México: Carmen Santiago Alonso, una lideresa comunitaria que "nació con indignación"

14 de Febrero de 2022
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Oaxaca, México, febrero (SEMlac).- Carmen Santiago Alonso fue una lideresa comunitaria, "nació con indignación", entregada a su pueblo que fueron más pueblos con el paso del tiempo, defensora del agua y de los territorios, empoderadora de mujeres indígenas, potenciadora de la vida comunitaria, fue todo, fue una flor y canto.


El sábado 5 de febrero a las 20:45 cerró los ojos a la vida en su natal San Antonino Castillo Velasco, el obituario de su muerte fue el agradecimiento por su vida, una que iba más allá del ella misma.


"Un grupo de mujeres visten de luces a Carmen. Sollozan. "Qué hermosa te ves, comadre". La visten con un atuendo de San Antonino Castillo Velasco. Una blusa bordada y una falda guinda. "No esperábamos que te fueras tan pronto". San Antonino está de luto, pero también de fiesta. Carmen luchó hasta el final. Mujeres visten a Carmen y la peinan y la calzan con unos huaraches de Yalalag. Con Carmen, se va una generación de mujeres que dieron su vida por los pueblos indígenas de Oaxaca, desde la opción preferencial por los pobres y los indígenas.


""Carmen quería que estuviéramos contentos, vamos a cantar", nos anima su comadre. La visten y lloran. Lloramos por lo que fue y por lo que será su legado. Encarnó la teología india al estilo de Bartolomé: la palabra de Dios se hizo indio, se hizo mujer, se hizo rebeldía. Y aquí está, postrada, como si estuviera viva. Por qué no te levantas Carmen, por qué no vienes a bailar con nosotros un jarabe del Valle, como a ti te gustaba, por qué no vienes a tomar un mezcal y a brillar en este mundo que construiste. Sentimientos encontrados, descansa de una vida intensa, pero tenía tanto que dar, tanto que aportar. Hace un par de meses la vimos contenta, era un sol. Hoy las diosas la celebran, le rinden tributo. Gracias por todo Carmen, tu luz seguirá encendida y tú corazón permanecerá en nosotros. Hasta pronto Carmen".


Así despidió Miguel Ángel Vásquez de la Rosa, director de Radio Universidad, en su red social, a su amiga y compañera de al menos tres décadas, tiempo en el que caminaron la misma idea desde distintos lugares.


De ella, Vásquez de la Rosa apunta que esta mujer que nació el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, en 1952, había decidido tomar este 2022 un año sabático, tras casi 26 de una ardua labor en la asociación civil Flor y Canto, lo tomaría para descansar del cáncer que había invadido parte de su cuerpo, recuperarse para seguir luchando y celebrar su cumpleaños número 70, había anunciado.


El funcionario universitario relata que Flor y Canto, la asociación de la que Carmen Santiago Alonso fue su primera directora, nació tras una asamblea de comunidades y caracterizados en Tlalixtac de Cabrera. Una apuesta de la pastoral indígena de la iglesia católica.


El antecedente, añade, es la organización Centro Diocesano de Pastoral Indígena (Cedipio) que desde la década de los setenta impulsa el trabajo diocesano en las comunidades indígenas y que dio lugar al liderazgo de indígenas, jóvenes y mujeres. Ahí es donde surge Carmen, una misionera laica que se casó con los pueblos indígenas y que, a lo largo del tiempo, trabajo también con don Samuel Ruiz, "Tatik", obispo chiapaneco y Arturo Lona, obispo de Tehuantepec.


Por muchos años, Carmen Santiago desarrolló su labor en Santa Cruz Itundujia, poblado de la región de la Mixteca oaxaqueña, su primera gran labor fue la defensa de los bosques.


Vásquez de la Rosa relata a SEMlac que Flor y Canto, organización que este año cumple 26 de fundada, es una asociación civil, que surge de la iglesia, sí, pero con un carácter más libre. Durante estas más de dos décadas, la figura de Carmen Santiago fue necesaria para los pueblos y comunidades, y ciertamente, apunta, se empeñó en empoderar a las indígenas.


Su trabajo emblemático en la defensa de los derechos humanos estuvo ahí en el centro del conflicto político-social-magisterial de 2006. Vásquez de la Rosa recuerda que la Comisión de la Verdad documentó el caso de ejecución extrajudicial de aquellos días difíciles. El caso es de Arcadio Hernández, quien fue integrante de la Policía Comunitaria de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca de San Antonino Castillo Velasco, caso que fue acompañado por Carmen Santiago Alonso. El único de 16 que se pudo documentar.


