El Callejón del Blues de Parménides García

29 de Abril de 2016
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Callejon del Blues_04
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San Juan del Río, 29 Abril 16.- Parménides García Saldaña, es considerado como uno de los escritores malditos de la Literatura Mexicana, que con más de 33 años de haber fallecido continúa vigente; su primer obra y una de las más famosas se titula “Pasto Verde”, además de la presentación del libro “El Callejón del Blues” en voz de su hermano Edmundo García Saldaña.

Callejon del Blues_03“Es un movimiento que aunque estuvo relacionado con las drogas, logró romper con los formalismos de la literatura latinoamericana de escritores como Gabriel García Márquez y más”, señaló el presentador Felipe Cabello.

Parménides uno de los escritores de “La Onda” que tuvo su auge en los años 60; gustaba mucho de leer a Shakespeare, y desde el punto literario es un autor de difícil comprensión, sin embargo a partir de ahí se encuentra el interés en su lectura; se trata de un hombre provocador, en su libro “Pasto Verde”, se cuestiona sobre la cordura del escritor ya que en varias de sus obras se cuestiona “el ¿qué somos y qué hacemos aquí?”; retrata el contexto de la sociedad mexicana en la década de los sesenta.

“Tenía una siempre una idea de hacer una revolución, vamos a ser rebeldes; y que incluso la gente que vivimos ahora ya no existe ese aliciente de armar una revolución o el amor mismo y por lo mismo a Parménides fue uno de los pocos que le gustaba decir que pertenecía a la Onda”, reflexionó.

Edmundo García Saldaña, reconoció que Parménides era un hombre que “aterrorizaba”, donde relata cómo es que Octavio Paz terminó debajo de su escritorio y agregó: “Yo no sé si porque le reclamaba que ya se había vendido al gobierno o porque no lo había incluido en la compilación”.

Callejon del Blues_02Callejon del Blues_06 Callejon del Blues_01Callejon del Blues_05Su hermano, recalcó que hay quienes señalan a García Saldaña como un clásico de la literatura, sin embargo al recordar sus años de infancia reconoció que la personalidad de Parménides era ocurrente y simpática; un niño sumamente alegre que creció en la colonia Narvarte.

“Mi madre juega un papel muy importante, porque en esa casa en la colonia Narvarte, ahí se desarrolló todo su trabajo, ahí escribió y leyó ‘El Callejón del Blues’ y ‘Pato Verde’, sus artículos y sus libros”, dijo.

Durante un tiempo, en aquella época de la etapa del blues, Parménides se fue a vivir a los Estados Unidos, a Nueva Orleans donde es influenciado, regresa a México y se presenta un rompimiento con la familia, deja la universidad ya que estudiaba economía en la UNAM y se define como escritor.

“Parménides, se superó a si en muchas cosas, pero principalmente fue honesto, honesto a decir basta”, recalcó.

“El Callejón del Blues” fue escrito desde la cárcel, donde permaneció dos meses “yo lo visité ahí, es penoso y a mí me dolió, lo escribe en la cárcel de Orizaba, se edita en el 93 por un editor de revistas de moda”.

Se trata de un rearmado de historias ya que muchos de los relatos incluidos en la obra fueron experiencia de espectador del consanguíneo Edmundo García; además de incluir las fotografías inéditas, y donde se respetan los textos originales y se le coloca en el título del libro “revisited” en tributo a Bob Dylan.

Es una compilación de relatos, una novela corta, poemas, prosa poética donde se narra el acabose de la juventud, la melancolía de los sueños rotos, la desolación y el desamor. Como alguna vez el propio Parménides García declarara: “El azul es el color de la melancolía… y el azul es el color del blues”.

Parme, enfermo ya para morir
De forma exclusiva para la visita a San Juan del Río, Edmundo García compartió el escrito que realizó ante la convaleciente situación que vivió su hermano y la tituló Parme, enfermo ya para morir:

“19 de Setiembre (1981); 5:35 am
A estas horas, Parme ya estaba muy enfermo, muy mal, estaba sufriendo, pero ya ni se daba cuenta, casi inconsciente, sólo a unas horas de morir, ¡sólo!; de rodillas me até a su pecho con la pulmonía, era cosa de poco tiempo para que su corazón y su gran cerebro se detuvieran y murieran con él, su mayor tesoro y lo dejaran en paz ¡por fin!, y dejara de ser, de sentir y de pensar y atormentarle; el final por fin, por fin bendita muerte… ¡Por fin, por fin, por fin... eso querías! Tomó un trago de leche y otro de tequila, y ya no volvió a moverse, tal vez ya ni dormía a pesar de la fiebre, estaba con sus ojos verdes viendo el techo de la pobre habitación que lo acogió para este sublime momento en que se vio morir, y murió. ¡Parme! Solo, recodando lo mucho que había escrito, leído y lo que sabía, todo; Parménides el escritor que amaba la vida, la que ya se le iba, se le fue y la dejó ir…

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