Valle de las Piedras Encimadas, paz entre formaciones naturales

16 de Septiembre de 2017
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México, 16 Sep (Notimex).- La tranquilidad se siente entre los magueyales; en el contraste entre cielo, verde y rocas; en la neblina que baja y desaparece tan rápido como llegó gracias al viento que proviene de las montañas. En el Valle de las Piedras Encimadas el silencio se hace paz.

Ubicado en la sierra norte del estado de Puebla, este sitio ofrece al paseante un espectáculo imponente debido al conjunto de enormes formaciones rocosas, muchas de las cuales parecen retar a la gravedad y cuestionar el equilibro físico.

Para quienes gustan de la caminata, del rappel, la tirolesa, la bici de montaña, pasear a caballo, de acampar o sólo disfrutar de la naturaleza, este lugar brinda su inmensidad y sus caprichosas rocas como marco ideal para admirar el paisaje, descansar o tomar una fotografía.

“Un desafío a tu imaginación y a las leyes de la gravedad” es la frase con la que el parque ecoturístico rodeado de pinos recibe sin costo a sus visitantes de lunes a domingo de las 09:00 a las 17:00 horas.

Y así es, la imaginación es materia prima para disfrutar de las formas pétreas que, según cuentan los promotores del lugar, son del Periodo Terciario, con más 65 millones de años.

Algunos visitantes ven con extrañeza los peñascos y en algún momento podrían adjudicar su creación a seres de otro planeta; sin embargo, la actividad volcánica, las reacciones químicas y los agentes atmosféricos como lluvia, viento y humedad, con la ayuda del tiempo, fueron los elementos que moldearon este conjunto escultórico natural irregular, de singular belleza y originalidad.

En las comunidades aledañas al parque, el visitante puede probar el pulque, bebida tradicional de la región que se obtiene de la fermentación del jugo del maguey.

Dentro del valle, pobladores atienden una pequeña plaza gastronómica donde platillos típicos como tlacoyos de frijol y alberjón, nopales asados, carne a las brasas, barbacoa, mixiotes y café de olla dan la fuerza necesaria al explorador para seguir su camino.

También ofrecen pan y dulces tradicionales del estado, cuentan con una tienda de recuerdos y artesanías del lugar y servicios sanitarios.

Llegar al Valle de las Piedras Encimadas desde la capital mexicana, unos 190 kilómetros, implica una ruta en automóvil que inicia en la salida de Indios Verdes hacia la carretera federal a Tulancingo, donde se topa con la desviación a Chignahuapan-Zacatlán y a unos 20 kilómetros se toma un camino de terracería que conduce a Camotepec y que desemboca en el parque natural.

Desde Puebla, la alternativa que significaría una distancia de 164 kilómetros, es tomar la autopista de cuota 150 y seguir la desviación a Tlaxcala, continuar por la carretera federal 119 rumbo a Apizaco que llevará hasta Zacatlán, donde se deberá seguir hacia Huauchinango y de ahí dirigirse a Camotepec.

En transporte público, los paseantes deberán llegar a Zacatlán y ubicar la base El Pocito de Tlachica, donde parten microbuses hacia el Valle de Piedras Encimadas, lugar donde cualquier ruta vale la pena con tal de admirar su pedrusca magnificencia.

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