Pueblos Mágicos, un rescate exitoso del turismo nacional

04 de Octubre de 2015
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San Miguel de Allende Gto. FOTO/ESPECIAL
San Miguel de Allende Gto. FOTO/ESPECIAL
México, 4 Oct (Notimex).- La suma de 28 localidades al programa de Pueblos Mágicos, el cual ya contaba con 83 destinos, es un rescate exitoso de una línea de producto que genera un mayor flujo de turistas al país y una mayor derrama económica.

El impulsor de la iniciativa y ex subsecretario de Desarrollo Turístico de la Secretaría de Turismo (Sectur), Eduardo Barroso Alarcón, refirió que dicho nombramiento ha sido un parteaguas en la creación de un nuevo producto para la República Mexicana.

Dijo en entrevista con Notimex que el crecimiento gradual y controlado de la línea de producto, con alrededor de nueve destinos reconocidos al año, permite que el programa sea fuerte y se consolide entre los que buscan formar parte del proyecto.

El programa, que diera su primer nombramiento a la localidad de Huasca de Ocampo, Hidalgo, en 2001, ha permitido que en 14 años el destino incremente en 10 veces el flujo de turistas, la derrama económica por dicho concepto y su número de hoteles, destacó.

Además, mencionó que los hasta hoy 111 Pueblos Mágicos disminuirán en cantidad, toda vez que en noviembre próximo se darán a conocer las localidades que perderán este título, al incumplir con los requisitos de permanencia en el programa.

Y es que “en 2011 y 2012 el programa sufrió un crecimiento exponencial negativo, al pasar de 37 a 83 destinos en tan solo un año y medio, lo que generó un daño momentáneo al espíritu de la iniciativa”.

En ese sentido, aclaró que es muy probable que algunos lugares salgan de la lista del programa, sin embargo, es difícil saber cuántos y cuáles serán los pueblos que ya no puedan conservar el nombramiento.

En materia de seguridad, aclaró que es difícil determinar qué lugares con el distintivo tengan problemas de dicha índole, ya que de los 83 Pueblos Mágicos anteriores, 60 por ciento tiene un grado de marginación medio, mientras que solo cuatro tienen alto grado.

El programa contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros, por lo que son un producto que engloba cultura, arquitectura, gastronomía, música, naturaleza, e inclusive son buenos destinos para eventos de negocios.

Lo anterior, permite que el producto genere empleos y derrama económica en la localidad y con ello aumente la calidad de vida de los habitantes.

“Más que un rescate es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares y que han sabido guardar para todos la riqueza cultural e histórica que encierran; ese es el verdadero espíritu del programa” apuntó.

Sin embargo, los recursos que se prevé se otorguen el siguiente año para el rubro son insuficientes, de solo 400 millones de pesos, por lo cual la suma de esfuerzos de diferentes organismos, instituciones e iniciativa privada serán prioritarios para su desarrollo.

Barroso Alarcón reconoció que ante el incremento del turismo receptivo a doble dígito, la línea de producto de los Pueblos Mágicos es una fortaleza para la atracción de un mayor número de visitantes extranjeros y nacionales.

A lo anterior se suma el alza en el precio del dólar, lo cual impide a muchos mexicanos viajar al extranjero y prefieren pasear por los diferentes lugares del país, no solo aquellos de sol y playa.

“El camino trazado por la Sectur es el correcto, al respetar los lineamientos y crecer de manera gradual se logra crear recursos que ayuden a que el sector crezca y se convierta en el motor económico más importante para el país. Hoy México sabe que una de sus mejores apuestas es el turismo”, subrayó.

Aclaró que el nombramiento y el atractivo de contar con el distintivo de Pueblo Mágico va mucho más allá de la idea de mejorar la imagen urbana y las localidades se inscriben en la necesidad de conjuntar esfuerzos para convertirlos en detonadores de la economía local y regional.

La finalidad, refirió, es aprovechar la singularidad de las localidades para la generación de productos turísticos basados en las diferentes expresiones de la cultura local, como las artesanías, festividades, gastronomía y tradiciones, entre otras.

Además de generar otros productos turísticos a partir de los que ya se tienen, tales como el deporte extremo, el ecoturismo, la pesca deportiva y otros que sean altamente atractivos dentro del territorio.

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