“Algo se mueve” entre Cuba y EUA en su prolongado diferendo

06 de Junio de 2014
Guardar
La Habana, 6 Jun (Notimex).- En medio de versiones de acercamientos bilaterales matizadas con criterios de que “muy poco” ha cambiado, Estados Unidos y Cuba parecen moverse en alguna dirección en torno a su prolongado conflicto histórico.

La retórica a uno y otro lado del Estrecho de Florida no permite avizorar a mediano plazo algún principio de solución mutuamente aceptable, sin descartar al mismo tiempo que parecen estar abiertas las vías para aliviar las tensiones bilaterales.

En mayo pasado, un grupo de exfuncionarios de administraciones demócratas y republicanas, políticos, personalidades de Miami y empresarios dirigieron una carta abierta al presidente Barack Obama solicitando que se modifique la política hacia el gobierno de Cuba.

Según los firmantes, la Casa Blanca debería expandir los permisos de viaje para todos los estadunidenses, aumentar el respaldo a la sociedad civil en la isla y comprometerse en “discusiones serias” con el gobierno cubano sobre temas de seguridad y humanitarios.

La carta abierta pidió priorizar “discusiones serias con contrapartes cubanas” en una serie de temas como seguridad nacional, migración, drogas y medio ambiente, para evitar que Estados Unidos quede cada vez más “aislado” en su política hacia Cuba.

Medios oficiales cubanos no escatiman espacio para reseñar que en Estados Unidos crecen las voces de quienes piden al presidente normalizar las relaciones con La Habana, interrumpidas al inicio de la Revolución de Fidel Castro hace siglo y medio.

Obama suavizó restricciones para viajes y envíos de remesas a Cuba, mientras el presidente cubano Raúl Castro emprendió un programa de reformas de libre mercado.

Sin embargo, las relaciones bilaterales parecen lejos de mejorar, al menos en lo que se ve en la superficie.

A mitad de camino en su segundo y último mandato, Obama acaba de designar a un nuevo jefe de misión diplomática en La Habana (Jeffrey DeLaurentis), pero habrá que esperar los resultados de ese cambio, que por demás parece rutinario.

En tanto, en algunos sectores se especula sobre la posibilidad o no de un “canje humanitario” de un contratista estadunidense preso en La Habana por tres agentes cubanos encarcelados en Estados Unidos.

Por otra parte, partidarios y detractores del embargo económico estadunidense analizan la conveniencia o no de levantarlo.

De acuerdo con un sondeo de febrero pasado, una mayoría de estadunidenses apoya un alivio en las sanciones a Cuba, entre ellos residentes del estado de Florida, bastión del exilio cubano, cuyas posiciones han influido en la política de Washington hacia la isla.

Para quienes siguen de cerca el tema Cuba-Estados Unidos, no pasaron inadvertidas las palabras de Obama en noviembre pasado sobre que la estrategia de su país debería mantenerse abierta a los cambios en la isla.

Según el gobernante estadunidense, “no tiene sentido” pensar que “las mismas políticas aplicadas en 1961 iban a seguir siendo efectivas hoy, en la era de internet y Google y los viajes globales”.

Sin embargo, politólogos como Rafael Hernández, director de la revista Temas, consideran probable que Obama “le dedique a Cuba sólo escasos minutos”, comparado con Irak, Irán, Afganistán, Siria, Corea del Norte, Pakistán, China, Rusia, Venezuela y Ucrania.

En diciembre pasado, el presidente Castro instó a Estados Unidos a convivir con las diferencias de régimen económico, político y social que existe entre ambos países, si realmente desea avanzar en una “convivencia civilizada”.

“Es necesario aprender a respetar mutuamente las diferencias y acostumbrarse a convivir pacíficamente con ellas”, dijo Castro al recordar que en los últimos tiempos Washington y La Habana han sido capaces de sostener intercambios sobre temas de beneficio mutuo.

Las declaraciones públicas del Departamento de Estado plantean que Washington está abierto a “forjar una nueva relación con Cuba cuando el pueblo cubano disfrute de las protecciones a los derechos humanos y la posibilidad de determinar libremente su propio futuro político”.

A finales de mayo pasado, visitó Cuba una delegación de la influyente Camara de Comercio de Estados Unidos, encabezada por su presidente, Thomas Donohue, quien instó a los cubanos a acelerar y ampliar las reformas económicas.

Donohue se reunió con Castro y, según una escueta nota difundida por la televisión estatal, abordaron “temas de interés para las dos naciones”, los cuales por supuesto no trascendieron a la opinión pública.

En la Universidad de La Habana, Dohonue exhortó a la reconciliación entre su país y Cuba, reiteró su oposición al embargo, elogió el avance del sector privado cubano y prometió el apoyo del empresariado estadunidense a la “transición económica” en este país.

El dirigente gremial no vaciló en recordar a su auditorio de funcionarios, profesores y estudiantes que “las personas, en cualquier lugar del mundo, tienen una aspiración universal de vivir sus vidas con oportunidades, dignidad y libertad”.

Archivado en