Crisis en Brasil alcanza de lleno al sector automotriz

06 de Agosto de 2015
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Sao Bernardo do Campo, Brasil, 6 Ago (Notimex).- La crisis económica en Brasil, cuya economía sufrirá una recesión cercana al 2.0 por ciento este año, ha tenido un gran impacto en el sector industrial, en especial el automotriz, motivo de orgullo nacional hasta hace un año y actualmente modelo de desarrollo en debate.

En Sao Bernardo do Campo, corazón industrial del sur de Sao Paulo, lo que está sucediendo en la media docena de montadoras instaladas en la región está en boca de todos.

En la fila de la Central de Atención al Trabajador (CTR) de la ciudad, donde cada mañana cientos de personas se inscriben a las listas para conseguir un empleo, se respira un ambiente de pesimismo.

“La ciudad está parada porque no hay trabajo en las fábricas de autos”, critica Joao Rodrigues, un joven que fue empleado durante dos años en una fábrica de vehículos y ahora no encuentra empleo.

“Lo que pasa dentro de las fábricas también nos afecta a nosotros. Mira la barra del bar, está vacía y son las 10 de la mañana. Hace un año todo el mundo venía a desayunar”, protesta Marco Eduardo, que regenta una panadería y cafetería en la calle principal de la ciudad.

De todos los sectores económicos impactados por la crisis en Brasil, el más afectado es sin duda el de la producción de autos, que de enero a julio registró una caída en la fabricación del 18.1 por ciento anual, mientras las matriculaciones de nuevos autos se desplomaron un 21 por ciento.

Son los peores resultados para la industria automotriz brasileña en casi una década, según datos publicados este jueves por la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil (Anfavea).

En un año, se han perdido 15 mil empleos directos en las fábricas, aunque con los indirectos suman varios miles más, mientras la mitad de las líneas de producción están paradas por los excesos de stock y Brasil cae en el ranking mundial de productores mundiales, superado ya por México como mayor fabricante de América Latina.

El país norteamericano no sólo ha superado a Brasil en producción gracias a una renovada demanda de Estados Unidos, Canadá y del mercado interno, sino que en los primeros siete meses del año superó en medio millón de vehículos la producción del gigante sudamericano.

En la región del llamado ABC Paulista –que aúna tres polos industriales de Sao Paulo, entre ellos Sao Bernardo- “hay un clima de aprensión entre los trabajadores”, señala Wagner Santana, secretario general del sindicato de los metalúrgicos del ABC.

“En la región hay 30 mil empleados en fábricas de autos y otros 30 mil en el sector de autopartes. Hay ansiedad entre los empleados por la recesión”, señala este hombre, entrevistado por Notimex en la misma sede sindical donde Luiz Inacio Lula da Silva comenzó a forjar su carrera política.

Hitoshi Hyodo, recién nombrado secretario de Desarrollo Económico de Sao Bernardo, es realista en el diagnóstico y, en lugar de buscar causas externas, atribuye los errores al propio modelo económico de Brasil, proteccionista y poco competitivo.

“Sufrimos mucho la crisis. Toda la cadena económica sufre. El sector de las autopartes, por ejemplo, sufren desde siempre, y ahora mucho más”, explica Hyodo, que durante años lideró a la patronal local.

“Tenemos la absoluta certeza de que la crisis va a pasar, pero no sabemos cuándo”, señala, y critica que la política del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff –cuya popularidad alcanzó hoy la cota menor para un líder brasileño, con un 71 por ciento de reprobación- haya sido privilegiar otros sectores que no generan tanto empleo.

“Aquí en Brasil está matando la industria. Los bancos cada vez tienen más ganancias, mientras el empresario industrial tiene que hacer frente a altos costes laborales, créditos difíciles y caros, y una carga fiscal que nos hace perder competitividad”, subraya.

“El sector financiero está asfixiando la producción. Brasil hace diez años que está desindustrializándose por esto”, coincide Mauro Miaguti, concejal de Sao Bernardo y presidente temporal del Centro de Industrias del Estado de Sao Paulo (CIESP) en Sao Bernardo.

Miaguti critica la ley laboral, que tacha de “arcaica”, y asegura que si no hay cambios como los sucedidos en Europa –con mayor flexibilidad para la contratación y el despido- la industria brasileña no resistirá el envite de la globalización.

Los estudios señalan que la economía brasileña lleva un lustro perdiendo competitividad y, en un estudio reciente, era situada en el puesto 56 de un estudio que estudiaba 61 países de todo el planeta.

El país sudamericano sólo superaba a Mongolia, Croacia, Argentina, Ucrania y Venezuela en el Índice de Competitividad Mundial 2015, publicado en mayo pasado por el International Institute for Management Development (IMD), con sede en Suiza.

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