En Alemania se registra un resurgimiento del racismo y del antisemitismo, y la tercera mayor fuerza política del país es un nuevo partido populista de extrema derecha que está ganando terreno con rapidez. De ahí el motivo de su visita a Sajonia, el estado donde se registra más ese problema.
“Necesitamos reforzar el diálogo y mantener los valores sociales”, apeló Steinmeier ante empresarios y ciudadanos. Insistió que cada cual puede expresar sus opiniones, “pero sin mostrar odio o ofender a los demás”.
La región de Sajonia, en el este de Alemania, alcanzó titulares por las manifestaciones anti-racistas a finales de agosto y principios de septiembre pasados a raíz del asesinato de un ciudadano a manos de dos solicitantes de asilo político procedentes de países árabes y de Medio Oriente.
En la visita, le acompañaron el ministro presidente (Gobernador) de Sajonia, Michael Kretschmer, y el alcalde de Dresden, Dirk Hilbert. Visitó el Museo de Dresden, donde se exhibe la exposición “Racismo: el invento de las razas humanas”.
Después de la visita, el presidente alemán pudo discutir con alumnos de secundaria del Instituto Peter-Breuer-Gymnasium en Zwickau. Steinmeier destacó la importancia de tematizar el racismo y de confrontarse a esta problemática desde pequeños, dado que afecta a toda la sociedad.
Después de su paso por Dresden, el mandatario se desplazó hacia Chemnitz, ciudad que protagonizó las manifestaciones de la ultraderecha el pasado verano.
Miles de ultraderechistas y neonazis pidieron más seguridad en las calles después del homicidio de un ciudadano alemán durante una pelea con inmigrantes.
Chemnitz también llenó titulares porque el partido populista de extrema derecha, Alternativa para Alemania, marchó junto a los neonazis y el movimiento anti-islamista PEGIDA.
En Chemnitz, Steinmeier tuvo la oportunidad de debatir con gerentes de negocios de restauración y pequeños empresarios y, después, con diferentes representantes ciudadanos.
Los temas que abordó fueron diversidad, inmigración, seguridad y formas y expresiones de odio que van en contra de los principios estipulados por la Constitución alemana.
Steinmeier eligió estos sectores como interlocutores porque después del asesinato a finales de agosto, Chemnitz vivió ataques contra un restaurante judío y el incendio de otro restaurante especializado en comida no alemana.
La Comisión sajona de Refugiados también se reunió brevemente con el presidente para transmitirle las experiencias de aquellos que han sufrido ataques xenófobos y racistas.
El miércoles, Steinmeier apeló a combatir los populismos en su discurso en la localidad natal del excanciller Willy Brandt, Lübeck, en el norte del país. Una vez al año y desde 2009, la Fundación Willy Brandt invita a personalidades destacadas a ofrecer su análisis sobre problemas contemporáneos. El presidente alemán fue esta vez el invitado.
De su discurso destacó que “el modelo de la democracia liberal recibe presiones por todos lados, pero la única solución que convence es la de la democracia; 50 años después de 1968 no podemos tolerar que las fuerzas democráticas mayoritarias hagan un paso hacia atrás en materia de apertura social y liberalización”.
Steinmeier visitó Sajonia a mediados de octubre y llamó a proteger la democracia, dado que es una de las regiones donde “más enemigos de la democracia liberal están surgiendo y donde más ruido están haciendo”, dijo. Estuvo entonces en Görlitz, Ostritz y Großhennersdorf.