Altibajos en popularidad de Obama son comunes en presidentes de EUA

18 de Junio de 2013
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Washington, 18 Jun (Notimex).- Barack Obama, el primer presidente afro-americano en la historia de Estados Unidos, registra altibajos en su nivel de aprobación y su popularidad promedio es menor a la de la mayoría de mandatarios estadunidenses desde la Segunda Guerra Mundial.

La empresa Gallup, que efectúa sondeos sistemáticos del desempeño presidencial desde la era del demócrata Harry Truman (1945-1953), documenta, no obstante, que los vaivenes en la aprobación de la mayor parte de los líderes de este país son inherentes al cargo.

La cifra de aprobación promedio de Obama es de 49 por ciento, idéntica a la del republicano Richard Nixon (1969-1974) y supera la aprobación promedio del propio demócrata Truman, del republicano Gerald Ford (1974-1977) y del demócrata James Carter (1977-1981).

En contraste, la popularidad de Obama es menor a la de los republicanos Dwight D Eisenhower (1953-1961), Ronald Reagan (1918-1989), George H. Bush (1989-1993) e incluso ligeramente inferior a la de su antecesor George W. Bush.

También es superado por los demócratas John F. Kennedy (1961-1963), Lyndon B. Johnson (1963-1969) y William Clinton (1993-2001).

Las estimaciones de Gallup, la conocida firma de análisis de opinión pública fundada por Charles Gallup en 1935, no han estado sin embargo exentas de polémica, en especial cuando pronosticó erróneamente el triunfo del republicano Mitt Romney en el pasado proceso electoral.

Gallup estimó que Romney tendría el 49 por ciento del voto popular, frente a 48 por ciento para Obama, en contraste con la mayoría de encuestas que daban al presidente un punto de ventaja. Al final Obama superó a Romney por 3.85 puntos porcentuales.

Aunque Obama se encuentra en promedio por debajo del 50 por ciento de apoyo popular, un nivel que fue arrastrado aún más a la baja por las recientes revelaciones de vigilancia telefónica y cibernética, aún tiene margen para elevar su desempeño histórico, o hacerlo peor.

Entre los presidentes de dos mandatos, sólo Reagan y Clinton tuvieron mayor popularidad en su segundo mandato. Tanto Truman, Eisenhower, Nixon registraron bajas. En el caso de George W. Bush el desplome fue del 62.2 al 36.5 por ciento, aunque su promedio general fue de 49.4.

En todo caso la popularidad de Obama es lejana a la del presidente estadunidense más popular de la posguerra, John F. Kennedy, quien acumuló un nivel de aprobación de 70 por ciento en sólo dos años, seguido por Eisenhower con 65 por ciento y Reagan con 60 por ciento.

Pero a favor de Obama opera el hecho de que los estadunidenses tienden a tener una visión más benevolente hacia sus líderes una vez que abandonan el cargo.

La popularidad de Kennedy se catapultó al 83 por ciento después de su muerte y tanto Ford, Carter, Reagan, Bush (Padre) y Clinton registraron aumentos de aprobación al dejar el cargo.

Nixon, el presidente que renunció en medio del escándalo de Watergate, tenía una popularidad de 24 por ciento cuando salió de la Casa Blanca. Su promedio de aprobación como ex presidente fue de 33 por ciento.

"Los ex presidentes estadunidense trascienden la política cuando salen del cargo, al moverse a un rol no político en comparación con el ambiente altamente politizado en que operan los presidentes", de acuerdo con Gallup.

Un reciente sondeo de la firma mostró por ejemplo que una mayor parte del público estadunidense consideró que el presidente Obama tiene una ética más pobre que la de sus antecesores George W. Bush y William Clinton.

Aun considerando diferencias metodológicas "los resultados no son óptimos para una administración que ha presumido de establecer las más duras leyes de ética y reglas de transparencia que cualquier administración en la historia", sostuvo Gallup.

Obama fue criticado en fecha reciente por el supuesto encubrimiento del ataque al consulado estadunidense en Bengasi, Libia, por las acciones de empleados del IRS y el espionaje a reporteros de la agencia AP y los programas de vigilancia doméstica.

Pero las encuestas de Gallup muestran que, a pesar de episodios de impopularidad durante sus mandatos, los presidentes estadunidenses tienen amplia oportunidad de compensar tales déficits en sus segundos mandatos o cuando dejan el poder.

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