Martín García

Sin filtro

Periodista
07 de Febrero de 2022
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La libertad de expresión, es decir aquello que mucha gente no quiere oír!

Con esta frase del escritor británico, George Orwell, iniciaremos nuestros comentarios esta semana y SIN FILTRO en aspectos de política, seguridad, derechos humanos y gobierno, que hoy en día se viven en nuestro Estado y el País.

La intolerancia a las críticas y publicaciones que se hacen por cualquier medio, cada vez se muestran más, pues hay que decir que en lo que se refiere a nuestro gobierno federal, cualquier publicación o comentarios sobre el actuar del presidente, es casi para que sus seguidores, perfiles falsos y sobre todo fanáticos, prácticamente te crucifican, por decir lo menos.

De por sí, la censura ya es evidente por todos los medios que uno quiera realizar su trabajo, no solo en los que tienen que ver para la difusión de opiniones o en redes sociales, donde si haces una crítica tu publicación se queda prácticamente sin alcance.

Entonces la frase de Orwell, viene a colación cuando los AMListas están alerta, como aves de caza, para atacar apenas se asome su víctima, sobre todo cuando se trata de temas que no quieren oír o que no quieren aceptar que están ocurriendo.

Las libertades y el poder

Las políticas de seguridad que habrá de implementar el gobierno de Mauricio Kuri y el respaldo incondicional que ha mostrado a las fuerzas de seguridad en el Estado, no deberán confundirse para el abuso y la prepotencia del personal de seguridad, de tal manera que puedan justificar o en su caso demostrar trabajo.

De ocurrir esta situación y cómo lo decíamos líneas arriba, si el gobierno hace oídos sordos a los abusos y otorga todo el poder a los elementos, sólo habrá de escuchar lo que los mandos policíacos quieren que escuche.

Hace algunos días veíamos el abuso y prepotencia de elementos de la Policía Estatal, cometidos durante un filtro de seguridad en una de las carreteras que comunican a los municipios de Amealco y San Juan del Río. De no haber un equilibrio en el actuar de las fuerzas de seguridad, llámese estatales o municipales, no vayamos a sorprendernos de que ocurra lo que ha estado sucediendo en otros estados, donde la sociedad ya se ha cansado.

Y es que sin importar que un conductor fuera con su familia, en la que había menores de edad, elementos de la policía estatal actuaron de manera prepotente y violando los derechos humanos y constitucionales de los ocupantes del vehículo, le rompieron los vidrios a la unidad y bajaron a empellones al conductor enfrente de su esposa y sus hijos que lo acompañaban.

El gobernador, que es el jefe del estado, debe tomar en cuenta que el poder y la libertad para que la policía actúe, debe ser contra la delincuencia, no contra la población o los medios de comunicación, ya que de no haber un equilibrio, se puede transformar en abusos, no solo de poder, sino por violaciones a las garantías y derechos humanos de los queretanos.

Desde esa perspectiva, y tomando en cuenta lo que puede suceder, cuando las fuerzas de seguridad usan todo el poder contra los ciudadanos y se 'achican' contra la delincuencia, que es a los que deben de someter y no dejarse someter, amedrentar y hasta corromper, en lugar de atropellar a los ciudadanos.

Derechos humanos

Tomando en cuenta lo que declaraba hace unos días el diputado en la LX Legislatura, Guillermo Vega Guerrero, sobre la serie de irregularidades en la DDH en Querétaro, me queda muy claro, que la actual titular del órgano, siempre desempeñó un papel gris, actuando siempre a modo del gobierno en turno y sin importar que se violarán los derechos humanos y garantías individuales de muchos ciudadanos.

Se acabaron los tiempos en los que la DDH actuaba sin la necesidad de una denuncia, los visitadores salían a la calle para investigar y en muchos casos con un simple video o publicación en medios de comunicación, era suficiente para que el organismo investigara y en su caso recomendara a la autoridad enmendar alguna falla o abuso.

Ahora no, en Querétaro prácticamente los derechos humanos desaparecieron, las violaciones a los ciudadanos, principalmente por las fuerzas de seguridad en el estado, han incrementado de tal manera que no hay cifras que la propia titular de la DDH en Querétaro pueda mostrar, la libertad de expresión se ha visto intimidada y agredida, mientras que se ha perdido toda credibilidad a un órgano que antes era una garantía de defensa. SIN FILTRO nos leeremos la próxima semana.