que padecen, durante los Juegos Olímpicos de 2008 usaron una gran cantidad de ellos.

“Los biofiltros generalmente son para muy bajas concentraciones de contaminantes, por debajo de los cinco gramos por metro cúbico, entonces ahí puedes trabajar y hacer un tratamiento de esa emisión. Si es mayor, pues ya tienes que usar otro sistema de tratamiento, y puedes, en un momento dado, si ese sistema no es tan eficiente, integrar un biofiltro o un biolavador o un biofiltro calculador, dependiendo de las características”, destacó.

Asimismo, Ramírez López ha realizado otros estudios relacionados con la calidad del aire. A petición del entonces Instituto del Medio Ambiente del Estado de Aguascalientes —ahora secretaría—, encabezó un proyecto que contó con recursos del programa Fondos mixtos (Fomix) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para establecer los lugares donde deberían ser instaladas las estaciones de monitoreo que llegarían a la entidad. Para ello, realizó diversas mediciones sobre la calidad del aire, a fin de ubicar los lugares más factibles para la instalación de una estación y tres unidades móviles.

“Vimos cómo se dispersaban los contaminantes para poner las estaciones, vimos que todo viene por el lado del río San Pedro, se dispersan más por ese lado. Entonces, con base en los resultados, señalé la probable localización, porque también depende del sistema de seguridad; pueden ser estos puntos, ya ustedes escojan cuáles son los más seguros”, explicó.

Desde el año pasado, comenzó a realizar monitoreos manuales de calidad del aire, además, funge como encargada de una estación de monitoreo que forma parte de una red universitaria de observatorios atmosféricos, misma que ofrece información en línea que puede ser consultada por el público en general.

Finalmente, la profesora investigadora del Departamento de Ingeniería Bioquímica de la UAA indicó que en la actualidad forma parte del proyecto para el cambio climático que se realiza en el estado de Aguascalientes, una especie de laboratorio que se dedica al análisis de datos, donde se van a registrar las anomalías que se estarán presentando entre los años 2010 y 2085, en variables como la precipitación pluvial y la temperatura.(Tomás Dávalos)