UAQ encabeza proyecto contra daños de gusano descortezador

25 de Agosto de 2014
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Querétaro, 25 Ago (Notimex).- La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) encabeza un proyecto nacional de investigación, que tendrá una duración de tres años para su realización, con el que se busca disminuir el impacto ambiental y económico que ocasiona el gusano descortezador

Víctor Cambrón Sandoval, profesor de la Facultad de Ciencias Naturales y coordinador del proyecto, refirió que el financiamiento de la investigación está a cargo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Refirió que el proyecto se titula "Variabilidad climática e interacción con otros factores que afectan la dinámica poblacional de descortezadores en bosques amenazados de México”.

Cambrón Sandoval detalló que dicho proyecto se llevará a cabo en distintos sitios de Querétaro, Durango, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca y Chiapas, a fin de generar modelos que contengan información sobre el clima, vegetación, suelo y humedad, entre otras variables que permitan anticiparse al ataque del insecto.

Indicó que en el Parque Nacional El Cimatario y en la Sierra Gorda de la entidad queretana se han realizado investigaciones que señalan que la disminución de la humedad, cambios de uso de suelo y deforestaciones masivas son algunas de las causas que generan que los árboles sean vulnerables al gusano descortezador.

El universitario explicó que el descortezador se alimenta del floema del árbol, genera su sitio de anidación y le ocasiona un proceso de estrés que no siempre puede contrarrestar con su resina, por lo que éste muere.

Una vez que el insecto cumple con su ciclo, las larvas que crecieron en ese árbol vuelan para colonizar otros y así se extiende la plaga, afectando incluso grandes extensiones de hectáreas.

Detalló que hasta ahora se utilizan químicos o se realiza la tala de los árboles y la quema de la madera dañada para evitar la propagación, pero estas acciones son reactivas y no preventivas al impacto que genera este gusano.

Explicó que a nivel ecológico se modifica la estructura vegetal de los bosques templados y se pierden las condiciones del suelo, pues las coníferas son claves para la regulación de la temperatura, humedad, filtración del agua y la distribución de la fauna.

Cambrón Sandoval puntualizó que en el ámbito económico esto representa prácticamente una pérdida total, pues el material de los árboles afectados no es valorado en la industria de la madera causa de la disminución de su calidad y propiedades y a su vez, es más sensible al ataque de otros hongos.

Por ello, destacó la trascendencia de este proyecto mediante el cual se proporcionarán recomendaciones más puntuales en cuanto al manejo de las poblaciones afectadas y a la prevención que deben seguir los sitios que presentan mayor riesgo de ataques.

"Se buscará que los modelos que se generen en este estudio puedan ser aprovechados en el abordaje de otros problemas o áreas como la ganadería, además de que se realiza un gran esfuerzo en la formación de recursos humanos y en promover a la participación social de quienes habitan las zonas afectadas", dijo.

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