Colombianos, atónitos con anécdotas del astronauta José Hernández

03 de Noviembre de 2014
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stronauta mexicano, José Hernández Moreno
stronauta mexicano, José Hernández Moreno
Bogotá, 3 Nov (Notimex).- Desde el espacio la atmósfera se ve frágil, el mundo es uno solo y las fronteras las construye el hombre, fueron algunas de las frases del astronauta mexicano José Hernández Moreno, durante su encuentro con universitarios colombianos.

Los estudiantes de la privada Universidad de los Andes de Colombia, escucharon atentos las anécdotas del astronauta mexicano, uno de los pocos que ha logrado estar en el espacio, un sueño de muchos, pero una realidad de pocos.

Hernández, hijo de migrantes mexicanos, empezó su charla con los universitarios recordando pasajes desde que nació en French Camp, California, el 7 de agosto de 1962, hasta que logró su sueño infantil. Ser astronauta e ir a misiones espaciales.

El astronauta, quien tiene nacionalidad norteamericana, pero su sangre y su mente sigue en México, evoco con nostalgia a sus padres Julia Moreno y Salvador Hernández, originarios de La Piedad, Michoacán, quienes cruzaron la frontera para trabajar en los campos agrícolas de California.

“Mi sueño de ser astronauta recuerdo que ocurrió cuando estaba con mi padre recolectando verdura en Stockton, California y escuché en un pequeño radio que el costarricense Franklin Chang-Díaz había sido seleccionado para el programa de astronautas de la NASA y sería el primer latino en el espacio”, relató.

Los estudiantes seguían atentos a las anécdotas del astronauta, quien les daba consejos para que no dejaran de estudiar, luchar por los sueños con perseverancia y él era un ejemplo de como un hijo de familia humilde lograba llegar, donde él quiso llegar.

“En el 2009 hice parte de una tripulación de siete miembros en la misión STS 128. Yo era ingeniero de vuelo, tercero en la línea para pilotear el transbordar. Era el operador principal del brazo robótico, en el transbordado como en la Estación Espacial Internacional”, dijo.

stronauta mexicano, José Hernández MorenoLos estudiantes permanecía atentos a cada palabra de este hombre sencillo, amable y coloquial, que en cada frase de su relató siempre enviaba un mensaje con una anécdota de vida.

“Pasamos 14 días en el espacio después del despegue del transbordador en Caño Cañaveral. Despegamos en agosto 28 del 2009 y nos juntamos con el personal que estaba en la estación de la Misión Internacional”, anotó.

Cuando el grupo de Hernández llegó a la estación espacial allí se reunieron con otros seis astronautas y sumar 13 personas que representaban a cinco países.

En medio de la conversación el corresponsal de Notimex, que se sumó a los estudiantes de la Universidad de los Andes, en el centro de Bogotá, preguntó: ¿Qué fue lo más emocionante de su experiencia espacial?.

Sin titubear respondió: “Creo que lo más emocionante es cuando uno se quita el cinturón, empieza a flotar, y luego uno empuja la ventanilla para ver el mundo por primera vez por fuera (…) allá arriba en el espacio”.

“Era una perspectiva que muy pocos humanos tienen el privilegio de ver y me siento muy afortunado de contar y ser uno de los menos de 500 personas que han tenido el privilegio de estar en una misión en el espacio”, relató.

¿Cómo se ve el mundo desde el espacio?, interrogó una universitaria? a lo que respondió, “lo vi muy bonito”.

“Algo que me impresionó mucho es que uno puede ver el mundo, Norteamérica y Centroamérica. Pero lo que se me hizo tan bonito fue que podía distinguir Canadá, pero no podía distinguir donde terminaba Canadá, o empezaba Estados Unidos, o México”, refirió.

“Cuando estaba observando nuestro continente desde la misión espacial dije: ´Dios mío tuve que salir fuera de este mundo para llegar a la conclusión que allá abajo somos solo uno, que las fronteras son hechas por el humano. Qué bonito sería poder llevar a todos nuestros políticos para que tengan ese mismo momento de reflexión´”, comentó.

¿Cómo eran las imágenes que veía desde el espacio?, indagó otro estudiante y Hernández respondió “tal como se ve en las películas satelitales, las películas de gravedad. Así se ven. Es algo muy bonito (…) El mundo que nosotros tenemos es muy bello, pero desde el espacio se ve muy frágil”.

Nosotros le damos vuelta al mundo a una velocidad de 25 mil kilómetros por hora, eso significa que le damos vuelta al mundo una vez cada 90 minutos.

“Muchas veces vi cuando el sol nacía o se hacía oscuro, y en una ocasión cuando estaba naciendo el sol, aprecie la capa de nuestra atmósfera y me sorprendí mucho porque la vi bastante delgada y delicada. En ese mismo momento yo me convertí en un medioambientalista instantáneo”, apuntó.

Cuando vi la fragilidad de nuestra atmósfera pensé: “Tienen razón el medioambientalista, el mundo es muy frágil, es muy delicado y por eso creo que tenemos que cuidar el medio ambiente. Cuidar nuestra energía. Tenemos que cuidar nuestro mundo”.

¿Como eran los colores?, fue otra de las preguntas a lo que comentó, “muy bonitos, muchas nubes, los mares bastantes azules. Recuerdo las costas de México en Yucatán, muy llamativos por los colores azules y verdes”.

“Recuerdo que vi los ejes principales de la ciudad de París, parecía como una llanta con ejes que se estaban yendo desde el centro. Se veía los relámpagos de las tormentas. Cuando hay tormentas se ven los relámpagos desde arriba y se ven como lucecitas que se enciende y se apagan”, relató.

El entusiasmo de los estudiantes fue tan absorbente que al finalizar la charla y después de ver un video en el que aparece Hernández y sus compañeros flotando en el espacio con sus uniformes de astronautas, decidieron seguir la charla fuera del auditorio. No querían que el astronauta se fuera.

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