Alguna vez aspiró a ser munícipe de su pueblo, San Antonino Castillo Velasco, distrito de Ocotlán. Era 2012, compitió por la alianza que entonces formaron los partidos PAN-PRD-PT-Convergencia, pero los caciques priistas lo impidieron, ello no detuvo su actividad, asumió la defensa de los territorios de los pueblos indígenas.


En noviembre pasado, Carmen Santiago Alonso vio concluida una larga lucha de más de 15 años. Las comunidades impulsaron la Consulta para modificar el Decreto de Veda del año 1967, que impedía a 16 comunidades obtener libre acceso al agua para uso agrícola y pecuario. Este Decreto finalmente se modificó el 23 de noviembre de 2021. Carmen Santiago Alonso, presidenta de Flor y Canto, fue pieza fundamental en este trabajo.


Las 16 comunidades a las que favoreció Carmen Santiago con este incansable trabajo, que le parecía interminable porque no llegaba el decreto, fueron San Antonino Castillo Velasco, San Pedro Mártir, Asunción Ocotlán, San Pedro Apóstol, Santa Ana Zegache, San Martín Tilcajete y Santiago Apóstol. Así como las agencias de Tejas de Morelos, San Felipe y San Jacinto de Ocotlán, La Barda Paso de Piedra de Santa Gertrudis Zimatlán, San Isidro Zegache de Santa Ana Zegache, El Porvenir y Maguey Largo de San José del Progreso, San Sebastián de Santiago Apóstol y San Matías Chilazoa de Ejutla de Crespo.


Hace 40 años, Miguel Ángel Vásquez de la Rosa conoció a Carmen Santiago, cuando participaba en la Pastoral Juvenil de la Comisión Diocesana y ella estaba en la Pastoral Indígena y ambos participaron en un encuentro plenario de la Realidad Indígena, Campesina, Negra y Popular impulsada por Cedipio. La recuerda junto con Floriberto Díaz y Sofía Robles de SerMixe, junto con Adelfo Regio y Hugo Aguilar donde él también estaba.


Trabajaron por objetivos comunes, unos junto a otros. Así volvieron a coincidir el año pasado, cuando Carmen Santiago Alonso le pidió su ayuda para emprender el trabajo de transición en algunos procesos de planeación.


Tras más de 15 años de lucha por el agua, estaba cansada, triste y atribulada porque la lucha no avanzaba, finalmente, todo volvió a la luz cuando se aprobó el decreto en noviembre: "lo logramos, podemos decir que cumplimos", dijo aliviada.


Ella había decidido tomar un descanso de un año, junto con Bety Salinas, también de Flor y Canto, mientras tantos se nombraría una dirección colectiva. Ella ya no pudo, el cáncer apareció en su vida. Ya su cuerpo fue devuelto a la tierra, en su natal San Antonino Castillo Velasco.


Razhy González también la despidió con décimas:
Décimas por Carmelina
Nació de la indignación
la lucha de Carmelina
de ver que al pueblo domina
cualquier taimado ladrón
que por oro, agua o carbón
la vida al pobre devora;
por eso pregonó la aurora
que hará este orden combusto
porque en un sistema injusto
lo justo es ser transgresora.
Desde la milpa y el agua
tomó la voz Carmelina,
de la siembra y la cocina,
del bordado y de la enagua;
fue su fuego, fue su fragua
del pueblo la tradición
de antigua organización
para ayudarse entre pares;
con sus fecundos andares
cosechó del pueblo acción.
En su acción liberadora
-con rezo, ritual e incienso-,
transformó al pueblo indefenso
en la forja abrasadora;
de la conciencia impulsora,
andando en brecha y peñasco
en sol, en sombra o chubasco
con paciencia y con templanza
supo aplicar la enseñanza
del buen monseñor Carrasco.
Perdimos a gran guerrera
al morir Carmen Santiago
nos espera tiempo aciago
y oscuro sin su lumbrera
porque nuestra compañera
fue escollera a la malicia,
dique para la codicia
del rapaz que al pueblo hería,
y fue digna rebeldía
en lucha por la justicia.
Yo que no soy de oraciones
hago votos porque a diarias
se multipliquen plenarias,
círculos y discusiones;
que viva en nuestras reuniones
por conjurar el espanto,
la expoliación, el quebranto
de la sangre y la violencia,
pues aunque queda su ausencia
nos deja la flor y el canto.

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