Libro debe recuperar valor como factor de cambio social, político y económico

24 de Noviembre de 2014
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Mérida, 24 Nov (Notimex).- El libro debe recuperar su valor como factor de cambio para los pueblos en los ámbitos cultural, social, político y económico, pues en la actualidad la producción de textos se centra en la búsqueda de beneficios económicos a corto plazo.

La investigadora de la Universidad de Zaragoza, España, María de los Ángeles Naval, criticó que la producción de libros esté basada en criterios estrictamente económicos, en lugar de la formación de una masa crítica.

Al participar en el Primer Congreso de Gestión Cultural y Economías Creativas, advirtió que los "cánones literarios" de pueblos y naciones están "en crisis y maltrechos", ya que las grandes editoriales apuestan por escritores estadunidenses, que producen dentro del concepto de Best Seller.

Durante su conferencia "Políticas de fomento al libro y la lectura", recordó que durante el siglo XVI y la aparición de la imprenta no sólo se presenta la producción en masa del libro, sino también de los lectores.

Con ello, quedó atrás el acceso de los libros únicamente para los monjes e iniciando un proceso de reflexión de las comunidades, dándose inicio a la lucha contra el atavismo religioso o político, refirió.

Añadió que en Cuba inició un movimiento en el siglo XIX de lucha contra el analfabetismo, mediante lecturas en las fábricas tabacaleras hechas por una persona, mientras el obrero elaboraba los puros, práctica que se mudaría a Estados Unidos.

En los siglos XVIII y XIX el libro, su producción y lectura, estaba asociado a las mejoras sociales, materiales y económicas de los pueblos.

En tanto, en el siglo XX, pese a los grandes acontecimientos negativos como las dos guerras mundiales y las dictaduras, existía conciencia de impulsar la producción de textos para mejorar la cultura de los pueblos.

Naval expresó que en la actualidad hay abundancia de producción y autores, sin embargo, lamentó que no exista una adecuada gestión de esa producción, ya que está sujeta a criterios empresariales, de grupos transnacionales y multimedia.

"Ahora se busca el beneficio a corto plazo, pues se ha cedido el control de las editoriales y ha quedado en manos de economistas, ya no son editores, sino son parte de un entramado financiero, de fondos de inversión, de conglomerados industriales”, reiteró.

Antes las ganancias podrían ser del 4 por ciento anual, pero ahora se busca sean del 25 al 30 por ciento en el primer año de publicación, “lejos ha quedado el interés del fomento de valores, de proyección de escritores”.

El objetivo central de los editores era descubrir escritores e introducirlos al catálogo, cuando tenían una obra relevante, en la búsqueda de tener premios Nobel o premios internacionales o nacionales.

Detalló que ahora el valor del libro no es otro que el que alcanza en el mercado en unos cuantos meses, incluso para muchos es más barato destruir toneladas de libros, que almacenarlos para utilizarlos con algún objetivo social, o en su caso, ponerlos a la venta de nuevo.

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